La Costa de Almería se abre al mar Mediterráneo con un paisaje es muy peculiar, desierta en unas zonas, llena de cultivos de invernaderos en otras, montañosa y con playas rocosas o con dunas, esta parte de laz provincia almeriense merece sin lugar a dudas una visita, hoy haremos una ruta que comenzará en Cuevas de Almanzora y nos llevará hasta Nijar pasando por Vera, Garrucha o Mojácar conociendo su patrimonio, su historia y su gastronomía.
Cuevas de Almanzora
La primera parada es la de Cuevas del Almanzora, ubicada en la parte nororiental de la comarca del Levante Almeriense, a orillas del Mediterráneo.
Aquí, a principios del pasado siglo XX se identificaron distintos yacimientos arqueológicos del periodo musteriense, periodo enclavado dentro del paleolítico medio y que aproximadamente abarca desde el año 125.000 al 40.000 que sería el tiempo que esta parte de Almería llevaría habitada. Los restos entonces encontrados y que se conservan en el Museo Arqueológico Nacional dieron nombre a la Cultura del Argar que pobló buena parte del sureste de la península ibérica.
Los amantes de la arqueología no deben por tanto dejar de visitar la Zona Arqueológica de Villaricos -pedanía de Cuevas de Almanzora- que destaca por su amplia secuencia cronológica, con unos orígenes que se remontan a la Edad del Cobre y un hábitat que perdura hasta época altomedieval. Además, este complejo consta de diferentes áreas y es también famoso por estar considerado como uno de los yacimientos fundamentales para comprender la colonización fenicia en la Península Ibérica.
Cerca de allí se encuentra el bello castillo de Villaricos, también conocido con el nombre de torre de Cristal, es una torre de defensa costera de planta de herradura situada junto a la desembocadura del río Almanzora que fue construida sobre otra anterior, en el siglo XVIII, entre los años 1763 y 1772, durante el reinado de Carlos III.
También es obligada la visita al castillo de Cuevas del Almanzora, también conocido como el castillo del marqués de los Vélez, un gran recinto amurallado en forma de rectángulo irregular con una única puerta de acceso, sobre los que se pueden observar los escudos de la familia Fajardo. Sus orígenes son nanteriores a la Reconquista puewsto que la primera fortificación fue musulmana, aunque os únicos restos que se conservan de época musulmana es la Torre del Homenaje que se encuentra en el interior del castillo que, declarado Bien de Interés Cultural en 1985, hoy alberga el Museo de Arte Contemporáneo Antonio Manuel Campoy.
Por su parte, la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1983, es el segundo edificio religioso más grande de Almería solo superado por la Catedral de la Encarnación de la capital de la provincia. Fue construida en el siglo XVI sobre los restos de una mezquita. De estilo neoclásico en su portada principal, pero barroco en la la lateral y el interior, la iglesia está dividida en tres naves y tiene planta es de cruz latina. https://www.juntadeandalucia.es/cultura/agendaculturaldeandalucia/planes/cuevas-del-almanzora-descubre-que-ver-y-hacer
Vera
Junto al municipio de Cuevas de Almanzora y, como ella, a orillas del Mediterráneo nos enc ontramos con Vera.
La zona de Vera tiene ancestrales testimonios de poblamientos como el megalito de Cabezo de las Coscojas, del calcolítico o Cerro del Pajarraco, con testimonios de poblamiento desde la edad del cobre a la púnica y romana. Por su parte, el yacimiento de Cerro del Espíritu Santo indica población desde época romana, pero que también alberga restos de un castillo, aljibe y murallas medievales, la antigua ciudad hispano-musulmana de Bayra y construcciones de la Edad del Cobre. Cuenta además con un mirador y una imagen del Sagrado Corazón de Jesús.
En Vera también encontramos la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, una iglesia fortaleza construida en el siglo XVI. Surgió como consecuencia de la destrucción de la antigua ciudad musulmana en el terremoto de 1518, cuando el rey Carlos I, tras este acontecimiento, pidió que se le informase sobre la conveniencia de reedificar la ciudad y la fortaleza de Vera. Dicho informe lo consideraba muy conveniente y aconsejaba levantar una muralla, torreones y "en el centro un templo parroquial, de planta rectangular y traza de fortaleza, con sendas torres en las esquinas", cuya construcción se inició en 1521.
También merece ser visitada la Ermita de la Virgen de las Angustias, un edificio del siglo XVII que tuvo profundas reformas a finales del siglo XIX, lo que le otorgó entonces un estilo neogótico con algunos elementos del neobarroco. Se trata de una única nave con tres tramos donde se encuentra la imagen de la patrona de Vera.
Garrucha
Muy cerca de Vera y a orillas del mar Mediterraneo tenemo Garrucha, que si hasta el primer tercio del siglo XIX había sido una pequeña población de pescadores, durante el esplendor minero y metalúrgico que trajo a la zona la explotación de galena argentífera en Sierra Almagrera convirtió a esta localidad costera en el puerto, y la aduana, por el que se producía el comercio del metal así como la recepción de las materiales necesarios para las infraestructuras extractivas y de transformación.
En Garrucha no puede dejar de visitarse el Castillo de las Escobetas o Castillo del Nazareno que está catalogado como Bien de Interés Cultural.. Este pueblo marinero sufrió la piratería berberisca hasta que en el año 1766 se construyó una barraca-cuartel en las Escobetas, una edificación militar provisional que costó 13.970 reales. Tras esta primera construcción, en el año 1769, se construyó el Castillo Jesús Nazareno, con un coste de 181.000 reales. Construido en mampostería, consta de tres cuerpos. La parte central es rectangular, con los lados más cortos redondeados en los que se abre una puerta también rectangular.
Otra obra civil a conocer en Garrucha es su Ayuntamiento, uno de los más representativos de la comarca. Construido hacia el año 1875 sobre un antiguo alfolí, o almacen de sal, fue reformado en el año 1991 y hoy en día es uno de los edificios más emblemáticos del municipio puesto que su fachada y su entorno lo hacen único.
Tampoco el visitante puede perderse en Garrucha el Paseo del Malecón, sin duda uno de los paseos marítimos más singulares de la provincia de Almería. Tiene una longitud de un kilómetro aproximadamente y está amurallado con una magnífica baranda de mármol blanco de Macael y un suelo donde las losas rojas y blancas van formando un peculiar diseño. Es sin duda el lugar ideal para poder dar un paseo en armonía, contemplando las maravillosas vistas que ofrece el puerto pesquero y oliendo al inconfundible Mar Mediterráneo.
Mojácar
Como carta de presentación de Mojácar, baste decir que desde enero de 2013 forma parte de la red de 'Los pueblos más bonitos de España', algo que no es de extrañar cuando se trata de una localidad que cuenta con maravillas como la Iglesia de Santa María, Bien de Interés Cultural desde 1993. Se trata de una iglesia fortaleza construida en 1560 sobre la antigua mayor que se encontraba ubicada en ese recinto. Construida en mampostería y grandes sillares, tiene planta una planta rectangular con dos torres. La única nave se cubre con una bóveda de cañón con arcos que descansan en pilares cuadrados.
Otro lugar a visitar es la Plaza del Parterre. Se piensa que fue una antigua necrópolis árabe, ya que se han encontrado restos orientados hacia el oeste, en dirección a La Meca. Actualmente se encuentra porticada y queda junto a los muros de la iglesia. En un bello rincón de la plaza, se encuentra la reproducción exacta de una de las escenas de la Reconquista, que se recrean en la sillería del coro de la catedral de Toledo realizada artesanalmente por la artista Itziar Ortuzar.
Otro de los lugares encantadores de Mojácar es la Puerta de la Ciudad. Éste es el acceso originario a Mojácar. La actual puerta fue reconstruida en el siglo XVI, sobre la original puerta árabe, que se abría en la muralla. Sirvió de vía de comunicación hacia la cuesta de La Fuente y la Plaza del Caño. Ostenta el escudo de la ciudad, con el águila bicéfala de la casa de los Austria.
Y un paseo imprescindible es el que el visitante de dar por el Barrio del Arrabal para disfrutar de la belleza de unas calles sinuosas y abigarradas cque onforman este antiguo barrio judío que comenzó a construirse en el siglo XVII a extramuros de la ciudad. Recorrerlo es imprescindible para captar la tremenda autenticidad de este pueblo.
Níjar
Níjar, el cuarto municipio más poblado de la provincia de Almería, fue declarado en 2019 uno de los Pueblos Más Bonitos de España y también uno de los Pueblos Mágicos de España.
Su fundación se remonta al siglo XIII y la influencia árabe se percibe en sus calles empinadas, estrechas y encaladas, muchas de ellas decoradas con coloridas macetas en puertas y fachadas. Es algo patente en el pasadizo del Portillo, los barrios de los Alfareros y de la Atalaya, la Plaza del Mercado y la Plaza de la Glorieta se encuentran el Ayuntamiento y la iglesia mudéjar de Nuestra Señora de la Encarnación de Nijar.
Cerca de Níjar se encuentra Huebro, un caserío de casas encaladas con una recoleta iglesia mudéjar de 1690 y el conocido como castillo de Huebro que es una pequeña fortaleza o castillo roquero.
Dentro del término municipal de Níjar se encuentra el Aljibe Bermejo de Campohermoso, situado en la vía pecuaria Cordel de Almería, una construcción fechada en la primera mitad del siglo XIII que responde al esquema general de este tipo de construcciones. Realizado en mampostería trabada con mortero para el conjunto de la edificación, presenta una bóveda de medio cañón o de aljibe con tres aberturas en la parte superior que servían para la extracción del agua.
Por último también es muy interesante la zona arqueológica de la necrópolis de El Barranquete, además de tener otros yacimientos como el asentamiento de La Matanza de Inox. Están catalogados numerosos aljibes y pozos que datan de la edad media para el aprovechamiento de las aguas superficiales y la escasa pluviometría de la zona.
Y a comer...
Y tras la ruta por los pueblos de la costa almeriense, qué mejor que reponer fuerzas con las especialidades culinarias de este bello rincón de Andalucía. Por ejemplo, con un calamar al aceite, una de las recetas más tradicionales y apreciadas de Almería. Un plato tradicional de los marineros de la costa almeriense… sí uno de esos platos sencillos y económicos que preparaban los marineros mientras estaban de faena o al llegar a puerto, y que hoy son toda una delicia gourmet. No es de extrañar, con materia prima de calidad, como los calamares de potera de la playa del Perdigal o de Las Almadrabas del Cabo de Gata.
Hacer esta delicia marinera es muy sencilla. Hay queconfitar el calamar en aceite, a fuego suave, con muy poquitos ingredientes más (ajo, aceite de oliva, sal, laurel y unos granos de pimienta negra). El secreto está en ser muy riguroso con el tiempo de cocción y no pasarte ni un minuto, para que el resultado sea un calamar tierno, lleno de sabor.
Otra de las estrellas gastronómicas de esta parte de Almería es el pulpo frito. Lo bueno de esta receta es que no es complicada, ni se necesitan muchos ingredientes, además del pulpo, unos dientes de ajo, una hoja de laurel, unas cuantas bolitas de pimienta negra y el imprescindible aceite de oliva. Aunque eso sí, la clave del éxito de esta receta es el toque personal de cada uno, pero normalmente se cocina en crudo sin rebozarlo, y con poco aceite.
El ajoblanco es una de las especialidades más sabrosas de Almería, tierra de buen comer que cuenta con muchas tradiciones culinarias propias. El tapeo es seña de identidad de esta tierra, y esta elaboración es una de las tapas más clásicas que se sirven en los bares y restaurantes de la provincia. Se trata de un plato de gran sencillez y exquisito sabor. Ahora bien, el ajoblanco almeriense es completamente diferente al resto de ajoblancos.
El que se toma en Málaga, por ejemplo, aunque comparte los ingredientes fundamentales, lleva más agua, lo que lo convierte en una sopa fría. El almeriense es una crema espesa, que se toma de aperitivo, untado en pan tostado. En ocasiones, también se pone como acompañamiento para el pescado frito.
En fritura, a la plancha o en cuajadera, esa escudilla tan original típica en muchos lugares de Andalucía, el Gallo Pedro, también conocido como San Pedro, es un pescado delicioso. Se trata de un de aguas profundas con un cuerpo comprimido lateralmente de color oliva-amarillo que se caracteriza por tener una gran mancha oscura ribeteada de color amarillo en su costado y grandes espinas en la aleta dorsal.
No era tan apreciado como se merece, consecuencia probablemente de su aspecto. No alcanzaba en el mercado cotizaciones de acuerdo a su categoría. Sin embargo esto ha cambiado radicalmente y se ha convertido en un pescado muy apreciado por la exquisita textura y sabor de su carne.
La gamba roja de Garrucha se encuentra frente a la franja litoral de esta localidad y es justamente considerada por multitud de chefs y gourmets como una de las mejores del mundo. A pesar de que esta gamba lleva pescándose en Garrucha desde finales de los años 50, en las últimas décadas su precio ha ido aumentado aún más debido a su creciente popularidad.
A diferencia de otras gambas rojas, la de Garrucha tiene un sabor bastante más intenso, suele ser más grande, más roja y más brillante que el resto y debido a su escasez e indiscutible valor gastronómico, su precio oscila, según tamaño, entre 40 y 130 euros el kilo, aunque en algunas ocasiones se han pagado a más de 200 euros.
Realmente estamos ante un auténtico tesoro de las aguas almerienses, orgullo y fortuna de la cofradía de pescadores de Garrucha y con la concesión de la Denominación de Origen en avanzado proceso.
Puede que el manchego sea el más conocido, pero el pisto se come por toda España y, con diferente nombre, también fuera de nuestras fronteras, como es el caso de Francia con su ratatuille. Lo cierto es que en cada región se prepara con pequeñas variaciones, también en Almería, donde saben sacar provecho al increible producto de su huerta y de sus verduras.
El tabernero es una tapa que se elabora a partir de este pisto de verduras. Se trata de una rebanada de pan tostado con el pisto por encima. Es el original, aunque a veces se añaden algunos ingredientes más, alguna carne o embutido y en ocasiones, también pescado. El origen de su nombre no está del todo claro, podría llevarnos al municipio de Tabernas, o quizá podría hacer referencia a las tabernas donde comenzó a servirse acompañando las bebidas.
Otro plato realmente especial es la cazuela de habas y el ajo colorao, una crema de patata y tomate en la que, sin embargo, los protagonistas son el pimiento seco y el pimentón.
Por último, tampoco hay que olvidarse de las tradicionales patatas en ajopollo. El ajopollo es una salsa que se hace machacando en un mortero aceite de oliva, ajo majado, pan frito remojado en vinagre y almendras previamente fritas. Las patatas se cortan en dados de un par de centímetros que se hierven en una cazuela de agua con laurel, perejil, pimienta y azafrán. Después se añade un huevo escalfado y se sirve con el ajopollo recién hecho.
Sobre el autor:
Antonio Castillejo
Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.