El carpaccio es un plato original de Italia, en concreto, es una especialidad veneciana. En esencia, son láminas finísimas del ingrediente protagonista dispuestas sobre un plato bien extendidas, apenas superpuestas entre ellas y muy bien aliñadas. Por supuesto, con aceite de oliva virgen extra y algún otro ingrediente.
El carpaccio más conocido puede que sea el de carne de buey o de ternera. Pero cada vez son más populares los carpaccios de mar: salmón, atún, langostinos, vieiras. Mucho menos conocidos son los carpaccios de verduras. Y es una lástima, porque son deliciosos. Se puede preparar carpaccio de champiñones y otros tipos de setas o, como el que hoy os presentamos, de calabacín.
Es un plato sorprendente: porque está lleno de sabor, el calabacín queda tierno y muy rico. El secreto está en el zumo de limón, que con su ácido cocinará ligeramente el calabacín y lo ablandará un poquito, lo justo para que resulte agradable, pero sin perder su textura.
Ingredientes:
2 calabacines
2 limones
4 tomates secos en aceite
150 gramos de queso parmesano
Un puñado de piñones
Albahaca fresca
Sal
Pimienta negra
Aceite de oliva virgen extra
Elaboración
Lava el calabacín y retírale los extremos. Sécalo ligeramente y, con la ayuda de una mandolina, córtalo en rodajas finitas. Si no dispones de una mandolina, también puedes hacer las rodajas con un cuchillo grande y bien afilado, aunque no obtendrás láminas tan finas ni que quedarán todas tan homogéneas.
Extiende las rodajas de calabacín en una fuente y riega con el zumo del limón recién exprimido. Deja que el calabacín macere en este zumo durante 20 o 25 minutos.
Mientras tanto, escurre los tomates de su aceite y pícalos menudos.
Pica también las hojas de albahaca y reserva alguna de las más pequeñitas y bonitas entera, para decorar.
Pasado el tiempo de maceración, escurre el zumo de limón y coloca las rodajas de calabacín bien extendidas, armoniosamente, superponiéndolas una encima de las otras tan solo un poquito, lo justo para que cada plato quede completamente cubierto de calabacín. Puedes hacerlo en cada plato individual, o en un plato grande o fuente, para que cada comensal luego se sirva al gusto, como prefieras.
Salpimienta el calabacín y ralla queso parmesano por encima.
Añade el tomate seco en aceite picado, la albahaca y los piñones por encima.
Riega con un hilito de un buen aceite de oliva virgen extra y termina el plato con las hojas enteras de albahaca, para decorar.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.