Viajamos hasta Caravaca de la Cruz, en Murcia, a por uno de sus postres más reconocidos y genuinos. Caravaca de la Cruz es una de las cinco ciudades declaradas santas por el Vaticano, junto a Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela y Santo Toribio de Liébana. Quizá por eso goza de una larga tradición en la elaboración de dulces. Las yemas son el bocado dulce más conocido, pero hay muchos otros, como los cordiales, el afjajor o el turrón de guirlache.
Desde luego, no solo en Caravaca, sino en cualquier lugar donde se elaboren yemas, que no son pocos en España, se trata de un bocado siempre ligado a los postres de convento. Como ya hemos dicho, se trata de un dulce que se elabora en muchos puntos de la geografía española. De hecho, también tienen mucha fama las yemas de Ávila. Pero como todo, cada región aporta sus peculiaridades a las recetas tradicionales. Las de Caravaca son yemas bañadas en caramelo, chocolate o azúcar glas.
Ingredientes:
8 yemas de huevo
100 gr. de azúcar
250 ml. de agua
Para la cobertura de caramelo:
azúcar, 100 gr
agua
Para la cobertura de chocolate:
Chocolate de cobertura, 250 gr
Mantequilla, una nuez
Elaboración de las yemas de Caravaca
El almíbar será lo primero que preparemos para hacer nuestras deliciosas yemas de Caravaca. Para ello acercamos un cazo al fuego con el agua y azúcar. Sin dejar de remover, y con cuidado para evitar salpicaduras, lo iremos moviendo hasta que alcance el punto de bola o de hebra fina, sin dejarlo tomar color.
Ahora, en un bol amplio, batimos con la ayuda de unas varillas las yemas hasta que estén espumosas. En ese momento, comenzamos a añadir el almíbar caliente muy poco a poco, removiendo con la ayuda de una cuchara o espátula de palo, así evitaremos que se formen grumos.
Pasamos la mezcla de nuevo al cazo y acercamos al fuego, muy suave, sin dejar de remover, incidiendo en el fondo del cazo. Y así, hasta que la mezcla cuaje. Sabremos que está en su punto porque la mezcla se separará de las paredes del recipiente.
Una vez fuera del fuego, se deja enfriar.
Cuando ya se pueda manipular la crema con las manos, iremos formando bolitas. En este punto, las yemas ya están listas. Se pueden espolvorear con un poco de azúcar glas y listo. Su suelen servir en papeles rizados.
Sin embargo, cada vez son más populares las yemas bañadas. Se pueden bañar en caramelo o bien en chocolate. En esta ocasión, y como no somos capaces de decidirnos, hemos optado por bañar la mitad de ellas en chocolate y la otra mitad en caramelo.
Así, las colocamos sobre la bandeja de horno, cubierta con papel, bien separadas entre ellas.
Prepara un caramelo con agua y azúcar en un cazo al fuego, solo que dejando que tome un poco más de color, pero ¡ojo!, no lo queremos tostado, solo ligeramente dorado. Napamos la mitad de las yemas con este caramelo. Lo hacemos con una cuchara y mucho cuidado para evitar quemaduras del caramelo, que son muy delicadas. Dejamos enfriar antes de retirar.
Por otro lado, calentamos chocolate de cobertura al baño María. También se puede derretir en un bol en el microondas. Pero en este caso es importante calentar 30 segundos a potencia media, sacar y remover, y volver a calentar otros 30 segundos, sacar y remover… y así hasta que esté complemente disuelto. Así evitaremos que se queme.
Podemos añadir una nuez de mantequilla a las yemas para dar un poco de brillo al chocolate.
Cuando esté bien disuelto, napamos las yemas elegidas con el chocolate y dejamos enfriar.
¡Listas para disfrutar!
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.