El truco para cocer el pulpo y que quede perfecto

Se acercan las comidas y cenas de Navidad y, con ellas, ciertas recetas que se repiten como las tablas de multiplicar en estas fechas. Pavo relleno, cochinillo, cocido, langostinos… Sin embargo, un plato quizá menos común pero igual de delicioso que puedes elaborar durante estas fiestas es el pulpo. Te explicamos algunos secretos y consejos a tener en cuenta si te decides por este manjar para deleitar a tus invitados.

Lo primero y principal antes de cocinar este invertebrado es ablandarlo. Para ello, lo mejor es congelarlo previamente o comprarlo ya congelado. No hay que preocuparse por el tiempo que pase congelado, pues el pulpo puede pasar hasta 6 meses en este estado sin perder sus propiedades ni echarse a perder. Esto se hace para que la carne rompa sus fibras y, a la hora de cocinarlo, quede mucho más tierno y jugoso.

Después de congelarlo, claro está, hay que descongelarlo. Para hacerlo te recomendamos que lo introduzcas en el frigorífico 24 horas antes de cocinarlo. El molusco irá soltando agua que deberá ser retirada durante el proceso. 

Una vez hecho esto hay que limpiar bien las patas y la cabeza con agua fría. No es necesario frotar ni restregar nada de forma demasiado intensa, pues no queremos que se desprenda la piel ni otras partes del pulpo que aportan mucho sabor.

"Asustar" y hervir

Después toca “asustarlo”, pero no es necesario ponerse ningún disfraz de Halloween ni nada por el estilo. Esto consiste en poner el agua a hervir, y meter y sacar al pulpo muy rápidamente hasta tres veces. Se hace para evitar que se dañe la piel del molusco con el contraste rápido con el agua. 

Una vez el pulpo ya está “asustado”, procederemos a cocinarlo. El proceso será hervirlo durante entre 25 y 35 minutos para un pulpo de 2 kg. Habrá que ir pinchándolo para comprobar el punto de cocción cada cierto tiempo. 

Algo a tener en cuenta cuando cocinamos este molusco es que suelta mucha agua, por lo que hay que evitar llenar la olla en exceso pues esta podría desbordarse durante la cocción.

Una vez hervido, conviene sacarlo y cortarlo mientras aún está caliente, si es que deseamos servirlo cortado, y dejarlo reposar a temperatura ambiente. Esto último es muy importante, pues es pasados unos minutos después de sacarlo cuando alcanza el punto perfecto para consumirlo.

Un truco para comprobar si ya está listo para consumir es fijarse qué ocurre a la hora de pincharlo: si el tenedor entra con facilidad es que está en su punto. Sin embargo, si cuesta un poco es indicativo de que hay que dejarlo reposar un rato más.

Una vez hecho esto, puedes elaborarlo de mil y una formas. Puedes servirlo solo, a la gallega, con otros acompañamientos o como se te ocurra. Lo que está claro es que quedará delicioso.