Segio López Vaquero es, como él mismo dice, "de Fuenlabrada de toda la vida", uno de los mayores y más importantes municipios de la Comunidad de Madrid situado a escasos 17 kilómetros al suroeste de la capital. Este fuenlabreño de 41 años, que actualmente está cursando los estudios de Derecho, ha sido doce años concejal en el ayuntamiento de su ciudad y durante diez ha trabajado en una empresa familiar una delegación de una de las compañías de seguros más importantes de España. Ha sido el candidato del Partido Popular al ayuntamiento de Fuenlabrada pero no lo logró, momento en el cual la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, le propuso dirigir el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario de la Comunidad de Madrid (IMIDRA), cargo que viene desarrollando desde entonces y en función del cual está actualmente inmerso en el proyecto Madrid Rural que promociona el producto de crecanía de pequeños agricultores y facilita, a través de un centro logístico, su distribución en grandes superficies.
PREGUNTA: ¿Cuáles son las funciones de IMIDRA?
RESPUESTA: El principal objetivo del IMIDRA es la mejora del sector primario de la Comunidad de Madrid a través de los proyectos de investigación que desarrollamos. Actualmente tenemos en marcha 68 proyectos de investigación referenciados al mundo agrario y ganadero cuyo objeto es la mejora de los rendimientos de las explotaciones de nuestra Comunidad. Son proyectos en los que participan los propios investigadores del IMIDRA de manera conjunta con diferentes grupos operativos de trabajo, proyectos piloto con empresas del sector o con las propias organizaciones agrarias. Esto es algo que yo quise implementar desde que me puse al frente del IMIDRA porque soy consciente de que la colaboración público-privada funciona muy bien gracias a la sinergia que encontramos en el sector privado con su experiencia directa junto a la experiencia de la propia investigación. Esto hace que los proyectos tengan más de aplicación y puedan servir mejor en su día a día a los trabajadores y empresarios del sector primario.
P.: De esos proyectos el más reciente es Madrid Rural...
R.: Madrid Rural es un proyecto que se sale de la norma general de los proyectos de investigación. Madrid Rural nace de la idea de un grupo operativo. Los grupos operativos son las colaboraciones que llevamos a cabo con empresas y agentes del sector en los que se identifica un problema y se le busca una solución con un grupo de trabajo. Son proyectos que tienen una duración de dos años y que financia el IMIDRA. En uno de esos proyectos analizamos la problemática que tenían nuestros agricultores, principalmente los hortícolas, en los circuitos de venta y de ahí surgió Madrid Rural.
P.: ¿Cual es esa problemática?
R.: El sector primario es un sector atomizado en el que hay muchísimas pequeñas explotaciones, aproximadamente el 85% del total, que no están unidas en torno a una cooperativa o a una imagen de marca lo que les acarrea graves problemas a la hora de comercializar su producto. Esto implicaba que se abandonaba el campo, que no existía un relevo generacional porque no existía un atractivo económico puesto que al no tener una capacidad negociadora con las grandes superficies o con Mercamadrid, los precios no eran los óptimos y ante esas expectativas económicas no surgían nuevas generaciones que podrían acercarse al campo y se nos planteaba una despoblación del mundo rural madrileño que es mundo muy importante porque tenemos muchísimos municipios rurales en los que gran parte de su economía gira entorno al campo.
P.: ¿Qué se hizo entonces?
R.: Ante esta situación decidimos generar un centro logístico en el que los agricultores participan, a través de un convenio que hemos firmado con la Unión de Cooperativas Agrarias Madrileñas (UCAM), de manera directa en la negociación con las grandes superficies de la Comunidad de Madrid y depositan allí su producto porque hay un acuerdo de precios de distribución entorno a la marca Madrid Rural.
P.: ¿Puede ponernos un ejemplo?
R.: Un ejemplo, hicimos una prueba con tres agricultores y una de esas grandes superficies. Se negoció con ellos un volumen de tomates madrileños, 100.000 kilos de tomates por cada agricultor, 300.000 en total, se negoció también un precio y un formato que era presentarlos en una barqueta en la que entraban unos cuatro tomates, aproximadamente un kilo, por las que esa gran superficie les pagaba, junto con la barqueta que ponía el agricultor, 2,25 euros cuando la media que esos agricultores estaban cobrando por el kilo de tomate era de entre 0,60 y 0,70 euros en el mejor de los casos, dependiendo del año y de las fluctuaciones de precios. Si le sumas la barqueta que son 0,50 euros el margen final de beneficio que resulta es de 1,25 euros. Fíjese en que la diferencia es un euro por kilo de beneficio en un tomate de altísima calidad que antes no se prestigiaba porque en las cadenas de venta no se le daba ese valor económico que realmente tiene ese tomate. Siguiendo con este ejemplo le contaré que hemos conseguido que uno de esos agricultores haya pasado de tener seis empleados cuando iniciamos este proyecto a tener ahora 16, porque de esa prueba que se hizo con 100.000 kilos de tomate se ha pasado este año a atender una petición de 600.000 kilos acordada con dos grandes superficies. Con Madrid Rural lo que hacemos es amplificar ese proyecto a todos los agricultores que quieran participar y lo llevamos a todo el calendario hortícola de temporada que cultivan nuestros agricultores en la Comunidad de Madrid.
P.: ¿Qué dotación económica tiene el proyecto Madrid Rural?
R.: La Comunidad de Madrid va a invertir en este proyecto 1,5 millones de euros que se distribuirán en la adaptación del propio centro logístico cuya obra ya ha sido licitada y adjudicada por un valor de 700.000 euros, la compra de maquinaria y su adaptación tiene una dotación de 300.000 euros, el convenio que hemos firmado con la UCAM tiene una valoración de 200.000 euros y el resto es para gastos corrientes de material, fungibles, pases... que completan el millón y medio de euros que será la inversión que hagamos en dos años.
P.: ¿Cuando entra en funcionamiento Madrid Rural?
P.: El proyecto ya está en funcionamiento, el convenio de gestión del centro con la UCAM lo firmamos hace aproximadamente un mes o mes y medio, un tiempo durante el que la Unión de Cooperativas se ha encargado de mantener reuniones, en la que yo he estado de manera presencial, con las grandes superficies como Makro, Carrefour, Alcampo, El Corte Inglés, Supermercados BM... todos los operadores que vemos día a día en nuestra comunidad. En estas reuniones les hemos explicado en qué consiste el proyecto y cuales son sus objetivos. El resultado es que a todos les ha encantado han mostrado su predisposición a colaborar y a formar parte de Madrid Rural porque las grandes superficies se han dado cuenta de que el producto local está cada vez más en alza y que una de las pocas cosas buenas que nos ha dejado la pandemia es que el público en general, incluso a nivel nacional, le está dando mucho valor a ese producto local y le está dando mucho valor porque entiende que de alguna manera colaboran con el sostenimiento de ese mundo rural y de alguna manera evitan también todo este tráfico del transporte, contaminación, huella de carbono... Y se han dado cuenta también de que es un producto de muchísima calidad. En Madrid se desconocía lo buenos que son nuestros tomates, espárragos, melones... Este proyecto busca también esa promoción del producto madrileño.
P.: ¿Y cuándo empieza a funcionar ese centro logístico y donde va a estar?
R.: Como le he dicho la obra ya está adjudicada y tiene ahora un tiempo de replanteo, esperamos que las obras empiecen a mediados de septiembre y teniendo en cuenta los tres meses de ejecución, pensamos que en enero o febrero empezarán a entrar las primeras hortícolas en base al calendario de la temporada. Pero como digo, ya se están elaborando los acuerdos y convenios con las grandes superficies y se está hablando con los agricultores para que conozcan el proyecto y si consideran que puede ser una vía de comercialización de su producto, aquí nadie obliga a nada a nadie, se adhieran al proyecto que, nosotros entendemos, es una muy buena herramienta para ellos tanto como para las grandes superficies y así nos lo están manifestando.
P.: En principio, la idea de un modelo de distribución que reduzca el número de intermediarios en el sistema alimentario parece, cuando menos, revolucionaria…
R.: Lo es, es revolucionario y puedo decir que los agricultores están deseando que el proyecto abra sus puertas y todas las grandes superficies están alineadas con la puesta en valor del producto local. Cada una de ellas ha determinado de una manera a esta estrategia en sus lineales, unas lo llaman ADN local otras producto de proximidad, pero si te fijas en la mayoría de estas grandes superficies que utilizamos a diario cualquiera de nosotros están identificando el producto de Madrid.
P.: ¿Qué problema tenían las grandes superficies para no haberlo hecho antes?
R.: El problema que tenían ellos, así nos lo trasladaron, era dónde conseguir ese producto local, uno no puedo ir huerta por huerta buscando quien tiene espárragos, quien tomate, quien melón... eso, administrativa y logísticamente es imposible y suponía un gasto absolutamente desproporcionado. Por su parte, el agricultor no tenía un lugar, una ubicación en la que tener una capacidad de negociación y una participación directa en el proyecto como ahora tiene. Mercamadrid es una canal de comercialización maravilloso, es, por qué no decirlo el mercado central de España junto a Mercabarna y Mercasevilla, pero no es el hábitat natural del pequeño productor, es el hábitat de otro tipo de productor y otro tipo de producto, de un producto desterritorializado. Madrid Rural busca otro concepto de negocio para poner en valor al productor local y al producto de la Comunidad de Madrid. Este es un proyecto disruptivo, algo que nunca se había llevado a cabo en la administración madrileña ni en ninguna administración a nivel nacional. La mayoría de los directores de compras de frescos de las grandes superficies así nos lo han trasladado y además, nos han mostrado su agradecimiento y nos han dado la enhorabuena.
P.: ¿Esto puede influir en la disminución de la despoblación rural?
R.: Totalmente, es un proyecto que viene a paliar la cuestión de la despoblación, del qué hacer para que los pueblos no se vacíen. Un señor que cultiva tomates o espárragos en su explotación es un empresario y yo así se lo intento hacer ver y como tal debe considerarse. Y este empresario, si su negocio no es rentable o no tiene un atractivo económico o el jornal que saca de las horas que le echa de lunes a domingo, como todos conocemos, no compensa su esfuerzo y además vive en una comunidad donde hay una gran capital y muchos grandes municipios con un gran tejido industrial, ese empresario y ese joven que podría interesarse por la agricultura emigra rápidamente a la ciudad y de esa forma se van vaciando los pueblos.
P.: Entonces se busca el relevo generacional en el campo...
R.: Por supuesto. Este proyecto de Madrid Rural está dentro de un plan que pusimos en marcha al inicio de la legislatura, el Plan Terra que ya tiene 50 medidas y 100 millones de inversión y que es un encargo directo de la presidenta Díaz Ayuso para la promoción del campo madrileño. Dentro de ese ambicioso Plan Terra, Madrid Rural, me atrevo a decir, es la medida más novedosa y la que de alguna manera más va a poder ayudar a ese relevo generacional y a esa fijación de población en el mundo rural que se necesita porque está aparejada con otro proyecto de la Comunidad de Madrid a través del IMIDRA que es el asesoramiento in situ, en el campo y que colabora con las planificaciones de los cultivos. El medio rural es muy importante para esta administración que de hecho comenzó la legislatura con una dotación presupuestaria de los planes de mejora del medio rural de 3,5 millones de euros que ha día de hoy ya son 6 millones destinados a la compra de maquinaria, la administración de las instalaciones agrarias, riegos, tractores, etcétera. Y es que hay una decidida apuesta del gobierno de Isabel Díaz Ayuso por el campo madrileño a través del Plan Terra y del proyecto Madrid Rural que es uno de los que, honestamente creo, que más van a influir en esa fijación de la población en el mundo rural de la Comunidad de Madrid.
P.: Debo entender por tanto que este proyecto no solo va tener en el medio rural un importante mpacto económico sino también social...
R.: Así es, además, este proyecto está claramente alineado con una de las estrategias más importantes que ha propuesto Europa y que es 'del campo a la mesa'. Madrid Rural es una clara apuesta por ese 'del campo a la mesa' porque es bueno, es sostenible y fija población en municipios rurales que, lo estamos viendo en estas fechas, tienen una tremenda riqueza de tradiciones que se ve en esos festejos populares, en ese juntarse con la familia... Todo eso podrá seguir siendo a futuro una realidad si en esos municipios rurales sigue habiendo vida, que es lo que se propone este proyecto. Esto es importantísimo y algo de lo que, desde el principio de la idea que es rentabilizar una explotación agraria, aporta después muchísimos beneficios y no solo económicos sino también sociales. Mire, las raíces de la presidenta de la Comunidad de Madrid también están en un pueblo al que realmente adora y uno de sus mayores empeños es cuidar los pueblos y la vida de los pueblos de Madrid, llevarles Internet, infraestructuras, centros deportivos, iluminación, mejorar las carreteras... todo eso es muy importante y para que todo eso es necesario fijar una población a través de un canal de vida que este caso es el campo.
P.: Si el proyecto tiene una duración de dos años, ¿qué va a pasar cuando se cumpla ese plazo?
R.: El objetivo de Madrid Rural es que durante los próximos dos años la Comunidad de Madrid, a través del IMIDRA, esté, por decirlo de alguna manera, tutorizando el proyecto, estará detrás de él, financiandolo, pero la idea del convenio que hemos firmado con la UCAM es que durante estos dos años se genere una cooperativa de hortícolas madrileña en torno a la marca de Madrid Rural y que dentro de esos dos años, ese centro logístico financie su día a día y coste de personal, gastos corrientes, etcétera, con el propio beneficio que la cooperativa va a producir. Y para ello, no podíamos tener un mejor socio que la UCAM que engloba 36 cooperativas madrileñas y la experiencia de muchos años en la gestión y puesta en marcha de cooperativas y además entendemos que Madrid es el futuro del campo en torno a una marca que es importante para identificar claramente el producto. Cuando cualquier madrileño vaya a comprar a una gran superficie un producto de Madrid Rural va a saber que es un producto de la Comunidad de Madrid, un producto de calidad, de temporada y de cercanía. Pongo un ejemplo, alguien que compra acelgas en Fuenlabrada sabe que se están cultivando a escasos 400 o 500 metros del punto de venta. Esto es muy bueno, muy bonito y genera marca Madrid además de que, insisto, le proporcionamos al agricultor una herramienta necesaria para rentabilizar más su trabajo, sus explotaciones, y que su forma su vida, su día a día, continúe transcurriendo en su municipio rural de siempre, en su localidad.
Sobre el autor:
Antonio Castillejo
Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.