Eva Borràs: “Economías referentes en prosperidad evidencian su interés por el talento sénior”

¿Valoran las empresas de Barcelonas a los trabajadores de más edad?; en la ciudad condal, ¿conviven en armonía en el seno de las organizaciones el talento joven y el talento sénior?; ¿cómo gestionan la diversidad intergeneracional? ¿qué medidas se están poniendo en marcha en Cataluña para favorecer a los mayores en el ámbito laboral?

Estas son algunas de las cuestiones a las que ha respondido Eva Borràs i Balcells, directora gerente de la Cambra de Comerç de Barcelona, que presentará este martes día 28 de marzo en Barcelona, la campaña de puesta en valor del talento intergeneracional 'Aprender de la experiencia', una iniciativa impulsada por la Cámara de Comercio de España (@camarascomercio) en colaboración con 65YMÁS.

Durante la presentación, que tendrá lugar en HUB cambraDigital de la Cambra de Comerç de Barcelona, el jugador de baloncesto Fernando Romay participará en una mesa de debate sobre habilidades sociales en la que debatirá de qué forma, la apuesta por el talento sénior y el diálogo intergeneracional puede enriquecer la empresa.

PREGUNTA.- ¿Cree que en las empresas barcelonesas se pone en valor el talento sénior? 

RESPUESTA.- Primero me gustaría romper un “mito”, que por desgracia se arrastra en el modus operandi de algunos departamentos de recursos humanos, y que justifica prescindir del talento sénior en las empresas: la permanencia de los perfiles séniors se traduce en una barrera para la incorporación de personas jóvenes. Si esta afirmación fuera cierta, también debería serlo que la introducción de la mujer en el mundo laboral causó una destrucción masiva de empleo masculino en el siglo XX -y sabemos que nunca sucedió, fue todo lo contrario-.

Desde la Cambra de Comerç de Barcelona trabajamos para poner en valor y defender el papel clave del talento sénior en la construcción de un modelo económico basado en el conocimiento y la experiencia. Porque ni la madurez ni la experiencia acumulada a lo largo de los años pueden entrar en competencia con el talento de un joven. Todo perfil ocupa su lugar y función. En situaciones de crisis, por ejemplo, la templanza y la capacidad de relativizar y priorizar del personal sénior es esencial para tomar las decisiones correctas.

Economías referentes en prosperidad económica hacen evidente su interés por el talento sénior. Según los últimos estudios de la OCDE, los países con mayor tasa de ocupación media entre 55 y 64 años son Islandia (81%), Nueva Zelanda (78%), Japón (74%) y Suecia (77%). Por el contrario, España se encuentra en la mitad de la tabla con un porcentaje del 58%. Reflejándonos en las economías que sostienen un admirable bienestar económico y social, vemos que España tiene un reto a corto plazo que es, sin ningún tipo de duda, aumentar la participación en el mercado laboral de los séniors, fomentando trayectorias profesionales más largas y que aumenten el valor de nuestra economía.

P.- En la actualidad, ¿considera que ha mejorado la situación de los mayores en las empresas con respecto a hace unos años o no ha cambiado mucho? 

R.- Uno de cada cinco ocupados en España tiene perfil senior y uno de cada tres autónomos españoles tiene más de 55 años. Además, la tasa de participación de los séniors en el total la población activa pasó del 11% al 18,3% entre 2008 y 2020. Pero, paralelamente, está creciendo el edadismo -es decir, el conjunto de prejuicios alrededor de las personas mayores- y la tasa de emprendimiento senior en España se sitúa por debajo de los países avanzados europeos.  

Necesitamos mejorar las condiciones para convertirnos en un país referente en la promoción de la silver economy, es decir de aquellas actividades económicas, productos y servicios diseñados para satisfacer las necesidades de las personas mayores de 50 años; y tenemos los indicadores a nuestro favor: alta longevidad y un sistema sanitario consolidado. Por eso, desde la Cambra de Comerç de Barcelona colaboramos estrechamente con entidades como ASENCAT, una asociación de personas séniors que han tenido una trayectoria laboral con responsabilidades importantes y que ahora que están jubiladas y quieren seguir aportando compartiendo sus conocimientos y su visión y experiencia a nuestros emprendedores.

Es fundamental preservar el talento sénior y trabajar sector público y privado de la mano para, por ejemplo, desincentivar las prejubilaciones y favorecer las jubilaciones activas.

¿Qué medidas se están poniendo en marcha en Barcelona para favorecer a los mayores en el entorno laboral? 

R.- Para acabar con la fuga del talento senior se debe romper con la tendencia actual de abandono prematuro de los perfiles séniors del mercado laboral, trabajando en planes de reskilling o que den el soporte necesario a las empresas para que sus plantillas sean un espejo de la importancia de la transferencia del conocimiento.

Más allá de la colaboración que mencionaba con Asencat, desde la Cambra de Comerç de Barcelona estamos impulsando el programa 45+, una iniciativa dirigida a las personas entre 45 y 60 años, en situación de desempleo, financiada con fondos europeos, que tiene como objetivo contribuir a su recapacitación de acuerdo con las necesidades del mercado laboral actual para facilitar así su reinserción laboral. Entendemos que es clave contar tanto a nivel económico como a nivel social con su aportación activa y por esta razón apostamos por un programa que ya cuenta con más de 600 participantes y que presenta una tasa de inserción del 50%.  

¿Qué opina de las relaciones intergeneracionales en las empresas? ¿Cree que funcionan?

R.- Es inevitable que en los entornos laborales convivan profesionales de diferentes edades. Tradicionalmente, la transferencia de conocimiento ha sido unidireccional –de los séniors a los jóvenes–, ya que los primeros tienen más experiencia y suelen ocupar los cargos de responsabilidad.

Pero es evidente que hoy en día es esencial que una organización cuente con talento joven y sénior. La simbiosis entre ambos grupos es un activo para el desarrollo y el progreso de una empresa. Si queremos adaptarnos a las nuevas realidades y tendencias, necesitamos combinar la visión joven con la experiencia y talento que nos puede aportar una persona senior. Sólo juntos llegaremos más lejos.

P.-¿Qué pueden aportar los jóvenes a los seniors en el trabajo, y viceversa? 

R.- Como comentaba, creo que la suma del talento de séniors y jóvenes es una colaboración necesaria en la actualidad, una simbiosis en la que se complementan los puntos fuertes de unos y otros. Los mayores son más experimentados y pueden aportar el conocimiento dada su trayectoria un análisis más estratégico y global, una templanza, etc. y los jóvenes, a su vez, son los que pueden aportar la creatividad, la energía, la adopción continua al cambio y el probar nuevas iniciativas.

Un ejemplo muy claro es la adopción de la tecnología, un fenómeno que se ha abierto paso entre las empresas desde el estallido de la crisis sanitaria. Las generaciones Millenial y Zoomer han crecido junto a los grandes saltos digitales hechos por la humanidad en las últimas décadas y son prácticamente nativas digitales. En este aspecto, incorporar talento joven puede ser una gran ventaja para las empresas.

P.- En las empresas, ¿cree que cada vez se valoran más las soft skills en los empleados? ¿Cuál de ellas es la más importante de adquirir? 

R.- Si vamos a lo que nos dicen las Encuestas de Clima Empresarial, en Catalunya uno de los principales problemas de las empresas es encontrar personal cualificado. Es decir, existe un importante desajuste entre la oferta y la demanda en el mercado laboral.

¿Pero cómo definimos qué es personal cualificado? La formación y los conocimientos son sólo una parte. El saber liderar, motivar, trabajar en equipo, adaptarse fácilmente a los cambios, saber comunicar es esencial.

Creo que una de las soft skills más importantes de adquirir hoy en día, donde impera el trabajo colectivo, multidisciplinar y en equipo, es la comunicación asertiva, es decir, la capacidad de transmitir de forma clara y respetuosa las ideas. La comunicación es fundamental para que los equipos de trabajo funcionen, sin importar su sector.