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Someterse a un recambio protésico es una de las intervenciones más frecuentes para muchas personas a partir de los 60 años y uno de los motivos de consulta en geriatría. Tomar la decisión de cuándo realizar esta intervención irá orientada por el especialista en Traumatología y Ortopedia, que sabrá aconsejarnos sobre cuándo es el momento ideal.
En el caso de la gonartrosis (artrosis de rodilla), dolencia habitual en mayores, este momento se plantea cuando la artrosis está avanzada y han fracasado los tratamientos médicos. Estar correctamente informado y no quedarse con dudas hará que se afronte la cirugía con mayor tranquilidad. En este sentido, Quirónsalud ha compartido las recomendaciones que deben seguir aquellas personas que vayan a someterse a esta operación.
Antes de la cirugía, serás valorado preanestésicamente. Se aconseja acudir a todas las consultas con la medicación que toma actualizada y anotada, así como las alergias que se padecen y las intervenciones previas o enfermedades importantes (ictus, hipertensión, diabetes, cardiopatía isquémica, EPOC, deterioro cognitivo, etc…).
Es muy importante que informes de si estás tomando medicaciones antiagregantes (como el ácido acetil salicílico o el clopidogrel) o anticoagulantes, ya que habrá que suspenderlos, algunos incluso varios días antes. En caso de anemias previas es conveniente tratarlas. Se aconseja dejar de fumar (especialmente el día de la cirugía) y bajar de peso en caso de sobrepeso. Además, se deberá guardar habitualmente unas 6 horas de ayuno previas a la cirugía, que incluyen el agua.
Normalmente la anestesia va a ser epidural, "de cintura para abajo", con sedación durante la intervención. Una vez finalizada la operación, te pasarán a la sala de reanimación, y lo habitual es que en unos 45 minutos te puedan trasladar a la habitación, ya despierto y moviendo las piernas.
Asimismo, suele costar algo más orinar y hay que vigilar este aspecto, porque en ocasiones se puede precisar de un sondaje evacuatorio, especialmente en pacientes con prostatismos o incontinencias previas.
La cirugía de recambio protésico de rodilla es una de las cirugías traumatológicas más dolorosas, pero existen fármacos para controlarla y se usan escalas de valoración del dolor durante el ingreso. La intensidad del dolor suele ser máxima en las primeras horas postoperatorias, pero se controla y mejora rápidamente.
En los pacientes con demencia previa o fragilidad importante, se debe individualizar la indicación de la intervención y consensuarla con el especialista que sigue a este paciente habitualmente, preferiblemente un geriatra. Es importante conocer el síndrome confusional, muy frecuente en estos pacientes y que puede llegar a condicionar el éxito de la cirugía.
Al ingreso, nos atenderá el personal de enfermería, que elaborará también una historia completa, en la que de nuevo te preguntará por las medicaciones que tomamos en casa. No debes tomar ninguna medicación por tu cuenta durante el ingreso, sólo la que te confirmen que tienes que tomar, que de manera general se prescribirá y administrará durante el ingreso.
En los días previos, es importante que tu ritmo deposicional esté regulado, ya que es muy probable que debido a la inmovilidad puedas tener más dificultades para evacuar. Si no haces deposición en las primeras 48 horas de la intervención, comunicáselo al personal que te atiende, ya que muchas veces prescriben laxante e incluso microenemas.
Antes de ingresar hay que tener pensado quién nos va a ayudar al alta. Aunque la cirugía sea un éxito, la pequeña anemización que provoca, las molestias, si hemos sufrido síndrome confusional, la inmovilidad…etc, hacen que al menos pase un periodo de 3-4 semanas para empezar a ser mas autónomo en el domicilio. Este periodo puede prolongarse 2-3 semanas más para serlo en exteriores. Por eso, la recomendación es que siempre se esté permanentemente acompañado en domicilio para ayuda y supervisión de actividades básicas de la vida diaria, hasta la completa recuperación.
El postoperatorio
Una vez intervenido, se te realizará una radiografía de control postoperatorio y tras ella y la exploración, el traumatólogo te autorizará poder apoyar el pie en el suelo y empezar a caminar. Es muy importante no realizarlo sin esta autorización del médico porque puede condicionar el fracaso de la cirugía.
Para deambular necesitarás la ayuda de muletas o andador, que deberás llevar previamente al hospital. Si no quieres comprarlo, una opción puede ser alquilarlo. También durante el ingreso se colocará un artromotor, que es un aparato que moviliza la rodilla para facilitar la flexión.
El calzado deberá ser confortable, con sujeción en empeine, con suela de goma antideslizante y a ser posible no destalonado. Una vez autorizada la carga sobre la extremidad y la deambulación, se recomienda no permanecer sentados más de 30 minutos durante el día, sino ponernos de pie para alinear la pierna con el cuerpo, caminar un poco a ratos y descansar.
Para usar el baño también es recomendable el uso de alzadores de wc y de asideros en el cuarto de baño. Es importante recordar sentarse en silla alta y dormir a ser posible en cama alta, y si se puede elegir articulada. Tampoco se recomienda agacharse forzando la rodilla más de 90º o cruzar las piernas. En casa, no nos olvidemos de quitar del suelo todo aquello que pueda suponer un obstáculo (alfombras, cables...). Es probable que el traumatólogo recomiende una media de compresión o vendaje compresivo desde la raíz de dedos de pie a muslo, que ayuda a disminuir la inflamación y mejorar el retorno venoso.
Al alta te indicarán en cuántos días se tienen que retirar las grapas. Te puedes (y debes) duchar a diario, pero secando posteriormente bien la herida, preferiblemente con un secador con aire frío. Posteriormente, se aplicará un antiséptico (clorhexidina o povidona yodada) y se recomienda poner un apósito que tape la cicatriz mientras se lleven las grapas. No olvides que debes pincharte a diario heparina de bajo peso molecular, habitualmente en el abdomen, hasta que tu traumatólogo la suspenda (normalmente el tratamiento dura mínimo un mes).
Acude al hospital o médico si, en los días posteriores a la la intervención, aparece alguno de estos síntomas:
- Temperatura igual o superior a 38º.
- Dolor que no remite con tratamiento médico
- Enrojecimiento, hinchazón y/o apósito manchado de líquido claro, sangre o pus.