Victoria Herrero
Consejos
Cuidado con estos hábitos de limpieza: productos que mezclamos y pueden ser peligrosos
Combinaciones explosivas que pueden afectar a nuestras vías respiratorias, a los ojos o a la piel
La tediosa tarea de coger el estropajo, un cubo de agua o la fregona (si no tenemos la suerte de contar con un robot aspirador que se encargue por nosotros de la limpieza del hogar) para dejar la casa impecable. Seleccionamos al azar un par de productos de la cocina y los mezclamos para que nuestro salón o nuestro baño adquieran un resultado de revista en apenas unos minutos.
Pero, cuidado, no se pueden echar líquidos al libre albedrío; no tanto por una cuestión de eficacia a la hora de limpiar, que también, sino porque muchos de estos componentes son altamente tóxicos para la salud de las personas y no conviene juntarlos entre sí.
Si es en este momento cuando te surgen las dudas para dejar tu vivienda como los chorros del oro, hoy te damos una serie de recomendaciones para acertar con el mantenimiento de tu hogar y que este sea totalmente saludable. Evita daños innecesarios.
¿Puedo mezclar estos dos detergentes?
Cuando vayas a unir dos productos en un mismo recipiente, conviene que te leas antes los componentes de cada uno de ellos y te atengas a las recomendaciones de uso para evitar algunos problemas derivados de su peligrosidad y toxicidad. Especialmente importante en los casos de personas mayores que tengan dolencias o patologías previas. Así, por ejemplo:
- La fragancia de ciertos productos puede provocarte náuseas.
- Los desinfectantes para el baño pueden irritar los ojos o la piel.
- En el caso de los limpiacristales, su concentrado en amoníaco puede ser perjudicial para tus ojos, alterar la mucosa gástrica o provocar daños en tu garganta.
- Cuidado con la sosa cáustica que tienen muchos preparados para quitar la grasa del horno o para desatascar las tuberías del baño.
Es por eso que debes prestar especial atención y no hagas estas uniones que te detallamos a continuación. Así, ni se te ocurra juntar nunca uno de los elementos que hay en los blanqueadores, hipoclorito de sodio, con amoníaco ya que corres el riesgo de que este produzca una reacción química que puede emanar un gas tóxico si lo respiras.
Tampoco acertarás si casas la lejía clásica de toda la vida con productos que tengan alcohol en gel, ya que uno de sus elementos peligrosos es el cloroformo que no solo puede hacer que te dé un mareo o pierdas la conciencia (en altas dosis), sino que unido al ácido muriático puede provocar daños en el sistema nervioso, la piel o los ojos.
Potencialmente tóxica y explosiva es la conjunción de lejía con amoníaco debido a los vapores que salen de esta mezcla y que pueden derivar en fallos importantes en tu sistema respiratorio. Un humo que también puede salir de la combinación entre vinagre y lejía y que podría dar lugar a graves quemaduras oculares si los ojos están en contacto con ese vapor.
En este sentido, tampoco se debe añadir ese vinagre al bicarbonato de sodio ya que, además de que no cumplir su función y perder tiempo y dinero, si mantienes ese preparado en un recipiente cerrado, este puede explotar debido a las reacciones que se producen en su interior.
Si quieres estar tranquilo, la lejía es buena compañera del agua, el jabón líquido neutro (por ejemplo, el que se usa para lavar los platos o incluso nuestras manos) o el detergente líquido neutro que se echa en la lavadora.
Otros consejos saludables para limpiar
Además de tener presentes estas recomendaciones cuando vayas a usar ciertos jabones, detergentes o productos limpiadores, no viene mal que también adoptes estos otros consejos para tener una casa impecable sin afectar a tu salud:
- Mientras estás haciendo las tareas del hogar, procura tener las ventanas abiertas para que esa estancia se vaya despejando y no haya una concentración de aromas perjudiciales.
- Usa la ropa adecuada para limpiar tu casa (mejor aquellas prendas que se puedan lavar y mojar fácilmente) y cubre tus manos con guantes. Si tienes algún problema respiratorio, puedes colocarte una mascarilla de papel a modo de prevención.
- La mayoría de estos líquidos y detergentes vienen en fórmulas muy concentradas, por eso no te excedas en la cantidad que debes usar en cada caso. Sigue las recomendaciones que se indiquen en el recipiente.
- Conviene emplear estos productos diluidos en agua para rebajar su peligrosidad. Solo en los casos en los que los uses directamente, debes extremar las precauciones para que no resulten dañinos.
- Puedes desterrar algunos más peligrosos y usar remedios caseros, o bien soluciones naturales o ecológicas con aceites vegetales, vinagre, cítricos, agua oxigenada o bicarbonato.
- Hay que guardar bien estos productos, tal y como dicen las etiquetas de los fabricantes. Lo mejor en estos casos es dejarlos en sus envases y recipientes originales, en sitios frescos y secos y lejos de alimentos, niños pequeños o mascotas.