La base de este delicioso bocado dulce es un bizcocho sencillo, con alguna pequeña variación para potenciar el sabor a almendras. El toque final es su cobertura, con este delicioso y saludable fruto seco en láminas. Un bizcocho perfecto a la hora del postre, para desayunar, merendar… ¡o en cualquier momento!
Para la cobertura:
Lo primero que vamos a hacer es engrasar el molde que vayamos a usar con un poco de mantequilla. Extiéndela bien y después, espolvorea un poco de harina por encima. Da la vuelta para retirar el exceso. Ya tienes listo tu molde.
Ahora separa las claras de las yemas y pon cada cosa por separado, en boles diferentes y amplios.
Bate las yemas con la mitad del azúcar hasta dejar una masa blanquecina y espumosa. Ralla la piel del limón y añádela. Hazlo con cuidado para incorporar la parte amarilla y evitar la parte blanca de la cáscara que resulta amarga.
Añade la otra mitad del azúcar a las claras y móntalas a punto de nieve con la ayuda de unas varillas eléctricas o del robot de cocina. Primero comienza a batir las claras solas, y a medida que vayan aumentando ligeramente su volumen, incorpora el azúcar poco a poco.
Mezcla en un solo bol las dos preparaciones, con cuidado y haciendo movimientos envolventes, para que no se bajen las claras.
Tamiza la harina y añade la levadura. Tamizar no es más que pasar la harina por un cedazo o colador de trama fina para que quede más fina y aireada. Añade también la harina de almendra y mezcla bien.
Ahora toca mezclar los ingredientes secos y los húmedos. De nuevo, hazlo con mucho cuidado. Debe quedar una masa muy bien integrada, de modo que mezcla bien, pero con suavidad y despacio, haciendo movimientos envolvente y de abajo a arriba.
Vierte la masa sobre el molde y mételo en el horno, que ya deberá estar precalentado a 180°C. cocina durante 25 o 30 minutos. Es muy importante no abrir la puerta del horno durante el cocinado o tu bizcocho se vendrá abajo. De modo que, hasta el final, no lo abras para pincharlo y comprobar si está listo. Si lo pinchas con un cuchillo y al sacarlo sale limpio es que está preparado. Si sale manchado, es que aún le quedan unos minutos más.
Déjalo enfriar ligeramente sobre una rejilla antes de desmoldarlo.
Para la cobertura, calienta la miel junto a una cucharada de agua en el microondas durante apenas 5 o 10 segundos. Lo único que queremos es que quede bien líquida para pintar un poco la superficie la bizcocho. ¡Ojo!, no queremos emborrachar el bizcocho, sino solo pintar un poco su superficie para que la miel haga de pegamento para las almendras tostadas laminadas que añadirás después. Termina con un poco de azúcar por encima. Si lo prefieres, puedes poner azúcar glas en lugar de azúcar granillo normal.
