Aunque la tercera ola de calor del verano terminó hace varios días, algunas provincias siguen en riesgo por calor. Con las altas temperaturas, debemos tomar una serie de precauciones para protegernos y que nuestra salud no se vea afectada, como no salir en las horas más calurosas del día o mantenerse hidratados, entre otras.
El verano también pasa factura a nuestro vehículo. La arena y el salitre de la playa, sin olvidar las altas temperaturas, pueden llegar a afectar su funcionamiento, provocando averías en la batería o el aire acondicionado, por ejemplo, así como en los neumáticos, los manguitos, el motor, los líquidos, la refrigeración, los frenos, la tapicería, el alternador o incluso el navegador y los cuadros digitales, entre otras partes, por lo que es importante revisar el coche antes de iniciar cualquier viaje.
Pero conducir con altas temperaturas también puede resultar complicado, aunque parezca que, al estar protegidos del sol, no hay nada de lo que preocuparse. Sin embargo, también es recomendable tomar algunas precauciones en estos casos, ya que el calor que se acumula dentro del vehículo puede afectar nuestra conducción, con el riesgo que eso supone.
Conducir con calor
La temperatura interior del coche en algunas zonas puede alcanzar los 70ºC cuando la temperatura exterior es de 39ºC. Hay que tener en cuenta también que, con una temperatura ambiente de 29ºC, la temperatura interior aumenta casi 20ºC en los primeros 45 minutos de exposición, y que en dos horas y media sin ventilación, la temperatura interior es un 88% mayor que la exterior.
Ante esto, la Dirección General de Tráfico (@DGTes) ofrece algunas medidas que debemos tomar para una conducción segura en verano. Lo primero y más importante sería airear el vehículo antes de conducir para tratar de reducir el calor acumulado si lo hemos dejado en el exterior y al sol durante mucho tiempo.
Podemos bajar las ventanillas y esperar unos minutos a que la temperatura descienda, y si encendemos el aire acondicionado, recuerda bajar las ventanillas los primeros segundos para que el aire caliente salga. Tampoco debemos quedarnos dentro del vehículo.
En este sentido, es recomendable estacionar los vehículos a la sombra o en garages subterráneos, y lejos de las playas para evitar el impacto de la brisa marina. Así como vigilar que el motor no se caliente demasiado.
Evitar las horas de calor también es crucial en este caso, aunque tengamos intención de desplazarnos en coche. De esta forma, evitaremos los efectos que provoca el sol en el asfalto, como espejismos o deslumbramientos, así como ese deterioro del vehículo debido a las altas temperaturas.
Del mismo modo, es importante usar ropa y calzado cómodo y gafas de sol, mantenernos hidratados, tomar comidas ligeras y descansar más menudo (cada 200 km o 2 horas), sobre todo en días especialmente calurosos en los que la sensación de fatiga puede aumentar. Recuerda que también puedes sufrir un golpe de calor mientras conducimos.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.