Es una de las joyas de la huerta murciana, la calabaza, y de todas las especies de calabaza que hay, destaca una: la totanera. También se le denomina berruguera, pero como se cultiva mucho en Totana, ha adoptado ese nombre. Es fea por fuera, verdosa y con la piel arrugada, como ‘con berrugas’. En su interior, es de un color suave, no del naranja vivo de otras calabazas, sino más amarillento. Pero su sabor es suave y sutil, ligeramente dulce. Una auténtica delicia perfecta para cocinar de mil maneras… y de todas ellas, por supuesto, en crema. ¡Toma nota!
Para hacer esta sencilla pero deliciosa crema comenzaremos por pelar la cebolla y partirla en juliana fina, es decir, en tiras finitas.
Acercamos una cacerola al fuego con un chorrito de aceite de oliva y sofreímos la cebolla a fuego suave, para que se poche bien, sin tostarse.
Mientras se hace la cebolla, pelamos la calabaza y partimos en cubos. Hacemos lo mismo con la patata, la pelamos y la partimos en dados.
Cuando la cebolla esté bien hecha, y se vea blandita y transparente, añadimos la calabaza y la patata a la cacerola. Añadimos sal al gusto, removemos y dejamos al fuego un minuto más.
Cubrimos con agua (o con caldo de verduras) y subimos el fuego hasta que comience a hervir, en ese momento, bajamos el fuego y dejamos cocer a fuego suave durante 20 o 25 minutos, hasta que al pinchar la verdura se vea muy blandita.
Apartamos del fuego y trituramos perfectamente. Probamos la crema y rectificamos de sal si fuera necesario. Servimos con un hilito de aceite de oliva virgen extra por encima y unas hojitas de cilantro.
Esta crema es super sencilla de hacer. Lo mejor de todo es que resulta muy versáitl. Por ejemplo, se pueden añadir algunas especias para darle un ‘punch’ diferente. Por ejemplo, un poco de comino. También dará un toque muy especial añadir un trocito de jengibre y un par de trocitos de cáscara de naranja (solo la parte naranja) durante la cocción, que luego se retiran antes de triturar.
La Calabaza Totanera es una variedad de calabaza, es decir, que pertenece a la familia de las cucurbitáceas y se cultiva en la huerta de Totana, donde abunda lo que más necestia: mucho sol y luz diaria, temperatura que ronde los 20 y 25°C y suelos poco exigentes. También se la conoce como calabaza verrugosa, por su aspecto. Su corteza es verdosa y muy rugosa.
Se trata de una calabaza fea por fuera, pero deliciosa por dentro. Es ligeramente dulce y muy suave.
Entre sus componentes destacan las vitaminas C y A, lo que la convierte en un magnífico antioxidante para el organismo. Su alto contenido en fibra también hace de este alimento un suave laxante que beneficia al aparato digestivo. Minerales como el potasio y su elevado nivel de agua provocan que su consumo resulte apropiado para personas con problemas de retención de líquidos, así como trastornos renales, cardiovasculares o que padezcan hipertensión arterial.
