Victoria Herrero
Consejos
Según la OCU, no siempre ahorramos dinero cuando compramos formatos familiares
A juicio de la asociación, el efecto puede ser el contrario ya que en algunos casos el precio sube
Ya sea por necesidad familiar o por la idea de que si compramos más cantidad nos ahorraremos unos euros en la cesta de la compra, lo cierto es que adquirir productos en el supermercado que vengan en formatos más grandes no siempre es una buena elección para nuestro bolsillo. Así lo asegura la Organización de Consumidores y Usuarios (@consumidores) y que se remarca dentro de la iniciativa #Nocuela, con la que quieren "desmentir y aclarar cualquier tipo de información o rumor falso en materia de consumo".
Así pues, a juicio de esta organización de consumidores, en ocasiones resulta más rentable llevar a casa un envase algo más pequeño o individual. Te explicamos el motivo.
Incluso a veces el precio es más caro
En los estantes de las tiendas de comestibles observamos cómo el mismo producto aparece envasado de diversas formas atendiendo a su peso o cantidad. Una idea que las marcas de distribución ponen en marcha para adaptarse a las necesidades o preferencias de todos los modelos de consumidores que hay en el mercado. Formatos de gran envergadura que, en muchas ocasiones, como recuerdan desde la OCU, se publicitan con suculentos descuentos o promociones que incitan a su compra. Incluso si el usuario vive solo y no necesita un envase de tanto tamaño.
Es entonces cuando viene el "engaño" en palabras de esta entidad, que detalla que existen productos en los que el precio del formato grande no solo no es más barato, sino todo lo contrario. "Hemos comprobado cómo algunos artículos son un 7%, un 14%, un 23% o incluso hasta un 82% más caros que el recipiente más pequeño", exponen al respecto. Eso por no hablar, añaden, de la "práctica ilegal" de algunos hipermercados de no ofrecer al consumidor información sobre el precio real de ese artículo en su dosis individual. De ahí que para la OCU no siempre resulte rentable optar por los formatos familiares.
Es entonces, en el momento de producirse esta circunstancia, cuando desde la entidad animan a que se ponga una denuncia en dicho establecimiento a través de las hojas de reclamaciones. Una queja formal que puede venir acompañada de una foto para demostrar lo que supone, en sus palabras, "un incremento abusivo" del coste de muchos productos de primera necesidad.
Ahorrar en la cesta de la compra
Este es el objetivo de la mayoría de hogares para que la economía no se resienta. Observar con detalle los precios, las ofertas, las promociones y los descuentos por si nos podemos ahorrar algo a la hora de hacer la compra en un supermercado o un gran establecimiento. Dejando a un lado la práctica de adquirir alimentos con un formato mayor, a continuación te ofrecemos algunas buenas ideas para poder disponer de más dinero a final de mes.
En primer lugar, para que la compra semanal sea más económica, hay que decantarte por adquirir aquellos productos que sean de marca blanca. De esta manera y con algunos artículos de alimentación, se puede ahorrar cerca de 2.000 euros al año en el mejor de los casos.
Eso sí, esta estrategia no quiere decir que nunca se incluyan en la lista productos de marca. Llegado ese momento, hay que observar el factor diferenciador entre ambos artículos y decantarnos por aquel que sea de mayor utilidad en nuestro caso concreto.
En esta misma línea, es bueno saber que los productos de temporada y aquellos que se venden a granel son más baratos en la mayoría de ocasiones. Así pues, es interesante optar por verduras, frutas y legumbres. Además, se deben evitar las que vienen envasadas, con plásticos y bandejas. No solo te lo agradecerá tu economía familiar, también el medio ambiente.
Otro de los buenos hábitos para no despilfarrar es observar y elegir aquellos establecimientos que son más económicos ya que, en algunas ocasiones, cambiar el trayecto habitual a la hora de hacer la compra se traduce en un importante ahorro. Pero de nada sirve recorrer toda la ciudad en busca de la fruta más asequible, si luego no se hace una lista cerrada con todos los productos que se necesitan esa semana. Este es otro error que nos hace perder dinero: comprar todo lo que pasa por nuestros ojos o se le antoja a nuestro estómago. Y es que no hay nada peor que ir a llenar la despensa antes de haber comido.
Finalmente, es muy recomendable observar unos minutos la nevera. Quizá no nos demos cuenta, pero con toda esa comida que todavía tenemos, al igual que las latas o los restos del día anterior, podemos preparar unas cuantas recetas para un par de días.