Aragón, un tesoro de alimentos por descubrir

Dime qué comes y te diré cómo eres. ¿Existe un vínculo entre los alimentos que consumimos y el carácter de las personas? La respuesta es sí, y Aragón es un claro ejemplo. 

Hace unos años, un estudio desvelaba que los aragoneses son más felices que la media de los españoles. El secreto, según los expertos: la existencia de una gran cohesión cultural y social. Conocidos por su carácter noble y sincero, los habitantes de Aragón impregnan su honrada personalidad en todo lo que hacen, y una de las cosas que mejor saben hacer son productos únicos. 

Todos estos alimentos, que tan bien representan la personalidad de los aragoneses, se unen ahora en una campaña de promoción a nivel nacional: “Aragón, alimentos nobles”. Un mensaje que indica fiabilidad y confianza, unos valores esenciales en un producto, que será claramente identificable ya que, en cada uno de ellos, se incorpora una A mayúscula con la peculiaridad de que está elevada a una n minúscula, junto a la frase “Alimentos nobles”.

Y es que pocas comunidades autónomas tienen alimentos tan únicos y exclusivos como Aragón, ya que muchos de ellos han sido, y son, pioneros en España y en el mundo, por uno u otro motivo. 

Empecemos desvelando algunos de los secretos de los alimentos más representativos de los aragoneses, de su carácter y tradición. En primer lugar, uno de los productos que de los que el buen aragonés habla con orgullo es del Jamón de Teruel, cuya exclusividad la marca su sabor y curación, pero, sobre todo, por ser el primero de España en conseguir una denominación de origen, que nació con el objetivo de garantizar un producto de gran calidad, sometido a un riguroso proceso de selección y curado. Los auténticos cerdos destinados a la producción de Jamón de Teruel y paleta de Teruel proceden de animales nacidos, criados y sacrificados en la provincia de Teruel. 

Y si continuamos con la exclusividad de productos de Aragón podemos nombrar la Cebolla de Fuentes de Ebro, la única en España que goza del sello de calidad de Denominación de Origen Protegida. De ellas dicen que son suaves, tiernas, jugosas, digestivas, de escaso picor y con ausencia o leve retrogusto. Un alimento de gran valor culinario, presente en las cocinas de los mejores restaurantes del país. 

Otro de los secretos mejor guardados de Aragón es su alta capacidad para producir trufa. De hecho, es el mayor productor del mundo de trufa negra de invierno -tuber melanosporum- con 61.5 toneladas, lo que representa el 35 % del total. De las tres provincias, Teruel encabeza el ranking con 45 toneladas, Huesca tiene 15 y Zaragoza 1,5. A lo largo de todo el territorio aragonés hay 10 000 hectáreas de plantación trufera. De este total, Teruel cuenta con 7500, Huesca con 1600 y Zaragoza con 600.

Aragón también entra en el ranking por ser una de las cinco comunidades que más arroz produce en España. El gran potencial de este producto, que se siembra, principalmente, en las comarcas de Monegros, Cinco Villas, Cinca Medio y Bajo Cinca, es que se cultiva entre 300 y 500 metros sobre el nivel del mar, con agua de riego muy fría procedente del deshielo de la nieve del Pirineo y unas condiciones climáticas muy duras para un cultivo de verano. Todo esto se traduce en la productividad de una elevada calidad del grano por la pureza de las aguas de riego, una maduración lenta y homogénea por las bajas temperaturas y la casi ausencia de tratamientos fungicidas.

Los alimentos nobles de Aragón se completan con cinco Denominaciones de Origen Protegidas de vino: Cariñena, Somontano, Campo de Borja, Calatayud y Pago de Aylés. Además, cuenta con la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Vinos de la Tierra, a cuya asociación pertenecen cinco zonas de producción: IGP Bajo Aragón, IGP Valle del Cinca, IGP Ribera del Gállego - Cinco Villas, IGP Ribera del Jiloca e IGP Valdejalón. 

Por supuesto, entre los alimentos de Aragón más conocidos y consumidos en España se encuentran, por ejemplo, el famoso Ternasco de Aragón IGP y la borraja, una verdura muy desconocida, pero que como se suele decir: «probarla es amarla».

La comunidad aragonesa cuenta con muchos más alimentos de los aquí descritos, son figuras de calidad que están reguladas y certificadas. Además, la mayoría de estos productos se trabajan de manera estrecha con el Centro de Investigación y Tecnología de los Alimentos (CITA), que cuenta con unidades de trabajo específicas sobre trufa, arroz y borraja, por ejemplo.