Los colores amarillos y ocres comienzan a teñir los bosques y el suelo se va llenando de hojas. El otoño es la estación ideal para hacer una excursión al bosque. Aún no hace mucho frío y la belleza es exuberante. Madrid puede presumir de masas boscosas extraordinarias, llenas de encanto y belleza. Todos tenemos en la cabeza al Hayedo de Montejo, tan fascinante como protegido… de hecho hay que reservar la visita y en otoño no es fácil conseguirlo. Pero más allá de esta joya natural, la región de Madrid ofrece otros bosques, menos conocidos y visitados, y que no tienen nada que envidiar al hayedo. Toma nota de esta ruta por cinco bosques madrileños de cuento, ideales para visitar en otoño… por supuesto, con recomendaciones gastro para calmar el estómago después de una buena caminata.
Abedular de Canencia
Toda una rareza en el centro de la península, porque esta especie, los abedules, no son muy habituales en estas latitudes. Pero este bosque es especial porque, además de abedules, hay una riqueza de especies tan abundante como sorprendente. Nos podemos encontrar con el poco común abeto de Douglas; pero también acebos y tejos, que están protegidos y forman un rico sotobosque. Además de melojos y pinos silvestres de alturas infinitas.
Este abedular está muy cerca del puerto de Canencia, a 1.524 metros de altitud, a las puertas de la Sierra norte de Madrid. Existen rutas sencillas y señalizadas que lo recorren. El paseo se inicia en el puerto, junto a la Fuente de la Raja y permite ver el arroyo del Sestil de Maíllo y el mirador de la Chorrera de Mojonavalle, con un impresionante salto de agua.
Canencia está en el programa de carne de calidad de la Sierra Norte de Madrid… así que ¡ojo a su carne!. En general, la Sierra Norte ofrece una abundante y variada gastronomía. Alguno de los platos típicos en Canencia y en toda zona son los asados, las patatas deshechas con setas, los chicharrones de cerdo, callos y patas de cordero, costillas, setas de cardo o espárragos de zarza. Tanto si coméis en un restaurante alguna de estas especialidades, como si optáis por bocatas o picnic… no paséis por alto comprar un queso de cabra antes de volver a casa. En esta zona hay rebaños de la raza autóctona Cabra del Guadarrama que dan una leche de gran calidad, con la que se elaboran quesos de producción artesanal. Tienen textura y consistencia equilibradas, pasta de color uniforme y brillante, aromas intensos, profundos y sabores delicados.
Robledal de la Hiruela
La Hiruela es un enclave privilegiado de la Sierra del Rincón, declarada Reserva de la Biosfera por La Unesco por su riqueza y variedad paisajística. Sus casas de piedra, adobe y madera de roble de la dehesa, apenas han sufrido modificaciones en su estructura desde su construcción. Merecen una visita. Y en otoño, su robledal es uno de los entornos más bonitos de la región.
Se pueden hacer excelentes rutas a pie entre arroyos y preciosos robles que llenan en esta época las sendas de sus características hojas y lo llenan todo de matices cromáticos maravillosos. En este robledal se encuentran carboneras donde antiguamente se fabricaba carbón vegetal.
Por cierto, en el pueblo se encuentra el peral de mayores dimensiones de la Comunidad de Madrid y uno de los más grandes de España, plantado por un vecino hace 200 años. No obstante, La Hiruela es famosa por sus peros, una rica variedad de manzanas.
Este sábado día 21 de octubre se celebra la Fiesta de la Recolección del Pero, una cita imprescindible en la Sierra Norte madrileña. Esta celebración supone una puesta en valor de la cultura agrícola y un reconocimiento a la calidad de las pequeñas producciones autóctonas de la Sierra de Rincón, que impulsa la conservación y el aumento de cultivos y con ello la diversidad genética agrícola.
Bosque finlandés de Rascafría
Otro paraje natural lleno de encanto, de auténtico cuento, es el bosque finlandés de Rascafría. Llamado así por su semejanza con los bosques del país nórdico. Abetos, chopos, abedules y otros árboles frondosos, entre rocas de granito y saltos de agua tan espectaculares como las cascadas de El Purgatorio. A un paso de la capital, tras cruzar el mítico puente del Perdón, nos trasladamos a un paraje escandinavo. Toda una rareza natural que se puede disfrutar siguiendo el llamado camino del papel, por la presencia de un antiguo molino de papel, donde los monjes del Monasterio de El Paular fabricaban hojas de papel. También hay un lago, un embarcadero y una antigua caseta de madera que antaño se empleó como sauna… otro símbolo que nos transporta hasta Finlandia.
Los restaurantes en Rascafría son ideales para degustar platos donde la cocina tradicional y los productos de temporada de la Comunidad de Madrid son protagonistas: carnes de la Sierra de Guadarrama, cordero y cochinillo asados, judiones de la Sierra del Rincón, migas, postres caseros y… ahora en otoño, setas. Rascafría también ofrece un excelente plan en otoño: recoger setas. Se trata de uno de los municipios con normativa específica dentro del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Hay obtener un permiso en el ayuntamiento específico para esta actividad.
Bosque de La Herrería, en El Escorial
Otro espacio verde singular y lleno de encanto, dentro de la Comunidad de Madrid es el Bosque de la Herrería, el vasto espacio natural que rodea al Monasterio de El Escorial. Lleno de robles melojos, rebollos, fresnos, encinas, arces de Montpellier, enebros, cerezos, sauces y castaños, en la zona más alta y fresca, dos de llos declarados singulares, estamos en un típico bosque mediterráneo, con importantes afloraciones graníticas y atravesado por el río Aulencia. El Bosque de La Herrería fue declarado Paisaje Pintoresco en 1.961, y actualmente está comprendido en la Red Natura 2000 como Lugar de Interés Comunitario y Zona de Especial Protección para las Aves.
El Escorial está en el corazón de la ruta de la 'Carne de la Sierra de Guadarrama', uno de los productos joya de la Comunidad de Madrid. Se trata de las excelentes carnes de las razas Avileña-Negra Ibérica, Limusina, Charoles y sus cruces, bajo el paraguas de La Indicación Geográfica Protegida (IGP) 'Carne de la Sierra de Guadarrama'. Visitar la zona es un excelente momento para disfrutar de esta carne en un restaurante local, o para cargar con ella y disfrutarla en casa. Tampoco podemos pasar por alto el queso.
La producción quesera en esta zona de la sierra de Madrid ya queda reflejada en el primer censo de población y de usos y costumbres del Marqués de la Ensenada allá por el año 1750. Posteriormente hay documentos previos a la guerra civil en los años 30 del siglo XX en los que se refleja la producción quesera a nivel doméstico como aprovechamiento de los diferentes rebaños de cabra autóctona del Guadarrama, en la zona de Fresnedillas, Robledo, el Escorial. Cabe destacar el queso elaborado a partir de la leche de la Cabra del Guadarrama. Un queso artesanal, de textura uniforme, blanco, aromas lácteos y sabor suave.
El Castañar de las Rozas de Puerto Real
Es quizá uno de los bosques de la Comunidad de Madrid menos conocido… pero no menos bello. Este castañar, es el más grande de toda la Comunidad, situado en el extremo suroeste de la región, en la pequeña localidad de Rozas de Puerto Real,el pueblo más occidental de Madrid, en la frontera con Ávila y Toledo. Pertenece a la Sierra Oeste, entre los ríos Alberche y Cofio. Ofrece varias rutas señalizadas, todas ellas de gran belleza.
Ya en la zona, merece la pena visitar el casco urbano de Rozas del Puerto Real, sus tradicionales casas serranas y su antiguo lavadero. Y muy cerquita, a menos de 6 kilómetros, tenemos Cadalso de los vidrios, un excelente punto donde comer y recuperar fuerzas tras el paseo por el bosque. Se puede comer de tapas o raciones… un plato típico de la zona, por su cercanía con Ávila, son las patatas revolconas, por supuesto con sus torreznos por encima y con un hilito aceite virgen extra, de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Aceite de Madrid. Este pueblo puede ser un excelente punto donde comprar alguna botella de este oro líquido. El ‘Aceite de Madrid’ se caracteriza por sus intensos aromas de aceituna, almendra, hierba, hoja, manzana, tomate y plátano que se reafirman en boca junto a una equilibrada presencia de los atributos amargo y picante. Se puede disfrutar monovarietal o en coupage.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.