Clara González
Sabores de mi tierra
Cómo hacer pastillas de caldo concentrado caseras
El caldo tiene una gran capacidad para hidratar y agregar nutrientes
Más allá de su función básica de añadir sabor y profundidad a sopas, guisos y salsas, la utilidad del caldo se extiende a múltiples aspectos de la cocina. Desde servir como base para cocinar arroces, pasta y granos, hasta ser el ingrediente secreto en marinadas y adobos. Además, su capacidad para hidratar y agregar nutrientes lo convierte en un aliado indispensable en la cocina saludable y durante los días de frío.
Por eso es importante conocer cómo prepararlo correctamente. Sigue leyendo para saber cómo hacer pastillas de caldo concentrado caseras y degustar su mejor sabor.
Ingredientes para hacer pastillas de caldo de verduras
Lo primero que necesitarás para preparar las pastillas de caldo son las verduras. Puedes usar 2 cebollas, 3 puerros y 4 zanahorias, e incluso incluir chirivía, nabo y apio al gusto.
También deberás contar con 1 diente de ajo, 1 cucharada de hojas de perejil, 1 hoja de laurel y 1 tomate pequeño. La sal y el aceite de oliva no pueden faltar. Finalmente, será de utilidad el vino de cocinar.
En el caso de querer incluir carne en el caldo de verduras, tendrás que añadir 150 gramos de carne roja o ternera picada y limpia. También se puede incluir pollo.
Cómo elaborar las pastillas de caldo
Para comenzar, deberás picar todas las verduras en trozos pequeños. Una vez hecho, vierte un chorro de aceite en una cazuela y pocha las verduras a fuego lento. Es recomendable poner la tapa al recipiente para que las verduras suelten todo el agua. En caso de hacer la receta con carne o pollo, añádelo en este punto.
Después, puedes quitar la tapa del recipiente y dejar cocer, vigilando que no se pegue. En cuanto cojan color, añade el perejil y la sal.
Bate o tritura el resultado hasta formar una pasta y vuelve a introducirlo en la cazuela. Ahora deberás remover durante unos 10 minutos, a baja temperatura, para evitar que se pegue. Pasados estos minutos sube la temperatura sin dejar de remover durante otros 5 minutos.
Vierte la pasta en un recipiente —es recomendable que lo forres con un film— y déjalo enfriar en la nevera. Una vez esté duro, corta cubos similares a una pastilla de caldo.
Finalmente, envuelve las pastillas y consérvalas en la nevera o congeladas hasta que quieras degustar el caldo o utilizarlo como base de otras elaboraciones.