Teresa Rey
Consejos
¿Qué es la reunificación de deudas y cuándo conviene acogerse a ella?
Si se nos han acumulado varios pagos, esta opción puede ser una ayuda, pero tiene sus riesgos
Puede llegar un momento en el que tengamos que pagar varios importes a la vez relativos a distintos gastos que hemos ido aplazando en cuotas. Esto hace que las deudas se nos vayan acumulando y vemos que no llegamos a final de mes. Si nos encontramos en esta situación, existe una posibilidad que nos ayuda en estos momentos puntuales de acumulación de pagos: la reunificación de deudas. Sin embargo, antes de acogerte a esta posibilidad debes analizar detalladamente si es una opción que te conviene o no, pues conlleva unos riesgos que es necesario evaluar con detenimiento.
¿Qué es la reunificación de deudas?
Esta opción permite unificar todas las deudas que tengas ya sea a través de préstamos, tarjetas de crédito, hipotecas u otros en un nuevo préstamo que reúna todo. De esta manera, reduces lo que tienes que pagar a fin de mes y el plazo de devolución del crédito se alarga. El principal objetivo es disminuir el gasto mensual de modo que las cuotas son más asumibles para el consumidor.
¿Cuáles son sus ventajas?
La principal ventaja que ofrece este producto financiero es ese desahogo mensual que nos proporcionará todos los meses, lo que en un principio y en un momento puntual puede venir bien a la economía del hogar. Cada mes pagaremos menos por nuestras deudas, pero se debe ver si realmente este es un beneficio verdadero.
¿Dónde se puede contratar?
Se puede contratar bien a través de nuestra propia entidad bancaria, bien a través de una empresa intermediaria, que es la que se encarga de gestionar con los bancos el proceso de la reunificación.
¿Cómo se solicita?
Solicitar una reunificación de deudas es relativamente sencillo. Una agencia especializada que hace de mediadora será la que se encargue de realizar un análisis de todas nuestras deudas después de facilitarle los datos que nos pidan. A continuación, se tiene que aprobar la operación, y es cuando se negocian con el banco las nuevas condiciones del préstamo, el tipo de interés y en qué plazo queremos amortizarlo.
A lo largo del proceso se irán cancelando anticipadamente los préstamos que se tuvieran, de modo que se tendrá que formalizar el nuevo. Este puede ser personal o hipotecario, permitiéndose este último caso si en el conjunto de las deudas hay una hipoteca.
Con esta operación pasamos, por tanto, de tener varios préstamos con distintas condiciones a poseer un solo que engloba todas las deudas pendientes. El interés es único y la amortización será la estipulada en el nuevo contrato. Esta suele ser más larga porque es la manera de reducir lo que debamos pagar cada mes.
¿Cómo saber si me conviene?
Antes de decantarnos por esta posibilidad debemos pensarlo bien, pues si en un principio nos puede resultar ventajoso pagar menos cada mes, tal vez a la larga nos puede salir más caro. Esto es así por los intereses que implican este método y otra serie de gastos que conlleva asociado.
La cuota es más baja, sí, y se puede ajustar a nuestros ingresos en el momento que la pidamos. Sin embargo, es un arma de doble filo pues esto supone que el nuevo préstamo se prolongue en el tiempo y es probable que en unos meses nuestra situación financiera cambie. Por lo tanto, debemos pensar qué va a suponer a largo plazo esta solución para nosotros. Si sabemos que en unos meses nuestra economía podría verse alterada, tal vez deberíamos plantearnos si es la alternativa más adecuada para nosotros. Esta es solo una opción para momentos extremos, pero para estos casos también hay otros productos financieros.
Lo importante es, por tanto, calcular el importe total de lo que voy a abonar por este nuevo servicio, y ver si es rentable.
¿Qué riesgos tiene?
Los riesgos de la reunificación de deudas son varios, destacando por ejemplo que ya de por sí vamos a tener que pagar unos intereses más elevados.
Al mismo tiempo hay que añadir todos los gastos que conllevarán la cancelación de los otros préstamos. De cada uno de ellos habrá que abonar la cancelación o amortización anticipada, o la comisión de apertura, en el caso de que la haya.
Si queremos incorporar la hipoteca habrá que incluir además todas las comisiones asociadas que son las del notario, tasación o el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados.
En el caso de hacer la contratación por medio de una agencia intermediaria será necesario añadir las comisiones que cobre esta por los servicios. Hay bancos que ofrecen este servicio y no cobran ninguna comisión adicional.
Todos estos gastos los debemos ir sumando, pues tal vez la cantidad a pagar en el momento sea inferior, pero a largo plazo puede que no. Y tampoco debemos descartar que volvamos a tener que pedir financiación para otras cuestiones más adelante, de modo que nuestro nivel de endeudamiento puede incrementarse de forma considerable.
¿Puedo retractarme en algún momento?
La actual legislación permite al consumidor desistir del contrato de reunificación de deudas en un periodo de 14 días posteriores a su firma. A veces puede ocurrir que la empresa a la que hayamos acudido se niegue en cuyo caso y si estamos dentro de ese periodo, debemos hacer una reclamación en las asociaciones de consumidores, en la Dirección General de Consumo de la Comunidad Autónoma donde se resida o directamente a través de una denuncia en los tribunales de justicia.