Cuatro procesiones imprescindibles en la Semana Santa de la Región de Murcia y otros tantos bocados

Si hay algo llama la atención a los que visitan la Semana Santa murciana, además de su belleza e historia, es que en cada ciudad y pueblo de la Región esta semana se vive de una manera distinta.

La Región de Murcia cuenta con diversas procesiones de Interés Turístico Internacional, Nacional y Regional, además de una gastronomía típica de Semana Santa.

Entre las procesiones, las que se celebran en las localidades de Cartagena, Lorca, Murcia y Jumilla han sido declaradas de Interés Turístico Internacional. Si se quiere admirar los Salzillos de Murcia, la marcialidad de las procesiones de Cartagena, las representaciones bíblico pasionales de Lorca y el espíritu medieval de Jumilla, hay que pasar la Semana Santa en la Región de Murcia.

Cartagena y su pulpo

En Cartagena, las procesiones tienen vocación nocturna y muchas se llevan a cabo de madrugada, lo que implica un carácter propio. Si se busca disfrutar de la perfecta sincronía de sus cortejos y del espectáculo de esta ciudad milenaria, nadie debería perderse estas procesiones.

La Semana Santa cartagenera comienza la madrugada del jueves al Viernes de Dolores por el casco antiguo de la ciudad con el Vía Crucis de la Cofradía del Cristo del Socorro.

Si hablamos de fervor, sobresale la del Lunes Santo, denominada como la de “las promesas”.

Una de las procesiones más destacadas es la del Martes Santo, donde los piquetes de Infantería de Marina y del Ejército de Tierra acompañan a los santos por la calle Mayor.

Además, dos procesiones muy populares son la Magna Procesión del Cristo del Prendimiento de la cofradía de los Californios, el Miércoles Santo, y la Procesión del Santo Entierro de la cofradía de los Marrajos, el Viernes Santo, un desfile impresionante de orden, luz, flor y música.

Por último, durante la madrugada del Viernes Santo se celebra el Encuentro de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Pescadería de Santa Lucía y el Lavatorio de Pilato.

Y tras las procesionbes llega la hora de probar el espectacular Pulpo a la Cartagenera, uno de los protagonistas de la gastronomía murciana por excelencia y una de sus recetas estrellas en la que se cocina el octópodo al horno y se le añade cerveza, vino o coñac para que absorba el sabor. 

Lorca con salazones

Las procesiones de la Ciudad del Sol también son de Interés Turístico Internacional. Los “Desfiles Bíblico Pasionales” son la seña de identidad de la Semana Santa lorquina, donde se ponen en escena el Antiguo y Nuevo Testamento con personajes y hechos bíblicos, históricos y mitológicos; todo marcado por la pasión de los lorquinos y la rivalidad entre sus dos principales cofradías: Paso Blanco y Paso Azul. Destacan los de Viernes de Dolores, Domingo de Ramos, Jueves Santo y Viernes Santo.

Para celebrar estas procesiones se acondiciona la avenida de Juan Carlos I con arena en el suelo para una mayor comodidad para los caballos y los carros y donde se ubican las tribunas. 

Además de estos desfiles, hay procesiones tradicionales por los barrios más antiguos de la ciudad como la Procesión de la Curia del Sábado de Pasión (Paso Negro), Bajada Penitencial del Stmo. Cristo de la Misericordia el Miércoles Santo (Paso Morado), Procesión del Silencio el Jueves Santo por la noche (Paso Encarnado), procesión penitencial del Vía Crucis el Viernes Santo por la mañana (Paso Morado) y Procesión del Resucitado el Domingo de Resurrección (Archicofradía del Resucitado).

También es muy especial el Vía Crucis del Paso Morado, que transcurre durante la madrugada y la mañana del Viernes Santo en el Monte Calvario, un conjunto monumental que destaca por la belleza de sus capillas y por la espectacular vista del Castillo y de la ciudad.

Y para reponer fuerzas nada mejor que degustar los deliciosos salazones que se encuentran en la localidad. Hay muchas formas de degustar este producto, por ejemplo las almendras fritas que suelen acompañar la hueva y la mojama, las sardinas de bota con pipirrana, o el bonito con habas crudas o tomate. 

Murcia y la tradicional marinera

La Semana Santa de Murcia, también declarada de Interés Turístico Internacional, es una de las más conocidas de toda la Región por su mezcla de lo artístico y lo espiritual, atrayendo anualmente la atención de miles de turistas de todas las nacionalidades.

Cuando pensamos en fervor se nos vienen a la mente dos procesiones de Murcia: la procesión de Nuestro Padre Jesús del Rescate y la del Silencio.

El Martes Santo se celebra la procesión de Nuestro Padre Jesús del Rescate. Además de por la ausencia de caramelos y otros objetos durante el recorrido procesional, se caracteriza por su sobriedad, austeridad, orden y silencio.

La Procesión del Silencio tiene lugar el Jueves Santo y el recorrido se realiza con las luces de la calles apagadas y en medio de un impresionante silencio que solo se quiebra por el esporádico canto de corales, orfeones, auroras, saetas y tunas.

La procesión de Los Coloraos, el Miércoles Santo, es sin duda la más pintoresca y popular de todas. Tiene la peculiaridad de contar con una gran cantidad de niños y por la entrega de caramelos, obsequios y productos vinculados a la Huerta de Europa como las habas tiernas.

Una de las procesiones más llamativas es la de Los Salzillos, en Viernes Santo, en la que participan más de cuatro mil nazarenos vestidos con una túnica morada y portando obras de arte del escultor murciano del siglo XVIII, Francisco Salzillo.

Por último, nos encontramos con una procesión muy especial: El Paseo de la Burrica y el Demonio el Domingo de Resurrección, donde niños vestidos de ángeles llevan encadenado al demonio.

Y por último, nadie se puede ir de la capital de la Región de Murcia sin haber probado la especialidad que allí se encuentra casi por todas partes, la marinera, un tipo de ensaladilla rusa que se sirve sobre una rosquilla crujiente y alargada, y encima lleva una anchoa en salmuera, o un boquerón, en cuyo caso pasa a llamarse "marinero".

Jumilla y sus peras con DO

Las proicesionbes de Jumilla conservan el espíritu medieval con el que nacieron, y su marcada sobriedad no es sinónimo de falta de espectacularidad.

Además de celebrar sus procesiones, casi todos los días de esta semana ocurre algo significativo: representaciones públicas, pregones, romerías… Visitar Jumilla en Semana Santa envolverá a la persona en una atmósfera nueva y sorprendente.

En la madrugada del Martes Santo se celebra la procesión más pintoresca, la el Silencio, donde solo se escucha el sonido de las cadenas arrastradas por el pavimento y el tambor.

El Viernes Santo se celebran dos procesiones muy conocidas: La procesión del Calvario, que se realiza el Viernes Santo por la mañana y cuyo aire es un redoble, una marcha fúnebre de platillos, bombos, cajas y tompretas; y por la noche la procesión de mayor fervor, la del Santo Entierro. Una procesión en la que los nazarenos suben lentos y silenciosos con las imágenes por la cuesta de los pasos, repleta de público y con las capillas del Vía-Crucis iluminadas.

Además, no te puedes perder las tamboradas del Sábado de Gloria y Sábado de Pasión y la caramelada, una batalla de caramelos que realizan las hermandades al terminar la procesión del Domingo de Resurrección.

Pero además no podemos olvidar durante una visita a Jumilla que esta perla de la Región Murciana tiene dos productos proegiodos con la calficación de Denominación de Origen (DO), sus vinos y sus peras que convinan a la pefección cuando se unen y tenemos la famosas peras al vino de Jmilla.

Para hacerlas debemos pelar la fruta mientras calentamos a fuego medio en una olla el vino junto al azúcar, la piel del limón y una ramita de canela. Para poner a cocer las peras se recmoienda hacerles unos cortes en su base inferior a fin de que queden de pie en la olla. El calor irá subiendo por todo el cuerpo de la fruta y media hora después podremos retirarlas. Por último, se espera a reducir el caldo restante para que obtenga una textura caramelizada con la que remataremos el plato.