Se pueden tomar con tenedor, se pueden tomar con cuchara, y antiguamente se podían comer con la mano, tomando porciones de la torta de gazpachos que se emplea como base y cogiendo con ella carne y salsa. Sea como sea, terminarás chupándote los dedos.
Los gazpachos son muy tradicionales en Murcia, especialmente en Yecla. Tienes similitudes con los gazpachos de la vecina Mancha, especialmente porque comparten el guiso con tortas cenceñas, un pan ácimo que se añade al guiso como si de una pasta se tratara, pero cada uno guarda sus peculiariades.
Para hacer estos gazpachos yeclanos, comenzaremos por preparar las verduras. En primer lugar, lava los tomates y rállalos. Por otro lado, lava el pimiento rojo, retira las semillas y pícalo en brunoise fina, es decir, en daditos. Limpia los champiñones y pártelos en trozos. Lava las espinacas. Reserva todo por separado.
Acerca una cazuela amplia al fuego con un buen chorro de aceite de oliva. Sofríe a fuego suave el pimiento rojo durante cinco minutos.
Cuando comience a ablandarse, añade la carne salpimentada. Lo ideal es emplear trozos limpios de huesos, aunque con el conejo no es fácil. Sea como sea, dejar sofreír cinco minutos, a fuego medio, moviendo, hasta que esté bien dorada.
Añadir el tomate rallado, las espinacas y los champiñones y seguir cocinando sin dejar de remover, hasta que reduzcan las espinacas. En ese momento, poner a punto de sal y añadir agua hasta que cubra el guiso, junto con los caracoles, bien, bien limpios.
Dejar cocinar a fuego medio durante 25 minutos o media hora, hasta que la carne esté bien hecha y blandita.
Pasado ese tiempo, trocear las tortas y añadirlas al guiso. Pasados cuatro o cinco minutos, apartar del fuego y dejar reposar unos minutos.
Sirve el gazpacho sobre una torta de gazpachos grande y bien extendida. Es habitual acompañar este guiso con algún aderezo agrio, como cebolletas o algún otro encurtido.
