Combatir los estereotipos que hay contra los mayores y que se asocian a gasto, dependencia y enfermedad, ha sido uno de los objetivos de la carrera de la economista Teresa López. Experta en Políticas Sociales y de Familia, así como en Economía de la Seguridad Social, la ahora profesora honorífica de la Universidad Complutense (@unicomplutense) no ceja en su empeño de demostrar el valor que suponen los mayores para la sociedad y para la economía. Así, asegura que aparte de pagar impuestos y ejercer importantes labores de cuidados, muchos jubilados han sido el sustento para muchas familias en tiempos de crisis, incluida la que se generará tras la Covid.
Como resultado de sus investigaciones durante décadas Teresa López ha publicado numerosos libros y artículos como Personas mayores y solidaridad intergeneracional en a familia: el caso español (Cinca, 2015), por los que ha recibido distintos premios y reconocimientos. En 2004 le fue concedida la Medalla de Honor de la Universidad Complutense de Madrid por su labor docente e investigadora. Ha sido además presidenta del Comité de Bioética de España y hasta febrero de 2019 fue vocal del Consejo Asesor de Sanidad del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
PREGUNTA.- Para intentar entender la discriminación que hay contra los mayores, ¿por qué crees usted que hay una concepción social de los mayores como carga?
RESPUESTA.- A los mayores se les suele asociar con temas como enfermedad, pensiones, dependencia... Todas estas son palabras que se suelen interpretar erróneamente como carga. Las pensiones sueles verse como un gasto para los trabajadores; la dependencia como algo negativo porque quita libertad... Otro problema es que vivimos en una sociedad cada vez más deshumanizada, una cultura que valora lo nuevo, lo joven, lo productivo, y los mayores suelen asociarse contra lo contrario. En el fondo de todo ello está un problema donde prevalece lo nuevo frente a lo 'viejo'.
P.- Sin embargo hasta hace poco en España no era así, se valoraba mucho más la sabiduría y experiencia de los mayores, al menos de la familia... ¿Qué ha pasado?
R.- Sí, en España la familia es todavía una institución muy respetada y valorada. Pero se nota que poco a poco se está perdiendo esta referencia del papel que ocupan los mayores. A ello contribuyen elementos dispares como que cada vez vivimos en casas más pequeñas, en las que los núcleos familiares se reducen, tenemos horarios laborales más largos, que dificultan las visitas a los mayores e incluso la convivencia con ellos y que lo que se valora es un trabajo bien remunerado sin importar el tiempo. Todo esto genera un cambio hacia esa mentalidad donde el prestigio social está en el trabajo y menos en la familia.
P.- Y, ¿por qué crees que se debería valorar a los mayores? ¿Por qué no se deberían ver como una carga?
R.- Lo primero es tener claro que ninguna persona debería ser una carga para otra, si acaso una responsabilidad. En España tenemos un problema ya de partida con el lenguaje que utilizamos , hablamos de "cargas familiares" y eso se refleja luego en la cultura que tenemos. La realidad es que los mayores no son una carga. En primer lugar porque son un colectivo muy variopinto, por lo que antes que nada hay que plantearse "qué es ser mayor". No es lo mismo ser mayor de 65 años o más de 95 años, y dentro de esos dos grupos también hay muchas diferencias. Yo creo que deberíamos ver la realidad de estas personas. Algunas pueden ser "una carga" para sus familiares o cuidadores durante algunos años, pero no para el resto de la sociedad. No hay que olvidar que durante gran parte de su vida han sido más bien una ayuda.
P.- ¿En qué sentido pueden aportar los mayores?
R.- Los mayores son un gran sistema de garantía social. Los abuelos cuidan a sus nietos, las parejas se cuidan el uno al otro, muchos mayores son cuidadores de hijos o familiares con discapacidad. Yo creo que hay otro colectivo olvidado de muchas personas, la mayoría mujeres, de 65 años, que cuidan a sus padres de unos 90 años. La esperanza de vida hace que los padres vivan cada vez más años y que se generen estas situaciones de mayores que cuidan a mayores, por eso no se pueden meter en el mismo saco.
"Los jubilados han sido quienes han sacado adelante la economía en tiempos de crisis. Ocurrirá los mismo tras el coronavirus"
P.- La cuestión es que esto es difícil de cuantificar económicamente, ¿no?
R.- Sí, es muy difícil, pero es que los jubilados han sido quienes han sacado adelante la economía en tiempos de grandes crisis como la de 2008. Y se espera que ocurra lo mismo en esta crisis del coronavirus. Ahora estamos en un contexto de una tasa elevadísima de paro y vuelven a casa de sus padres ¿Son en este caso los mayores una carga o un alivio? Al mismo tiempo, los mayores pagan muchos impuestos, sobre todo de valor añadido. Pongamos que el caso de un mayor con una pensión media de 1.800 euros, que vive con sus hijos en paro. Toda esa pensión se va a la cesta de la compra, gastos de consumo, que son 100% gastos indirectos, por lo que los mayores ayudan a la redistribución de la riqueza.
P.- También pagan impuestos a través de su pensión...
R.- Sí, muchos de los pensionistas soportan la carga de los impuestos locales de la vivienda que suelen tener en propiedad, y de el IRPF de sus pensiones en función la cuantía que reciben. Además, hay muchas personas mayores de 65 años que son autónomos y siguen trabajando por lo que siguen cotizando al sistema, siguen pagando sus impuestos, etc. Es que meter a todos los mayores en el mismo estereotipo no se puede, especialmente cuando éste es falso.
P.- Hemos repasado el papel que tienen en los cuidados, sustento del hogar, el pago de impuestos, ¿hay más aspectos en los que contribuyan los mayores?
R.- Hay otra variable, quizás la más importante y es que los mayores ayudan a crear capital social de un país, mucho más que los jóvenes. Son los que ayudan a transmitir cultura, educan a sus nietos, fomentan las relaciones intergeneracionales, la participación ciudadana, el asociacionismo y todo eso no se computa. El problema es que todo lo que no se puede poner en números parece que no tiene valor. Pero es que la riqueza supone el crecimiento de un país en relación a los efectos redistributivos y en eso los mayores contribuyen como los que más.
P.- ¿Qué habría que hacer para que esta situación cambiase y se valore de verdad a los mayores?
R.- Hay que hablar mucho de ello. Muchas veces la gente se queda sorprendida cuando les cuentas que no todas las personas mayores son dependientes. Hay que combatir estos estereotipos, y por otro lado recordar que todos somos dependientes a nivel afectivo, todos necesitamos a los otros en las diferentes etapas de la vida. Hay mucha soledad y violencia contra las personas mayores, el problema es que es muy difícil de cuantificar y socialmente no se quieren oír estas historias. El silencio es lo peor, pero debe haber un cambio cultural hacia un modelo más humano ya que nuestra sociedad va a estar cada vez más envejecida. También hay que trabajar porque las políticas sociales no solo giren en el entorno de la familia, porque este concepto también está cambiando y no solo puede ir dirigida a las personas con hijos.