Caravaca de la Cruz es famosa por sus fiestas de Moros y Cristianos y por los Caballos del Vino. Tanto es así que la Unesco declaró a ambas celebracione Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La primera rememora las luchas que tuvieron lugar en la Edad Media. Los vecinos de Caravaca se vistes de sultanes y reyes y desfilan al ritmo de las marchas moras.
Desde el 1 de mayo Caravaca celebra las fiestas de la Santísima y Vera Cruz, aunque sin duda su día más importante es el 2 de mayo, cuando tiene lugar la carrera de los Caballos del Vino, una competición que "recuerda al momento en el que un grupo de caballeros cristianos consiguieron romper el cerco impuesto por los moros, portando pellejos de vino para aliviar la sed de los presos en el alcázar", explican desde la página de turismo oficial de La Región de Murcia.
Las yemas de Caravaca
Además de sus famosas fiestas, Caravaca de la Cruz es una de las cinco ciudades declaradas santas por el Vaticano, junto a Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela y Santo Toribio de Liébana. Quizá por eso goza de una larga tradición en la elaboración de dulces. Las yemas son el bocado dulce más conocido, pero hay muchos otros, como los cordiales, el afjajor o el turrón de guirlache.
Desde luego, no solo en Caravaca, sino en cualquier lugar donde se elaboren yemas, que no son pocos en España, se trata de un bocado siempre ligado a los postres de convento. Como ya hemos dicho, se trata de un dulce que se elabora en muchos puntos de la geografía española. De hecho, también tienen mucha fama las yemas de Ávila. Pero como todo, cada región aporta sus peculiaridades a las recetas tradicionales. Las de Caravaca son yemas bañadas en caramelo, chocolate o azúcar glas.