Irene Alcaraz
Madrid
El restaurante más antiguo del mundo está en Madrid
Los tres siglos de historia de Casa Botín convierten a este restaurante en un lugar mítico madrileño
A punto de cumplir 300 años, el Restaurante Botín de Madrid está considerado el más antiguo del mundo según el Libro Guinness de los Récords. Abierto en 1725 sobre una antigua bodega que ya figuraba allí desde 1590, el horno del restaurante lleva trabajando sin descanso durante siglos, sirviendo sus platos estrella: cordero y cochinillo asados. Un lugar donde la cocina tradicional castellana ha permanecido inamovible frente a todos los eventos históricos que ha presenciado desde la capital.
¿Mérito francés o español?
¿Cómo es posible que hasta el siglo XVIII no existieran restaurantes? La razón es la siguiente: pese a que existían previamente lugares como tabernas o posadas que ofrecían comida a los viajeros, este no constituía su servicio central. En otras palabras, no existía un servicio exclusivamente alimenticio en el que se ofrecieran una variedad de platos “restaurativos”, palabra castellana de la que podría proceder el término.
Aunque otras versiones apuntan al origen francés de la palabra y concepto de restaurante, lo cierto es que el primer local de estas características documentado en París no aparece hasta 1765, por lo que, por ahora, no quedan esclarecidas las dudas.
Aun así, hasta 1986 el título de “restaurante más antiguo” lo ostentaba precisamente un café francés, Procope, pero al cambiar de localización tuvieron que buscar otro candidato que cumpliera todos los requisitos.
Una larga historia
Esta confusión franco-española se materializa de hecho en la Casa Botín, fundada por un francés, Jean Botin, que llegó a la Corte de los Austrias como cocinero y acabó abriendo su negocio en la calle de los Cuchilleros, junto a la Plaza Mayor.
A principios del siglo XX, el restaurante pasaba de la familia Botín a la familia González, que adquiría el pequeño negocio sin saber que, poco después, arrancaría la guerra civil y el restaurante se convertiría en un lugar de atención a los milicianos y a los madrileños que quedaron allí. No será hasta después de la guerra cuando recobre fuerzas hasta convertirse en un lugar mítico de la gastronomía madrileña.
Además, durante los últimos tiempos ha ampliado su negocio en tienda y también a través de envíos a domicilio.
Solo una vez ha detenido su servicio y fue recientemente durante la pandemia, aunque sus hornos no se llegaron a detener, como un gesto simbólico.
Encanto literario
Aunque observador de la historia, el Restaurante Botín también ha sido protagonista en numerosas ocasiones, sobre todo literarias. Este rincón madrileño aparece citado entre los grandes autores españoles (Benito Pérez Galdós, las greguerías de Gómez de la Serna, así como en textos de Arturo Barea o María Dueñas) e internacionales (Ernest Hemingway, Graham Greene y James A. Michener, entre otros).
Un lugar por el que cientos de miles de personas han pasado, contribuyendo a que Casa Botín siga siendo un lugar de referencia para los que quieran conocer lugares con encanto madrileño.