Nunca es tarde para formarse en idiomas, sobre todo, si se hace de forma amena, adaptada y flexible. De ello son conscientes en Education First (@EF), una compañía multinacional que organiza viajes al extranjero para aprender lenguas como inglés, francés, alemán o italiano, entre otras. Por esta razón, la empresa ha decidido responder también a las necesidades de los sénior y organizar cursos para mayores de 50 años, adaptándose a sus demandas e inquietudes con programas híbridos en los que se alternan clases con actividades como catas de vino, yoga, visitas a museos o deportes, y en los que conviven personas de edades similares de hasta 60 países diferentes. 65YMÁS ha conversado con el director general de Education First España, Xavier Martí, para conocer más de cerca cómo van a funcionar estos cursos novedosos.
PREGUNTA - La mayor parte de usuarios de sus cursos son jóvenes estudiantes, ¿por qué han decidido organizar viajes al extranjero orientados al colectivo sénior? ¿Era una demanda del colectivo?
RESPUESTA - Nosotros identificamos que había un crecimiento de sénior interesados por estos cursos. Gente, que se metía en nuestra web, y pedía información. Y nos fuimos dando cuenta que teníamos un segmento de personas de más de 50 o 55 años, cada vez más grande. No era mayoritario, comparado con los niños, pero iba creciendo hasta el 20/30% en los últimos años. ¿Y qué pasó? Pues que con el producto anterior, ya no les convencíamos de venir. Por eso, decidimos desarrollar algo más ajustado a sus necesidades, distintas de las de alguien de 16 años.
P.- ¿Qué perfil se interesa por estos viajes formativos para sénior?
R.- Hay personas que están trabajando y que quieren unas "vacaciones inteligentes" de dos semanas en las que aprender un idioma. También existe un perfil que quizá está en el paro, que confía en reincorporarse al mercado laboral y que entiende que, sin un buen inglés, no va a poder. En este último caso, ya no vienen 15 días, sino que pueden irse más, porque el objetivo es más profesional. Y luego, hay gente jubilada o prejubilada que deciden optar por estos viajes, igual que se podrían haber ido a la Costa Brava, por ejemplo.
P.- ¿Hay una edad para aprender idiomas?
R.- La respuesta desde un punto de vista técnico es que cuanto antes, mejor. Ahora bien, eso no quiere decir que no sea posible hacerlo más tarde. Una persona de 50 años puede aprender un idioma o reforzarlo, aunque es cierto que, si empieza de cero, en dos semanas no podrá, necesitará nueve meses. Eso sí, todo el mundo tiene la oportunidad de aprender idiomas, independientemente de su edad.
P.- ¿Las clases son diferentes a las que se imparten para los alumnos más jóvenes?
R.- Hay una parte práctica y de conversación que está más enfocada a los sénior. Pero luego existe una común, gramatical, que es igual para jóvenes y adultos.
P.- ¿Qué espera una persona mayor de 50 años de unas "vacaciones inteligentes" de este tipo?
R.- Todos tienen una motivación intrínseca por aprender y quieren hacer actividades culturales o gastronómicas, que les aporten algo más. El sénior pide una clase de idiomas seria, donde pueda mejorar, aprender y conversar. Sobre todo esto último, porque lo que demandan es comunicarse bien, no tanto prepararse para algún examen. Y también piden actividades con un contenido apropiado para ellos. ¿Qué quiere decir? Pues que la escuela esté cerca de varias ciudades, que puedan hacer turismo, disfrutar de tours, ver museos… Es como irse de vacaciones, pero añadiendo cuatro horas de inglés al día. Y además, conocen a un grupo de personas cercanas en edad, intereses e inquietudes, de Suecia, alemanes, franceses, mexicanos, chinos... Y eso, ya de por sí, es muy divertido.
P.- ¿En qué ciudades organizan estos cursos para mayores de 50?
R.- En Roma, Malta, Londres, Nueva York, Santa Bárbara, Niza y Berlín.
P.- ¿Y las actividades de ocio se adaptan a cada sitio?
R.- Exactamente, si estás en Roma, podrás irte de fin de semana a Sicilia o si vas a Nueva York, a Boston. Las actividades son distintas y se especializan en diferentes ámbitos culturales de cada destino.
P.- ¿Qué cuesta el viaje?
R.- Dependemos de los precios de los vuelos y es difícil marcar unas tarifas fijas, pero, por ejemplo, dos semanas en Roma, comprado con tiempo para septiembre, puede salir por unos 2.000 euros, como mucho, con todo incluido, alojamiento, media pensión, vuelo, clases y ciertas actividades.
P.- ¿Cuántas personas de más de 50 años esperan que se inscriban a estos cursos?
R.- Ya teníamos clientes de más de 50 años. No era un número muy grande. A nivel mundial, se superaban los 500 estudiantes. Y ahora que estamos lanzando esta opción, creemos que vamos a tener una mejor respuesta, porque es algo más ajustado a sus intereses. Si tenemos el éxito esperado, podremos montar muchas plazas. Vamos creando grupos de 15 a 20 personas y si vienen 100, pues haremos cinco.
P.- ¿Los sénior coincidirán también con los jóvenes que vayan a aprender idiomas al extranjero?
R.- Vamos a ofrecer estos paquetes en épocas en las que los niños están en la escuela o los jóvenes en la universidad. Tenemos plazas abiertas todo el año para recibir a gente más adulta, con intereses distintos. Pero no hay ningún problema con que se junten. Es más, hay personas que lo prefieren. No es lo mismo estar en Nueva York un grupo de personas de 50 en octubre, que en julio, cuando habrá muchas más personas, la mayoría, de 19 o 20 años.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.