Mariola Báez
Consejos
Si los Reyes Magos vienen con un perrito para tu nieto, ten en cuenta algunos detalles importantes
La raza y edad adecuadas, los cuidados, las responsabilidades… una mascota no es cualquier regalo
Aunque hay excepciones, a la mayoría de los niños les encanta la idea de tener su propio perro, un compañero muy especial con el que jugar y compartir mil aventuras. Regalar un animal en Navidades, como en cualquier otro momento del año, requiere una flexión, porque no hay que olvidar que más de 138.000 perros y gatos fueron recogidos por las distintas entidades protectoras de animales a lo largo de 2017, según el último informe Él nunca lo haría de la Fundación Affinity (@Fund_Affinity).
¿Qué tener en cuenta para tomar una decisión acertada?
Si la gran ilusión de tu nieto es tener un nuevo amigo de cuatro patas y sus padres están de acuerdo en que su deseo se haga realidad (punto esencial), toca analizar la situación para que el perro encaje a la perfección y forme, rápidamente, parte de la familia.
A la hora de elegir un perro para el más pequeño de la casa, hay detalles importantes que valorar, la mayoría de sentido común, pero que conviene recordar para no dejarnos llevar por ese primer “flechazo” que haga que nos quedemos con un animal que quizá no es el más adecuado para la familia.
Ten en cuenta la edad y el carácter de tu nieto y piensa en cómo sería su mascota ideal teniendo presentes tres características básicas en un perro: tamaño, peso y carácter (algo en lo que influirá su raza). Si el niño apenas tiene cuatro o seis años, probablemente un perro no demasiado grande y de temperamento tranquilo, “paciente” y algo juguetón, resulte ideal para él. Beagle, cócker, bóxer, o bichón frisé (un "peluche") son algunas opciones. Si el niño es algo mayor, (ocho o diez) seguramente le hará ilusión poder salir a pasear llevando a su compañero perruno de la correa. Un perro joven, al que le encante jugar y hasta hacer deporte con su pequeño amo es una buena elección, siempre que no tenga una fuerza y vitalidad excesivas. El inteligente pastor alemán (que cuidará de él como nadie), los cariñosos golden y labrador retriever o el elegante collie, pueden ser perfectos.
Esto es solo una pincelada, porque a la hora de comprar o adoptar a un perro quien mejor puede asesorarte sobre su temperamento y comportamiento es quien está su cargo en ese momento. No hay que olvidar que la raza es solo indicativa de las características generales (y previstas). Un perro potencialmente peligroso puede ser un cariñoso y fiel compañero,al igual que un “chucho” (con todo el cariño) abandonado y recogido, al que adoptes, puede convertirse en la elección más acertada.
Además de intentar que niño y perro "congenien", hay que ser realistas y comprobar que las condiciones de espacio en la vivienda y tiempo disponible son las adecuadas para recibir al nuevo miembro de la familia. Pura lógica. Por ejemplo, si la casa donde vive tu nieto tiene un estupendo y amplio jardín, optar por un perro que requiera hacer ejercicio a diario no supondrá mayor problema, mientras que, si se trata de un piso pequeño, tendrás que tener en cuenta que habrá que sacarlo a pasear y jugar varias veces al día.
Dos dilemas: ¿cachorro o perro adulto?, ¿comprar o adoptar?
En ambos casos se trata de decisiones personales, que implican ventajas e inconvenientes. Un cachorrito puede ser el regalo ideal para un niño. Son juguetones, cariñosos, "achuchables·" y encantadores, pero hay que saber que los primeros meses pueden no ser tan idílicos como imaginamos. En este sentido, la Protectora de Animales Huellas, en Ávila (@HuellasAvila) recuerda que un cachorro tardará varios meses en aprender a hacer sus necesidades fuera de casa y habrá que enseñarle con paciencia y cariño (piensa en la disponibilidad de tiempo). Al principio, requerirá atención extra (es un bebé). Es normal que llore si se queda solo o que mordisquee cualquier cosa jugando. También requerirá que la familia se encargue de establecer la alimentación adecuada en cada etapa de su desarrollo, así como de las necesarias revisiones veterinarias y vacunas. Aunque sea una obviedad, nunca hay que olvidar que ese animal crecerá y tal vez no sea tan “mono” como cuando era un cachorro.
Si te decides por un perro adulto, probablemente lo elijas en algún centro de recogida y protección de animales. Sabrás exactamente cómo es (y cómo será dentro de unos meses) En la protectora van a saber decirte perfectamente cómo es su carácter y si es el animal adecuado para una familia con niños pequeños. El perro, por su parte, tardará muy poco en sentirse querido y feliz en un nuevo hogar, algo que sabrá agradecer. Si adoptas te llevarás a casa al animal vacunado, desparasitado y esterilizado.
Si tu nieto quiere un perro y tú deseas regalárselo, los papás están de acuerdo y se dan las condiciones idóneas… el niño nunca olvidará esta sorpresa y la convivencia con un perro le aportará muchas cosas buenas, desde aprender a responsabilizarse de pequeñas tareas (comidas, paseos, “educación” canina), hasta descubrir la importancia de respetar, querer y cuidar al resto de seres vivos con los que compartimos planeta.