Madrid

Ruta por las plazas mayores más bellas de la Comunidad de Madrid y sus productos típicos

Antonio Castillejo

Sábado 18 de febrero de 2023

ACTUALIZADO : Lunes 13 de marzo de 2023 a las 9:46 H

18 minutos

Un recorrido por Alcalá de Henares, Colmenar de Oreja, Chinchón, Madrid, Navalcarnero y Torrelaguna

La Comunidad de Madrid en una ruta por sus más bellas plazas mayores y sus productos típicos. Foto: Europa Press
Antonio Castillejo

Sábado 18 de febrero de 2023

18 minutos

Descubrir los pueblos de la Comunidad a través de sus más bellas plazas mayores es una ruta bastante más que recomendable puesto que desde ellas se descubre a sus gentes, costumbres y monumentos y además, el viaje nos dará la ocasión de disfrutar de los productos y gastronomía típicos de cada uno de las seis localidades que proponemos visitar: Alcalá de Henares, Colmenar de Oreja, Chinchón, Madrid, Navalcarnero y Torrelaguna.

Plaza de Cervantes en Alcalá de Henares

La Plaza de Cervantes de Alcalá de Henares conecta con la calle Mayor y la calle Libreros formando uno de los ejes principales del recinto histórico y es el centro de la vida social de la ciudad complutense.

Inicialmente fue la Plaza del Mercado, posteriormente la Plaza de la Constitución y, desde 1879, es la Plaza de Cervantes, en memoria de su hijo predilecto, el universal autor de 'Don Quijote de la Mancha', aunque no obstante, popularmente también se la denomina 'plaza mayor', por ser la principal y más grande de todas las que adornan Alcalá de Henares.​

Los orígenes de esta plaza se encuentran en la Edad Media cuando era un espacio situado extramuros de la ciudad medieval. En ella se celebraba el mercado de la villa y la feria anual de la misma celebrada con permiso del rey castellano Alfonso VIII en 1184 y precisamente por eso recibió la denominación de Plaza del Mercado.

Ya en los siglos XV y XVI quedó plenamente integrada en el casco urbano, por la ampliación de las murallas primero, y por el desarrollo urbanístico del que sería el barrio universitario, después. De esta manera la plaza se convirtió en el espacio principal de la villa, escenario de todo tipo de festejos públicos, además de servir de frontera entre la jurisdicción de la villa y la de la Universidad. Allí se situó la sede del Concejo a partir del siglo XVI.

En el siglo XIX la plaza experimentó numerosos cambios, recibió su denominación actual Plaza de Cervantes y se ejecutaron varias obras para su embellecimiento tales como la erección en 1879 de la estatua de Cervantes que la preside y la construcción de su emblemático Quiosco de la Música en 1898.

Wikipedia. Foto de la Plaza de Cervantes, Alcalá de Henares, España (10)

Y después de la vista a su preciosa plaza conviene completar la visita a Alcalá de Henares saboreando las especialidades de su afamada repostería basada en una tradición tan castellana como cervantina.

Ahí están para demostrarlo la Costrada de Alcalá, un milhojas de hojaldre, relleno de crema y merengue, cubierto de almendra picada y gratinada que se construye en capas superpuestas crujientes y se presenta en una bandeja de la que después se cortan raciones individuales.

Otro un dulce típicamente alcalaíno y que tiene más de tres siglos de historia son los Penitentes. Son típicos de la Semana Santa, cuando las procesiones que se celebran en la localidad madrileña superan fácilmente los 100.000 asistentes. Se trata un tradicional barquillo de forma cónica que recuerda el puntiagudo gorro de los penitentes y que se rellena con crema de almendras y almendra garrapiñadas trituradas y crema de almendras.

También la almendra es la base de las Diegas de Alcalá que elaboran las monjas de clausura del Convento de las Clarisas de San Diego, conocidas como las “almendreras”, un postre que remonta su receta al siglo XVIII y que se elabora con almendras garrapiñadas realizadas con almendra y un almíbar de azúcar tostado.

Y, por supuesto, en cualquier visita a Alcalá de Henares es imperdonable no probar sus famosas Rosquillas que se elaboran en esta localidad desde el siglo XVI, aunque hay quien remonta su origen a la época  del Imperio Romano. Esta delicia se consigue trabajando con huevos, azúcar, manteca y masa de harina que posteriormente recibe dos baños de yema, que le trasfieren su característico color amarillo que las diferencia de cualquier otra rosquilla, y un glaseado antes ser secadas en un horno no demasiado fuerte.

Rosquillas de Alcalá de Henares

Plaza Mayor de Colmenar de Oreja

La Plaza Mayor de Colmenar de Oreja es una de las plazas mayores porticadas más bellas de la Comunidad de Madrid, en ella el tiempo parece haberse detenido. Los orígenes de esta localidad madrileña se remontan al siglo XVI cuando en 1540 el emperador Carlos I concedió a Diego de Cárdenas y Enríquez el título de primer señor de Colmenar de Oreja. Posteriormente, en 1625 el Señorío se transformó en Condado, siendo el primer conde de Colmenar de Oreja y señor de Oreja Bernardino Ayala Cárdenas, VIII conde de Fuensalida.

Entre los años de 1500 y 1700, los sucesivos reyes de la casa de los Austria autorizaron o emprendieron las más importantes obras realizadas en Colmenar de Oreja: ampliación de la iglesia de Santa María la Mayor (1517), reparación de los muros (1517), la puesta en riego de la Vega (1572), el Monasterio Franciscano de San Bernardino de Siena (1570), la fundación del monasterio de la Encarnación de las Agustinas Recoletas (1685) y también la Plaza Mayor de la localidad cuya edificación comenzó en 1676.

Cuando se finalizó en 1794, esta plaza se convirtió en un magnífico ejemplo de las típicas plazas porticadas castellanas e integró en ella la Casa Consistorial y del Pósito.

PLAZA COLMENAR DE OREJA. FOTO COMUNIDAD DE MADRID

Su paño sur da a un majestuoso conjunto arquitectónico conformado por los Jardines de Zacatín, la boca del túnel de piedra del mismo nombre que cruza bajo la plaza de parte a parte y los abrevaderos.

Este espacio ha sido el marco de multitud de películas y series televisivas y en las fiestas populares que se celebran tanto en mayo como en septiembre, se instala allí una plaza de madera portátil con tendidos para celebrar actos taurinos.

Realmente, la Plaza Mayor es una seña de identidad de Colmenar de Oreja, pero no la única, hay más, y otra de las no menos importantes son sus vinos. Antiguamente, en las grandes y medianas casas grandes de labranza de esta localidad madrileña no solía faltar la bodega y de hecho llegaron a ser alrededor de 150.

Allí era donde se pisaba la uva, la propia y la ajena que se admitía en compra o en cambio de forma que el bodeguero sin uva propia era la excepción como   también lo era el que tan sólo elaboraba su propia uva.

Hay constancia de que ya en 1873 los vinos y aguardientes de Colmenar de Oreja, que cosechaba cerca de 300.000 arrobas de uva anuales, se exportaban con gran demanda a Madrid, Aranjuez y Toledo y recibieron numerosos premios y galardones como los de la Exposición Vinícola de Madrid de 1879 o el de la Exposición Universal de París de 1890.

Bodega en Colmenar de Orja. Foto Turismo de Madrid

Pero además de por su plaza y sus vinos, Colmenar de Oreja tiene justa fama por sus quesos y su aceite. El Queso de oveja de esta localidad tiene amplio reconocimiento entre los quesos de la Comunidad de Madrid. Un queso de 3 Kilogramos precisa para su elaboración de unos 14,5 litros de leche de oveja de la que se separa la cuajada del suero antes de disponerla sobre los cinchos donde se somete a presión antes de ser llevada al saladero durante 48 horas y comenzar el proceso de secado con una curación mínima de dos meses. Además, los quesos añejos son madurados en cuevas de piedras excavadas en el suelo.

Por lo que se refiere al aceite, el catastro del año 1750 da fe de que en Colmenar de Oreja existían 105 molinos de aceite de los que actualmente solo quedan dos, uno en mano de los agricultores en forma de cooperativa y el otro particular. El aceite se elabora manualmente con prensas de con olivas de la variedad cornicabra provenientes del propio Colmenar que se recogen a finales del mes de enero con el método de la varea dando lugar a un oro líquido ideal en crudo para ensaladas y también para cualquier tipo de fritos.

Plaza mayor de Chinchón

La plaza Mayor de Chinchón, justo en el centro de la localidad del sudeste de la Comunidad de Madrid, es uno de los más bellos ejemplos de la arquitectura popular española. Sus primeras casas con soportales y balcones se remontan al siglo XV y fue en el XVII cuando quedó totalmente cerrada.

Declarada en 2008 cuarta maravilla de la Comunidad de Madrid, esta plaza goza de una protección integral de grado 1, su forma es irregular y los edificios que la delimitan tienen tres plantas con galerías adinteladas y suman entre todos ellos  234 balcones de madera denominados 'claros'.

Este era el lugar de encuentro donde se celebraban las ferias de ganado y aquí el concejo compró unas casas en 1499 para acometer sus reuniones, estableciéndose el Ayuntamiento en el mismo lugar en el que se encuentra en la actualidad.

Desde su construcción, la plaza ha albergado numerosas eventos tales como fiestas reales, proclamaciones, corral de comedias, juegos de cañas, corridas de toros, ejecuciones, autos sacramentales y todo tipo de actos religiosos, políticos y militares, además de servir como plató de cine en películas como 'La vuelta al mundo en 80 días''El fabuloso mundo del circo' o, más recientemente, 'Asteroid City' dirigida por Wes Anderson y protagonizada por Tom Hanks, Scarlett  Johansson y Bill Murray.

CHINCHÓN WIKIPEDIA

Estrellas de Hollywood que tuvieron la oportunidad de disfrutar con unos productos típicos de Chinchón cuya calidad y excelencia han sido ampliamente reconocidas y premiadas.

Nos referimos a su famoso anís, cuya producción ya estaba documentada a principios del siglo XVIII,  laborado desde tiempos inmemoriales con matalahúva. En Chinchón se produce anís dulce con un 35% de grado alcohólico, seco, con un 43% de alcohol y también seco especial, que con su 74% de alcohol está oficialmente considerado como la decimo segunda bebida más fuerte del mundo.

Un anís excepcional que, por descontado, juega un papel protagonista en mucha de la repostería típica de esta localidad madrileña que cuenta con dulces tan representativos como las tetas de novicia, las pelotas de fraile, las tortas, las rosquillas y las prudencias. 

Otra de las joyas gastronómicas de Chinchón es su 'ajo fino', justamente considerado como uno de los mejores del mundo, de color blanco y nacarado y capaz ensalzar hasta lo más alto cualquier plato al que se incorpore. Estamos ante un verdadero tesoro gastronómico cultivado con mimo en pequeños terrenos y minifundios de la vega del río Tajuña.

El ajo: un condimento que cuida tu salud

Plaza mayor de Madrid

A 300 metros de la emblemática Puerta del Sol de Madrid, junto a la histórica calle Mayor, nos encontramos con la imprescindible Plaza Mayor de la capital de España cuyo nacimiento se remonta al siglo XVI, cuando en la confluencia de los entonces caminos y hoy calles de Toledo  Atocha,  a las afueras de la villa medieval, se celebraba en este espacio, en aquel tiempo conocido como "plaza del Arrabal", el mercado principal de la villa. Fue precisamente en aquella época cuando se construyó una primera casa porticada, o lonja, para regular el comercio en la plaza.

Tras haber trasladado la corte a Madrid en 1561, Felipe II encargó el proyecto de remodelación de la plaza a Juan de Herrera. La construcción del primer edificio de la nueva plaza, la hoy más que emblemática Casa de la Panadería, comenzaría en 1590 a cargo de Diego Sillero. Y ya en 1617, Felipe III encargó la finalización de las obras a Juan Gómez de Mora que concluirá la plaza en 1619.

La plaza Mayor ha sufrido tres grandes incendios en su historia, el primero de ellos en 1631, el segundo incendio ocurrió en 1672 y el tercero, que arrasó un tercio de la plaza, tuvo lugar en 1790.

Por otra parte, la estatua ecuestre de Felipe III, obra de 1616 realizada por Juan de Bolonia y Pietro Tacca, se colocó en el centro de la plaza en el año 1848. Y fue en la década de 1960 cuando se acometió una restauración general, que la cerró al tráfico rodado, sustituyó la teja árabe de los tejados por pizarra y se habilitó un aparcamiento subterráneo bajo la plaza. La última de las actuaciones en la plaza Mayor se llevó a cabo en 1992 y consistió en la decoración mural, obra de Carlos Franco, de la Casa de la Panadería, que representa personajes mitológicos como la diosa Cibeles.

A día de hoy, la Plaza mayor de Madrid es porticada y de planta rectangular con 129 metros de largo por 94 metros de ancho y está completamente cerrada por edificios de viviendas de tres plantas, con 237 balcones en total que dan a la plaza. Dispone de diez accesos, seis de ellos a través de grandes arcos aunque existe un séptimo arco, situado a la izquierda de la fachada de la Casa de la Carnicería, que no coincide con salida alguna de la plaza, y un octavo arco a la izquierda de la fachada occidental, de menores dimensiones, que tampoco coincide con salida alguna.

Plaza Mayor de Madrid. Foto Wikiopedia

Cualquier visita a la capital de España debe incluir un paseo por esta plaza mayor y sin duda es también una oportunidad para aprovechar y realizar turismo culinario disfrutando de los dulces típicos de Madrid que pueden volver con nosotros en la maleta para que también los conozcan nuestros amigos.

Nos referimos a algo tan icónicamente madrileño como los caramelos de violeta que se venden desde hace más de un siglo en la castiza pastelería de La Violeta que está situada en la Plaza de Canalejas, a paso de la imprescindible Puerta del Sol.

Otro dulce muy importante en Madrid, sobre todo durante la Semana Santa son los bartolillos, dulces típicos de la repostería madrileña, una especie de empanadillas fritas de forma triangular elaboradas con una masa muy fina rellena de crema pastelera. Sobre su origen no hay acuerdo, unos dicen que los trajeron los romanos cuando invadieron la península, otros opinan que la receta vino de Al Andalus y también hay quien asegura que nació en los conventos de monjas, pero en cualquier caso, lo cierto es que existen descripciones de este dulce asociadas a la cocina madrileña desde el siglo XIX.

Clásicas son también las rosquillas tontas y listas. Se comen todo el año, aunque es en el día de San Isidro cuando no faltan en todas las calles de Madrid, y especialmente en la Pradera, que cada 15 de mayo se viste de gala para celebrar las fiestas de su patrón. Suenan los chotis y cada cual elige sus favoritas: las rosquillas tontas, mucho más humildes, pero de un sabor exquisito, y las rosquillas listas, cuya base es la misma, pero con un delicioso glaseado por encima.

Receta de rosquillas tontas y rosquillas listas típicas de Madrid

Típicos en Madrid durante los días anteriores y posteriores al 1 de noviembre, día de Todos los Santos, son los huesos de santo y los buñuelos de viento. Estos últimos son bolas de masa elaboradas con harina de trigo, manteca y huevos, fritas en aceite, que pueden estar rellenos de crema pastelera, chocolate, nata, café, cabello de ángel o batata. Su existencia se conoce desde el siglo XVI y en los días en los que se elaboran se llegan ha vender hasta 300.000 kilos en las pastelerías madrileñas.

Por su parte, los huesos de santo son canutillos, elaborados con almendras y aunque originariamente estaban rellenos de dulce de yema, en la actualidad existe una amplia variedad de sabores como chocolate, coco, yogur...

Plaza de Segovia en Navalcarnero

Al sur de la Comunidad de Madrid se encuentra Navalcarnero, una localidad que  estuvo bajo la jurisdicción de Segovia desde 1499 hasta 1627. De ahí el nombre de esta Plaza de Segovia que junto a la iglesia Nuestra Señora de la Asunción, Monumento Histórico-Artístico,con la que conforma un Conjunto Histórico Artístico declarado Bien de Interés Cultural, es el elemento más representativo de la localidad madrileña.

Ha sido y es el centro neurálgico de Navalcarnero por las edificaciones que lo delimitan, algunas levantadas a lo largo del siglo XVI. Como espacio público que es, buena parte de los edificios que lo constituían cumplían funciones comunales y la casa del concejo o el ayuntamiento es el mejor ejemplo de ello. Junto a ésta se encontraban la cárcel y a pocos metros la casa de las carnicerías y la casa de pastelería, ambas de propiedad municipal. No muy lejos, aunque fuera de este recinto, se levantaba la tienda de abacería donde se expedían el aceite, el vinagre, el pescado seco y otros productos de primera necesidad.

Destaca su planta irregular, espaciosa y abierta, con unas bellas estructuras porticadas en tres de sus cuatro lados. Esta asimetría y la diversidad formal de sus fachadas dotan al conjunto de un atractivo añadido y pintoresco, que la convierten en un ejemplo único dentro de la arquitectura popular castellana.

plaza de segovia NAVALCARNERO

La plaza era también un escenario de carácter festivo. En las galerías abiertas de su edificios se arremolinaban los espectadores para presenciar los festejos públicos como las tradicionales corridas de toros. Su cercanía al acceso principal de la iglesia parroquial y a la ermita de la Veracruz permitía que este espacio formara parte del recorrido de las procesiones religiosas.

A lo largo de los siglos la plaza de Navalcarnero ha sido testigo excepcional de innumerables acontecimientos históricos. Nació con el nombre genérico de “plaza pública”, pero en documentos municipales de 1832 se la cita como “plaza real”. Pocos años después, en 1839, era conocida como “plaza de la Constitución” y a partir de 1935 como “plaza 14 de abril”. Finalmente, desde 1937 se identifica como “plaza de Segovia” en conmemoración a la vinculación y dependencia histórica que mantuvo durante 128 años con la capital castellana.

Siguiendo con nuestra ruta cultural y gastronómica, conviene recordar que en Navalcarnero es más que recomendable disfrutar de algunas de las especialidades de raíz profundamente castellana que están especialmente arraigadas en Navalcarnero conocida como tierra de vinos, garbanzos y cordero.

Este es el caso de la Olla de segador, una variante del cocido madrileño que se elabora con los afamados garbanzo de producción local, de delicado sabor, y los productos de la huerta de Navalcarnero.

Justa fama tiene también en Navalcarnero el Lechazo asado preparado a la manera tradicional y utilizando para su elaboración manteca de cerdo y las especias propias de la zona como el tomillo, la menta y el romero.

La caza también ocupa un lugar destacado en la cocina de esta localidad madrileña en la que se encuentran en abundancia la liebre, el conejo y la perdiz que suele prepararse escabechada y que se prepara con hierbas y vinos locales.

Y de postre, Bollos de Navalcarnero, unos pasteles que se siguen elaborando de manera artesanal. Los hay de dos tipos, de aceite y de manteca, que se elaboran dependiendo de la época del año. Los de manteca son más propios de las navidades y en ocasiones especiales se les añade almendras antes de cubrirlos de azúcar.

Bollos de Navalcarnero

Por último, no podemos olvidar que todo ello conviene ser maridado con los vinos de Navalcarnero que están acogidos a la Denominación de Origen de Vinos de Madrid y dan nombre a la subzona suroeste de la denominación. Los vinos navalcarnereños han sido  son justamente apreciados y se elaboran a partir de las variedades de uva Malvar blanca, una variedad casi exclusiva de la región madrileña, y la tinta Garnacha de la comarca.

Plaza mayor de Torrelaguna

Los orígenes de Torrelaguna se remontan al Imperio Romano que la bautizaron como Barnacis, pero también se han encontrado restos que sugieren una ocupación celtíbera. El nombre de Torrelaguna es de origen árabe que construyeron una atalaya junto a una laguna tras vencer a los visigodos y arrebatarles la ciudad.

Fue en 1085 cuando el rey Alfonso VI recuperó la villa para los reinos cristianos y la situó bajo la jurisdicción del Arzobispado de Toledo hasta que en 1390 recibió de Juan I de Castilla el título de Villa Libre y por tanto su independencia jurisdiccional.

En Torrelaguna nacieron el Cardenal Cisneros y Santa María de la Cabeza y allí vivió San Isidro Labrador. En esta localidad encontramos otro bello ejemplo de arquitectura popular castellana es el de la Plaza mayor de Torrelaguna donde nos encontramos con el ayuntamiento, en el antiguo pósito o almacén de grano, fundado en el siglo XVI por el cardenal Cisneros y la magnífica basílica de Santa María Magdalena del siglo XV, una de las joyas del gótico madrileño declarada Bien de Interés Cultural en 1983.

plaza mayor en torrelaguna

De lo sugerente que resulta la Plaza mayor su entorno habla bien a las claras el hecho de que fuera una de las localizaciones para la famosa película 'Orgullo y pasión' protagonizada por Cary Grant y Sofía Loren.

Pero una visita a Torrelaguna no estaría completa sin conocer también el Conventos de las Hermanas Franciscana y la Cruz de Cisneros, que fue levantada en 1802 sobre el lugar en el que estaba la casa donde nació el Cardenal, del que se sabe que no reparó en gastos para mejorar su Villa, y los palacios de Salinas y de de Arteaga.

Como tampoco estaría completa la visita a esta localidad madrileña sin probar las especialidades su cocina típica como las migas con uvas, una preparación de origen pastoril que es elaborada principalmente con pedazos de la miga de pan de hace varios días tostadas y acompañadas de carnes y verduras picadas, además claro está, de las uvas.

Otra especialidad imprescindible de esta localidad madrileña es la sopa castellana, una receta tradicional que ha perdurado  por lo deliciosa, energética y reconfortante que es, especialmente cuando hace frío, pero, también, gracias a que nuestras madres y abuelas nos han ido traspasando sus artes culinarias para hacer con tan solo cuatro alimentos, pan, huevos, ajo y jamón, un plato muy grande.

Sopa castellana

Y no podemos tampoco olvidar el cordero asado hecho en horno de leña tradicional, con ingredientes muy básicos para que prevalezca, en todo momento, el sabor de la propia carne.

Sobre el autor:

Antonio Castillejo

Antonio Castillejo

Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.

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