Se comen todo el año, aunque es en el día de San Isidro, cuando las rosquillas tontas y las rosquillas listas no faltan en todas las calles de Madrid, y especialmente en la pradera, que cada 15 de mayo se viste de gala para celebrar las fiestas de su patrón. Suenan los chotis y cada cual elige sus favoritas: las rosquillas tontas, mucho más humildes, pero de un sabor exquisito, y las rosquillas listas, cuya base es la misma, pero con un delicioso glaseado por encima.
Además de las rosquillas, están los churros, las porras, los merlitones, las perrunillas, los huesos de santo, las torrijas… y otros dulces con los que acompañar una taza de chocolate o el café, preparado de mil y una maneras, porque a cada madrileño le gusta de una forma. Relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor, y acompáñalo con unas rosquillas, tontas o listas, como prefieras.
Puesto ambulante de rosquillas tontas y listas en San Isidro
Cómo hacer las rosquillas tontas
Ingredientes:
- 500 gramos de harina
- 125 ml. de aceite de oliva
- 6 huevos pequeños
- 125 gramos de azúcar
- 1 o 2 huevos más (para pintar las rosquillas)
Mezclamos el aceite junto con los huevos y el azúcar y mezclamos ligeramente.
Añadimos después la harina y comenzamos a mezcla todos los ingredientes, con la ayuda de una lengua o una pala.
Cuando todos los ingredientes se hayan comenzado a integrar, embadurnamos ligeramente la encimera con un poco de aceite y pasamos la masa para comenzar a trabajarla con las manos. Comienza a amasar hasta que adquiera un aspecto liso y homogéneo y deje de resultar pegajosa.
Vamos cortando trocitos de masa, los amasamos un poco y terminamos haciéndolos rodar sobre la encimera para formar una especie de tira larga y redonda. Para formar las rosquillas, solo tendrás que sellar los dos extremos apretándolas con los dedos, para que no se abran durante la cocción.
Enciende el horno a 230° C.
Mientras va tomando temperatura, pon las rosquillas sobre la bandeja del horno, cubierta con un papel sulfurizado. Colócalas sin que se toquen y con un poco de separación entre unas y otras, porque luego crecerán.
Bate el huevo y pinta con él la superficie de las rosquillas con la ayuda de un pincel de cocina.
Mete las rosquillas tontas en el horno y cocina durante 15 minutos o hasta que estén bien doraditas.
Sácalas y deja que se enfríen sobre una rejilla.
Cómo hacer las rosquillas listas
Ingredientes:
- 500 gramos de harina
- 125 ml. de aceite de oliva
- 125 gramos de azúcuar
- 6 huevos pequeños
Para el almíbar:
- 800 ml. de agua
- 400 gramos de azúcar
Para el glaseado:
- 200 gramos de azúcar glas
- El zumo de un limón
- 10 gramos de caramelo líquido
Mezcla en un bol amplio el aceite de oliva, los huevos y el azúcar y mezcla ligeramente.
Añade después la harina y comienza a trabajar la masa, primero dentro del bol, con la ayuda de una cuchara de madera o una espátula de silicona, para que se vayan integrando bien los ingredientes.
Después, embadurna la encimera o mesa de trabajo con un poco de aceite de oliva para que la masa no se pegue y trabájala con las manos hasta que se vea homogénea, lisa y ya no se pegue ni a la manos ni en la encimera.
Ve cogiendo trocitos de la masa y dales forma de rollito fino, amasándolas y dejándola rodar sobre la mesa. Forma la rosquilla cerrando los extremos sobre sí mismos, apretando la masa con los dedos.
Precaliente el horno a 230° C y, mientras va tomando temperatura, coloca las rosquillas sobre la bandeja, cubierta con papel de horno, separadas entre ellas para que durante el horneado no se peguen.
Mete en el horno cuando esté caliente y cocina durante 15 minutos más o menos, o hasta que se vean bien doradas.
Saca las rosquillas y pásalas a una rejilla. Mientras se enfrían, vamos a preparar la cobertura. En primer lugar, acerca al fuego un cazo con el agua y el azúcar para preparar el almíbar. Deja cocer durante siete o diez minutos. Pasado ese tiempo, aparta del fuego y reserva.
Cuando las rosquillas ya no estén demasiado calientes, solo tibias, sumérgelas en el almíbar y vuelve a colocarlas en la rejilla, con la bandeja debajo, para escurran.
Vamos ahora con el glaseado para las rosquillas listas. Coloca el azúcar glas en una fuente y añade el almíbar caliente que te haya sobra tras sumergir las rosquillas. Añade también el zumo de limón y el caramelo líquido (si es casero, mucho mejor, es tan fácil como poner un poco de azúcar en cazo al fuego y dejar a fuego suave que se disuelva y se tueste un poco).
Bate bien el conjunto y después, ve metiendo en la fuente las rosquillas y devuélvelas a la rejilla para que se seque y se endurezca el glaseado.