Una idea deliciosa para la cena de Nochevieja o la comida de Añonuevo. Un aperitivo delicioso, fácil de hacer, al tiempo que saludable y ligero, ¡para que veas que no están reñidos!. Y si usas una buena materia prima de la huerta… mejor que mejor.
Lava el calabacín, retira sus extremos y corta láminas a lo largo, de unos cuatro milímetros de grosor. Hazlo con la mandolina.
Pon a punto de sal y pimienta negra, pinta con una pizca de aceite de oliva y cocina en la plancha, bien caliente, apenas durante un minuto por cada lado.
A medida que vayas teniendo hechas las láminas de calabación ve sacándolas. Reserva.
En un bol, añade el queso cremoso.
Pica las aceitunas negras bien menudas y añádelas al bol.
Coge las hojitas del tomillo, desechando las ramas y añádelas también al bol.
Trocea someramente las nueces peladas y añádelas también.
Pon a punto de sal y pimienta negra y remueve para integrar todo.
Pon una cucharada de relleno en un extremo de una lámina de calabacín, y enróllalo sobre sí mismo, como si hicieras un canelón. Añade un poco más de relleno en un extremo, de tal forma que al poner de pie los rollitos, el relleno sobresalga por arriba.
Colócalos sobre una bandeja así, de pie. Añade unos piñones por encima y adorna con un poco más de tomillo. Riega con un hilito de aceite de oliva virgen extra.
Tu aperitivo está listo para disfrutar
