La sociedad está cambiando. A día de hoy, en España el porcentaje de personas que tienen 65 años o más, se sitúa en el 20,1%. Una cifra que aumentará hasta el 30,4% en el 2050. En otras palabras, la población envejece y hay que prepararse en todos los sentidos, porque en unos años, los españoles, de entre 55 y 64 años, serán los más numerosos en nuestro país.
En esta transformación, la educación y la formación jugarán un papel muy importante, porque es necesario acabar con los estigmas que rodean a las personas mayores y poner en valor el talento del trabajador sénior, que no solo puede aportar su experiencia, sino que también tiene la capacidad de adquirir nuevos conocimientos, actuar de mentores con los más jóvenes y adaptarse a un mundo cada vez más tecnológico.
Porque es evidente que las nuevas tecnologías están comenzando a ganar presencia en las empresas, haciendo que las necesidades y los requisitos que se necesitan para formar parte de un equipo de trabajo, también sean diferentes. De hecho, a comienzos del mes de junio, Gita Gopinath, Primera Subdirectora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró que la Inteligencia Artificial iba a suponer una “sacudida sin precedentes” en los mercados laborales, ya que “el número de puestos de trabajo afectados podría ser arrollador”.
El hecho de que cada vez seamos más tecnológicos implica que tanto jóvenes como mayores, tengan que aprender a manejarse con los nuevos sistemas, lo que podría suponer un cambio en la manera de aprender, porque esto no solo afecta a los futuros trabajadores, sino también a los actuales: “Estamos acostumbrados a hacer cuatro años de grado, y trabajar de esta formación. Pero ahora la Unión Europea trabaja con la idea de replantear muchas trayectorias formativas por el gran cambio estructural de los empleos, ya que no sabemos cuáles estarán disponibles en el futuro”, explicaba el ministro de Universidades, Joan Subirats (@subirats9) durante su intervención en la Universidad de Málaga para presentar la solución a esta revolución. “Hay carencias, y lo que nos pide Europa es que construyamos sistemas educativos más flexibles y adaptados a las necesidades”, añadía.
Y para ello, lo que han planteado desde el Ministerio de Universidades, y que a finales de verano esperan aprobar (no se han pronunciado sobre si las elecciones afectarán a este proyecto) es el Plan Microcredenciales para “abrir las universidades a todas las edades. Este plan forma parte de una estrategia europea de formación a lo largo de la vida”, explicaba el ministro. Y es que la característica principal de esta propuesta es que está destinada “a toda la población de entre 25 y 64 años, que no hace falta que cumplan los requisitos para entrar en la universidad", aseguraba Subirats. "Las universidades podrán acreditar a estas personas por su trayectoria profesional para poder entrar”, aclaraba.
La elección de este rango de edad no es aleatoria, porque tal y como ha explicado el ministro, el porcentaje de alumnos mayores de 30 años no supera el 5% en el caso de los grados, ni llega al 20% en los máster: "Hay personas que no han podido cursar estudios universitarios y en un determinado momento de su vida profesional tienen necesidades que pueden resolverse a través de las microcredenciales. También hay personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad que no podrían acceder a una formación y, gracias a estos cursos, van a poder acceder a ella", nos cuenta a 65YMÁS Eva Alcón, presidenta de CRUE, Universidades Españolas.
— Ministerio de Universidades (@UniversidadGob) June 19, 2023
De esta manera, y con el objetivo de 'recualificar' a los trabajadores, el proyecto piloto ofrecerá 1.000 formaciones de entre 1 crédito (25 horas) y 15 créditos, haciendo que la suma de estos puedan equivaler a "una acreditación de grado superior", comentaba el ministro. Además, no hará falta que las 60.000 personas a las que se han propuesto llegar (es el compromiso mínimo con Europa), se encuentren desempleadas, y los trabajadores también podrán acceder, de ahí que otras de las características sea la flexibilidad.
"La realidad del mundo que vivimos está superando todas nuestras previsiones. El continuo avance tecnológico, la globalización y la internacionalización de las empresas están introduciendo cambios de gran magnitud en los métodos de trabajo, en la tipología de puestos de trabajo y en las organizaciones privadas o públicas. Y esto hace imprescindible actualizar o renovar no solo conocimientos, sino también competencias y habilidades. Las universidades hemos asumido este formato de aprendizaje como parte de nuestra responsabilidad social. De hecho, llevamos tiempo haciendo formación a lo largo de la vida con programas de oferta de títulos propios de diferente extensión. Ahora, la oferta de microcredenciales por parte de las universidades abre nuevas oportunidades porque permite el acceso a una formación flexible, actualizada y, lo que es muy importante, con garantía de calidad. Además, lo facilita independientemente de los estudios previos", comenta la presidenta del CRUE.
Los Fondos Europeos han dotado a este Plan con 50 millones de euros para que a partir del 1 de enero de 2024 y hasta el 30 de junio de 2026, las universidades públicas desarrollen sus proyectos pilotos y poder así "experimentar y avanzar en esta línea". Es importante matizar, que esta competencia está delegada a las comunidades autónomas, por lo que el Gobierno repartirá por criterio de población este presupuesto. Cada región tendrá tres meses de plazo para buscar las mejores fórmulas para que ese dinero llegue a sus universidades.
"El plan ha sido presentado por el Ministerio hace tan solo unos días y aunque las universidades ya hemos diseñado algunas microcredenciales para responder a retos del tejido socio productivo del territorio, ahora entramos en una fase más amplia de planificación y elaboración de propuestas. Las universidades españolas, como ya vienen haciendo, aprovecharán la oportunidad que esta iniciativa supone para reforzar y adaptar tanto la oferta de programas orientados a la formación a lo largo de la vida, como la oficial de grados, másteres y doctorado. Nuestra responsabilidad social nos obliga a atender las necesidades de nuevos conocimientos, competencias y habilidades que cada día demanda con más intensidad el tejido productivo y la sociedad en general, con especial atención a los orientados al desarrollo de las llamadas agenda digital y verde, sin olvidar los relativos a la agenda social. Porque, como nos reitera la Comisión Europea, los retos son sociales y tecnológicos", nos explica Alcón.
"La participación de las universidades es lo que diferencia a este Plan de otras formaciones", porque lo que se pretende es poner esta institución académica "al servicio de la formación a lo largo de la vida de todas las personas", matizaba el asesor del Gabinete del ministro de Universidades, Jaume Blasco.
Pero las universidades no son las únicas que juegan un papel importante en este Plan, y la colaboración de las empresas, también será esencial para construir estas nuevas oportunidades educativas "no de motu proprio, sino con la complicidad y colaboración de las entidades sociales, instituciones y empresas" para facilitar que estos cursos respondan a las demandas sociales y no solo a la voluntad de oferta de las universidades.
Desde el CRUE nos aseguran que a través de este plan, los sénior que se encuentren desempleados tendrán más facilidades para encontrar trabajo: "Desde luego, les ayudará. La experiencia de los sénior, reforzada con una actualización de habilidades y capacidades, tiene mucho que aportar al tejido productivo y seguro que los empleadores lo sabrán apreciar y valorar".
Los sénior, expectantes
A la espera de que las comunidades autónomas desarrollen sus propuestas y materialicen este Plan, Alfredo Pastor, representante de la Confederación Española de Aulas de Tercera Edad (CEATE), tiene sus dudas: "Yo esto no lo concibo, no me gusta. Tendría que comparar planes, pero me parece que todo son coladeros. No lo veo viable como una formación seria", nos asegura.
El catedrático de Historia cree que en el caso de los trabajadores sénior que quieran o necesiten aprender a manejar nuevas tecnologías o herramientas, ya existe una solución: "Para eso existen las Universidades de Mayores. Yo he dado clases y conferencias, y todo el que quiere se apunta a ciertos créditos formativos, sin que haya exámenes".
"Es una formación que vale para todos, igual que los cursos sénior. Por eso no veo este nuevo Plan, porque ya existen estas soluciones", nos explica.
Aun así, no descarta darle una oportunidad cuando todo esté más consolidado: "Necesitamos más información. Creo que lo han lanzado para ver qué opina la gente, y en mi caso es que no lo veo viable. Ahora bien, si cuando presenten los planes, vemos que funciona y que están bien, la cosa cambiará".
Por su parte, desde CAUMAS, la Confederación Estatal que agrupa a las Asociaciones de los Programas Universitarios de Personas Mayores (PUM), su vicepresidente, Alejandro Otero Davila, también cree que, a falta de más concreción, los Programas para Mayores de las universidades públicas, sirven para que las personas adquieran conocimientos sobre las materias que quieran, sin necesidad de hacer una carrera de cuatro años: "Somos alumnos de pleno derecho, las asignaturas las hacemos también tienen créditos y se ajustan al Plan Bolonia, y al final lo que nos dan es un título, un graduado sénior. Además, también nos dan la posibilidad de asistir a las clases que queramos de los grados, sin necesidad de tener que sacarnos una carrera concreta", explica.
"En los programas de mayores no estudiamos para adquirir un título oficial, sino porque queremos. En mi caso, que no pude estudiar, cuando me jubilé quise ir a la universidad, que era mi anhelo de toda la vida", nos confiesa. Y aunque el Plan Microcreds, también está destinado a estos trabajadores, que no pudieron o quisieron estudiar, Otero asegura que "esto ya está funcionando en España, y con mucho éxito, y son precisamente los Porgramas de Mayores", repite.
"La mayoría de universidades españolas tiene implantado este programa, y cada una lo gestiona de una manera, pero tienes los mismos derechos y obligaciones que un alumno de grado, excepto que el título que consigues no te convalida para ejercer una profesión, pero nosotros no queremos que sea así, no queremos competir con los laumnos de grado", matiza.
Además de estos programas, Otero también ha querido recordar la Formación Profesional como alternativa para adquirir nuevos conocimientos: "Hay personas adultas, no mayores, que aún están en el ciclo de poder seguir trabajando, que lógimamente se integran para estudiar una nueva profesión, simplemente porque les va a facilitar buscar empleo, y que no tiene nada que ver con el programa de mayores", explica el vicepresidente de CAUMAS.
Otero cree que este plan también surge para dar solución a una tendencia cada vez más evidente: el aumento de mayores que quieren volver a las aulas. "Las universidades están interesadísimas en los programas de mayores, y en el caso de la Universidad de Vigo, hay más alumnos en este programa, que alumnos de grado. Somos mayoría", nos asegura.
"Una de las generaciones más formadas de la historias, a partir del año 2025 comenzará a jubilarse y quiere seguir aprendiendo. Las universiades son conscientes de la abalancha de alumnos mayores que recibirá en los próximo años, y ya se está preparando para ello ampliando su oferta", opina el vicepresidente de CAUMAS.
Las personas que vuelvan a las aulas a través de este plan o de los programas de mayores "puede ser que sigan activas y que quieran formarse, o jubilados que queremos aprender, sin competir con nadie", concluye Otero, que al igual que CEATE no termina de entender la necesidad que cubre el Plan Microcreds.
Plan de Acción
🔴#EnDirecto | La presidenta de Crue @EvaAlconUJI afirma que la oferta de microcredenciales es un «magnífico instrumento» de inclusión e igualdad de oportunidades➡️«Tenemos responder a lo que la sociedad necesita»
— Crue Universidades (@CrueUniversidad) June 19, 2023
El Plan de acción está compuesto por 41 actuaciones para poder desarrollar las microcredenciales. Entre ellas, la nota de prensa del Ministerio de Universidades destaca:
Crear un fondo de 50 millones de euros, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, para el desarrollo de las microcredenciales universitarias en el período 2024-2026.
Crear una plataforma digital que sirva como ventanilla única en la que se presente toda la oferta de microcredenciales universitarias.
Incluir las universidades como proveedores formativos en los planes y programas sectoriales con un componente de recualificación de otros ministerios y Comunidades Autónomas, particularmente en sectores y actividades estratégicas en las que exista un déficit de personal cualificado o necesidades de reciclaje profesional.
Ensayar fórmulas de intermediación entre las universidades y las micro, pequeñas y medianas empresas, así como los trabajadores autónomos, entidades del tercer sector y administraciones locales para identificar y agregar necesidades de recualificación, y coordinar la colaboración con las universidades para satisfacerlas.
Promover proyectos colaborativos entre diversas universidades para coproducir microcredenciales conjuntamente.
Recualificar al personal docente universitario para dotarle de capacidades e instrumentos para la formación de personas adultas y profesionales con experiencia laboral.
Promover la colaboración estrecha y estable entre universidades y empresas, entidades sociales y administraciones para asegurar que las microcredenciales responden a sus necesidades.
Desarrollar un cesto de microcredenciales universitarias en capacidades de alta demanda específicamente diseñadas para personas en situación de vulnerabilidad social.
Desarrollar los sistemas que permitan agregar y combinar las microcredenciales en credenciales más amplias, así como crear las vías de acceso para que la población adulta que adquiera ciertas combinaciones de microcredenciales pueda acceder a determinados programas de grado o másteres universitarios.
Extender y estandarizar la certificación digital de las microcredenciales universitarias con el fin de garantizar la seguridad, veracidad y portabilidad internacional de las microcredenciales.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.