Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorLa dermis reacciona a diferentes estímulos (insectos, picaduras, polvo, roces…) que recoge a través de sus receptores. Ante estos estímulos el cerebro recibe la orden de “defender” la zona rascándonos. Un acto reflejo que produce tanto alivio del picor como gusto y puede provocar heridas e irritaciones.
Hay que tener en cuenta que los pies tienen una piel que está sometida a unas condiciones adversas para su buena salud: en invierno soporta la humedad, poca ventilación y la presión del zapato cerrado y, en verano, en el mejor de los casos a la humedad propia del calor. Todo ello hace que la piel se irrite, pueda verse dañada y también se produzcan picores constantes.
Además de estas causas de picor existen otros motivos que los pueden provocar y que, en ocasiones, si son constantes, son un signo de que algo mayor le ocurre a nuestro cuerpo por lo que hay que prestarle atención.
Entre las causas más habituales podemos describir 5:
La piel seca, conocida en términos médicos como xerosis, es un problema muy habitual que, como síntomas, presenta picor, rigidez y rugosidad de la piel afectada debido al aumento de las células muertas. Esta sequedad de la piel de los pies hace que estos se descamen, especialmente en la zona de los talones donde se pueden llegar a producir grietas y úlceras.
Cada individuo tiene un tipo de sudoración. Hay quien apenas suda y hay quien tiene una sudoración excesiva o hiperhidrosis y necesita productos específicos para reducirla. Sea cual sea la cantidad de sudor, los pies están en un espacio oscuro, húmedo (en mayor o menor medida) y poco ventilado, lo que se traduce en un ambiente propicio para la formación de hongos.
Los hongos producen picor y es necesario solucionar este problema antes que pueda extenderse y producirse lo que se conoce como pie de atleta, uno de los problemas más frecuentes y característicos de la infección por hongos, además de la picazón.
Debido a la falta de riego sanguíneo y el exceso de sequedad que en ocasiones produce la diabetes pueden aparecer picores persistentes en los pies.
Si es así, hay que extremar los cuidados y vigilar que no se produzcan heridas que pueden desencadenar en infecciones y úlceras.
El sistema nervioso es el encargado de dar sensibilidad a las diferentes partes del cuerpo a través de las terminaciones nerviosas. Una alteración en el sistema neurovascular o trastornos nerviosos, pueden producir picores en los pies.
El uso de productos químicos como cremas o geles que contengan sustancias agresivas para la piel, por ejemplo callicidas y antiverrugas, pueden producir rojeces, picor, alergias e incluso heridas. Ante un problema de este tipo el especialista será quien podrá ofrecer el mejor tratamiento, nunca es recomendable ni el autodiagnóstico ni la automedicación.
Para finalizar, ante un picor continuo en los pies lo mejor es consultar al médico de familia para que descarte una enfermedad encubierta y pueda dar una solución a este incómodo problema.
Para aliviar estas molestias podemos seguir estos tres consejos: