La deliciosa pera de Jumilla es de un tipo muy especial, de la variedad ercolini, y tiene, al igual que los vinos de esta localidad murciana, Denominación de Origen Protegida.
Las características únicas de esta pera son su aspecto apetecible, su pequeño tamaño y un sabor dulce irresistible. Este fruto es posible gracias al clima y las condiciones en que se cultivan.
Estas peras tienen una piel muy fina y un inconfundible color verde claro que pasa al amarillo y presenta una chapa de color carmín en su cara soleada. Su pulpa, blanca y jugosa, regala un sabor muy dulce y azucarado.
La maduración de la variedad ercolini es muy rápida por lo que requiere no retrasarse a la hora de recolectarla pero, eso sí, en cámara solo resiste de dos a tres meses de conservación.
Sin añadirles nada, las peras de Jumilla son de por sí un bocado riquísimo, pero tratadas con azúcar y vino de la DOP Jumilla se convierten en un postre sencillamente exquisito.
Para elaborar estas peras al vino se utilizan las que estén maduras pero no pasadas para evitar que se deshagan.
Lo primero es pelarlas respetando el rabito y cortando un poco de base antes de ponerlas en una cazuela a la que se añadirá azúcar disuelta en vino, cáscara de limón y una ramita de canela.
Después se cocinan a fuego medio durante aproximadamente una hora dependiendo de lo maduras que estén. En cualquier caso, hay que retirarlas cuando el vino casi se haya convertido en almíbar.
El último toque es saltearlas con avellanas o almendras picadas. ¡A disfrutar!
Sobre el autor:
Antonio Castillejo
Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.