65ymás
Sabores de mi tierra
Cómo saber si las croquetas de un restaurante son caseras o congeladas
Cuanto más irregulares sean, mayor calidad tienen
Las croquetas son una de las recetas más típicas de la gastronomía española. Tanto congeladas como caseras, es un plato que gusta mucho y un clásico en nuestra gastronomía pero, ¿cómo podemos saber si las croquetas son industriales o caseras en un bar o en un restaurante? Gemma del Caño, divulgadora y especialista en Seguridad Alimentaria, ha proporcionado la clave.
La forma de la croqueta
El ingrediente principal que deben llevar todas las croquetas es la bechamel. La mezcla bien hecha de harina, que puede ser de maíz o de trigo, con la mantequilla, el aceite o la manteca, es imprescindible para conseguir una buena croqueta.
Sin embargo, tal y como explica Gemma del Caño, la forma de la croqueta es la marca de cómo ha sido cocinada. La malla nos va a dar la pista para saber si es congelada o casera, ya que cuanto más imperfecta e irregular sea, mejor va a estar hecha .
"Cuando la croqueta es muy cremosa , al caer en la malla queda una huella. Da igual que se empanen, da igual que se congelen, la malla quedará en ella", asegura.
Cuanto mejor se vea la huella en la croqueta, mayor será su calidad. Una huella muy marcada es señal de que esa croqueta es muy cremosa.
De esta manera, Caño explica que ya no es sólo la forma exterior, que es básica para saber si nos encontramos ante una croqueta congelada, si al abrirlas nos encontramos con un "mazacote" o con grumos en su interior, es que estamos ante una industrial.
Una buena croqueta casera será cremosa y, al morder, notaremos la diferencia entre esa cremosidad y el crujiente del exterior.
Diferencias en los ingredientes
Las croquetas congeladas llevan tres ingredientes que las caseras no suelen tener.
El primero de ellos es el almidón, que se utiliza para espesar la masa para que cuando se enfríe la textura se pueda tratar. Por otro lado, las croquetas congeladas suelen llevar leche en polvo a la que se le añade agua. Y por último, el suero lácteo en polvo.
"Es una forma de abaratar la croqueta sin que pierda textura", cuenta la divulgadora.