Irene Alcaraz
Experiencia
Consejos para pasar las vacaciones con una persona con alzhéimer
Una guía para el bienestar de cuidadores, sustitutos de los cuidadores y personas con alzhéimer
La Fundación Pasqual Maragall, centro de investigación contra la enfermedad de Alzheimer ubicado en Barcelona, ofrece esta vez consejos a familiares y cuidadores sobre cómo afrontar las vacaciones cuando uno de los acompañantes tiene alzhéimer. Pensados tanto para el descanso del paciente como de los cuidadores, estos consejos mejorarán la calidad vacacional y asegurarán que el viaje sea una forma de desconectar y aprovechar la temporada estival.
1. Consultar a los profesionales la viabilidad del viaje
Aunque por lo general un viaje bien planificado con antelación no debería suponer un problema, en caso de duda es aconsejable consultar con los médicos habituales si los planes vacaciones que se tienen en mente son compatibles y aconsejables con la persona con alzhéimer. Ellos son quienes podrán dar consejos más específicos, adaptados a cada caso en particular.
2. Acomodar el nuevo entorno antes y durante el viaje
Si ya está decidido realizar el viaje, lo primero a lo que se debe prestar atención es al lugar de destino. Tras pasar mucho tiempo en un mismo hogar, la persona con alzhéimer puede sentirse desorientada e incluso incómoda. Para evitarlo, lo mejor es preparar el terreno desde antes.
Si por ejemplo las vacaciones van a transcurrir en un hotel, puede avisarse antes al personal de las instalaciones para que estén al tanto de la situación y no ocurran malentendidos.
Si por el contrario se trata de una visita a familiares, llevarse objetos cotidianos que recreen la sensación de estar en el lugar de costumbre puede ser buena idea.
3. No romper ciertos hábitos
Aunque las vacaciones son una escapada de la rutina, la Fundación Pasqual Maragall recomienda mantener los horarios de ciertas actividades cotidianas, como pueden ser las comidas y las horas de descanso.
4. No excederse en compromisos sociales
Una actividad social frenética puede confundir a la persona con Alzheimer. Encontrar un equilibrio y fomentar momentos de tranquilidad ayudará a la persona a no desestabilizarse.
5. Ojo con el calor
Algunos pacientes con alzhéimer, debido a las alteraciones cognitivas, a veces tienen dificultades para identificar ciertas señales de su cuerpo, entre las que también se incluye la temperatura. En caso de altas temperaturas son más vulnerables a sufrir un golpe de calor, por lo que deben tomarse las precauciones suficientes para evitarlo: beber agua frecuentemente, llevar ropa ligera y holgada y evitar las horas centrales del día.
6. Asegurar el descanso del cuidador
Es frecuente que los cuidadores se encarguen de todo y no tengan tiempo libre para ellos mismos. Por eso, las vacaciones laborales son una buena oportunidad para coger el relevo y permitir al cuidador organizarse un tiempo de descanso y relajación.
Si quien finalmente atenderá a la persona con alzhéimer es un familiar o amigo, preparar previamente al sustituto y mantener una buena comunicación durante las vacaciones servirá para evitar situaciones complicadas.
7. Para el sustituto temporal del cuidador
Además de mantener la comunicación, se recomienda a quien se haga cargo asumir una actitud paciente frente a la persona con alzhéimer.
Si se produce un malentendido o un enfado con él, recordar que aunque no recuerde todos los detalles de la discusión sí pueden perdurar las emociones negativas que haya experimentado en ese momento. Ser comprensivo y paciente ayudará a no enquistar los problemas pasajeros.
Si en algún momento el sustituto no sabe cómo resolver alguna situación, una buena opción es consultar a un profesional.
8. Disfrutar
El objetivo de las vacaciones es disfrutar, por lo que, tanto si se trata del cuidador que se separa de la persona con alzhéimer, como si se trata del cuidador sustituto o de la propia persona afectada, lo más importante es hacer de la ocasión un espacio de desconexión y bienestar.