Probablemente estemos en los últimos coletazos del invierno. La primavera se va acercando, pero aún apetecen platos calentitos y reconfortantes. Y, sobre todo, patos de cuchara. En muchas ocasiones asociamos la Región de Murcia al tapeo, al buen tiempo, al sol, ensaladas y arroces para tomar al aire libre. Pero su gastronomía cuenta con muchos platos de cuchara y guisos perfectos para el frío y para llenarnos de energía.
Junto a la olla gitana, hay varias elaboraciones imprescindibles en la cocina murciana que giran en torno a la llamada pelota, esa deliciosa bola elaborada con carnes y deliciosos embutidos, parecida a una albóndiga, pero mucha más rica.
Hablamos del guiso de pava con pelotas, o del cocido con pelotas. En el primer caso estamos ante un guiso delicioso, bastante elaborado y que se suele reservar para ocasiones especiales, como Navidades o celebraciones. El cocido también es una elaboración que requiere de mimo y paciencia… uno de esos platos que se preparan el domingo. A parte de estos dos platos, está el sencillo caldo con pelotas. Es uno de esos platos que se puede tomar casi a diario cuando hace frío, que nos soluciona un primer plato o una cena.
Generalmente, el día que elaboramos cocido con pelotas, haremos muchas más pelotas y las guardaremos para seguir tomándolas el resto de la semana o, mejor aún, las congelaremos para tener siempre a mano. Respecto al caldo, o bien se hace con caldo casero de la misma forma: el día que hacemos cocido hacemos una buena cantidad de caldo y guardamos, o bien tiramos de un buen caldo comprado de calidad.
Nutritivo, gustoso y medicinal, acompañado de garbanzos o únicamente con su caldo mágico y divina albóndiga, este guiso colma las expectativas de cualquier exigente boca.
Ingredientes
Un litro de caldo de pollo o de cocido
Para las pelotas:
Carne magra de cerdo, 25 gr., picada
Carne picada de ternera, 125 gr.
Tocino, 60 gr., picado
Blanco o butifarra blanca, 60 gr., picado
Longaniza, 60 gr., picada
Pechuga de pollo, 60 gr.
2 dientes de ajo
Perejil, un manojo
Piñones
1 limón
Sal
Pimienta negra
Azafrán, unas hebras (o una pizca de colorante)
Pan rallado, 1 cucharada
2 huevos
Cómo elaborar el caldo con pelotas
Como hemos dicho, lo normal que cuando vayamos a tomar un caldo con pelota, ya contemos con todos los ingredientes, el caldo por un lado y la pelota por otro y tan solo tengamos que darle un hervor y así improvisar una riquísima en un santiamén. Pero, por si caso no es así, os contamos como se elabora. Y comenzamos con la pelota:
Para hacer las pelotas, es importante pedir en la carnicería que te piquen juntas todas las carnes y los embutidos. Si dispones de una buena picadora, también podrás hacerlo en casa.
Pelar los ajos y picarlos tan menudos como sea posible. Lavar el perejil, retirar los tallos y picarlo también muy muy menudo. Por último, picar los piñones. Poner en un bol.
Exprimir el limón y añadir al bol donde está el ajo.
Añadir al bol la carne y los embutidos picados. Pone a punto de sal y pimienta negra, al gusto. Añadir unas hebras de azafrán (o, en su defecto, un poco de colorante). Incorpora el pan rallado y casca los huevos.
Comienza a amasar el conjunto hasta obtener una masa homogénea. Ve cogiendo pedazos y formando bolas no muy grandes con las manos. Más o menos del mismo tamaño que las albóndigas, quizá un poquito más.
Ahora ya sí, con la pelota hecha, vamos a preparar el caldo.
Normalmente usaremos el caldo guardado de un cocido, pero también podemos tirar de caldos en brick, que son excelentes para un apuro. Puedes usar caldo de pollo o caldo de cocido.
Llevamos a ebullición y cuando comience a hervir, incorporamos las pelotas. Dejamos cocer diez minutos.
El plato original es así, el caldo solo con la pelota, pero si quieres una cena más completa, puedes añadir un puñado de garbanzos cocido o unos fideos.
El caldo con pelotas se sirve en taza. Es una taza amplia, donde cabe sobradamente la albóndiga y el caldo. Debe estar, por supuesto muy caliente, humeante. La pelota flota en el caldo y no debe cortarse.
Se puede espolvorear un poco de pereji picado o perejil seco por encima. Hay a quien le gusta de añadir al caldo un chorrito de vino tinto, para reforzar el sabor de las carnes que componen la albóndiga, también se pueden poner unas gotas de limón.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.