Victoria Herrero
Consejos
Errores que cometemos a la hora de cocinar unas lentejas
Victoria Herrero
Foto: Bigstock
Jueves 10 de febrero de 2022
ACTUALIZADO : Jueves 10 de febrero de 2022 a las 14:14 H
7 minutos
Fallos como no elegir la variedad adecuada o no controlar la temperatura y el tiempo de cocción
"Lentejas: si quieres las comes y si no, las dejas". ¿Cuántas veces hemos escuchado o pronunciado estas palabras a la hora de la comida? Hablamos de una de las legumbres más importantes del recetario clásico de la gastronomía española. Pero hoy no vamos a detenernos en la mala fama que tienen las lentejas para algunos niños, sino en los errores que solemos cometer cuando las cocinamos. Y es que estos malos hábitos pueden dar al traste con todo el plato. Por eso, si no quieres que esto te ocurra, sigue los siguientes consejos para hacer un plato de cuchara de escándalo y evitar los fallos más comunes en este caso. ¡Te felicitarán por ello!
El secreto reside en la cocción
Este es uno de los errores más frecuentes. La intensidad y el tiempo que permanezcan las lentejas en el fuego harán de ellas un plato estupendo o algo que directamente deberás tirar a la basura. Pero antes, recuerda otra máxima imprescindible si quieres acertar a la hora de preparar estas legumbres: escoger la variedad adecuada. Igual lo desconocías, pero hay algo más de medio centenar de variedades distintas de lentejas y no todas se preparan de la misma manera:
- Las rubias o castellanas son muy resistentes a la cocción, ya que no se suelen deshacer. Por eso, son perfectas para elaborar ensaladas templadas, por ejemplo.
- Si su color tiende a un marrón oscuro y son más pequeñas que las anteriores, entonces se trata de unas lentejas pardinas. Mucho cuidado con el tiempo que tenemos este producto en el fuego, ya que son más delicadas en este sentido. Eso sí, es la mejor especie para dar vida a esos ricos guisos de toda la vida.
- Las nuevas tendencias culinarias están incorporando las lentejas rojas a nuestra despensa. Estas, procedentes de Sudamérica, resultan muy agradables al paladar tras prepararlas y son muy apreciadas para elaborar croquetas o hamburguesas un tanto diferentes.
En este punto, es importante no utilizar aquellas lentejas que lleven más de un año en tu despensa. No es que estén malas y no se puedan comer, pero con el paso del tiempo van perdiendo agua y resultará más complicado cocerlas y que no queden duras.
Una vez hayas escogido las que necesitas para la receta que vayas a hacer, es el momento de limpiarlas. En este paso, es recomendable esmerarse para eliminar todos los restos de impurezas o pequeñas piedras que se hayan podido colar. Quita también aquellas que estén rotas o cuyo aspecto no te ofrezca mucha confianza y acláralas con agua antes de cocinarlas. Tampoco estaría mal si la noche anterior las dejas en remojo para que se "ablanden" un poco.
Llegamos al punto crítico. Cuando vayas a preparar esta legumbre no utilices un recipiente demasiado pequeño ni te quedes corto a la hora de echar agua para cocerlas. Lo ideal es emplear una medida de unos 500 gramos de lentejas por unos 3 litros de agua. Si te falta líquido, siempre se puede añadir más, pero que sea caliente. ¿Y cuánto tiempo las dejamos al fuego? Volvemos a lo de antes, todo depende de la variedad de lenteja que hayas escogido y de la cantidad que hayas echado. Pero lo recomendable, si no se hacen en una olla a presión, es dejarlas alrededor de una hora e incluso algunos minutos más.
Sabiendo el tiempo adecuado, ahora solo queda controlar el fuego para que la cocción sea lenta y suave. Se debe empezar con una intensidad alta al principio, cuando las pongas en la cazuela con el agua fría, para luego bajar el fuego a la mitad al cabo de un par de minutos, cuando comiencen a hervir. Mantén esa misma temperatura durante el resto del cocinado. Y si no quieres que se peguen al fondo, coge la cazuela por las asas y haz un ligero movimiento, pero nunca las remuevas con una cuchara de madera o las "romperás".
En cuanto a la sal, lo mejor es añadirla en los minutos finales y sin excederse, especialmente si haces una receta contundente con chorizo o carne como acompañantes.
Lentejas, una fuente de salud
Ahora que has descubierto los secretos para convertirte en todo un maestro de las lentejas, no hay excusa para no consumir esta legumbre al menos una vez por semana. En cambio, si el motivo de tu rechazo es que no las toleras muy bien o te provocan flatulencias, puedes hacer caso de alguno de estos consejos:
- Déjalas en remojo un día antes para que el agua las ablande. Añade al recipiente un poco de bicarbonato de sodio para favorecer luego la digestión.
- Echa en la cocción especias o hierbas aromáticas como el romero, el comino o el hinojo.
- Elige las lentejas rojas, ya que no tienen piel.
- Esta legumbre no solo se puede comer en platos de cuchara, también puedes triturarla y emplearla como ingrediente principal de unas albóndigas vegetales. Así evitarás esos molestos gases.
Solventado el problema intestinal, es esencial tomar este alimento de forma habitual por sus múltiples beneficios para el organismo. Y es que en esta pequeña legumbre tenemos todo un cóctel de salud: hierro, manganeso, potasio, cobre, fósforo y zinc, además de ácido fólico y vitaminas del grupo A, B, C, E y K son solo algunos de sus nutrientes. Es por eso que resultan ideales para ayudar a reducir el colesterol, fortalecer nuestro corazón, alejar la anemia o prevenir el estreñimiento. Eso sí, no es muy recomendable su consumo si se sufre una enfermedad renal o patologías como colon irritable, por ejemplo. Aunque siempre puedes consultar su idoneidad a tu médico de cabecera.