Un guiso calentito y reconfortante, que supone un plato único, super socorrido, fácil y rápido de hacer, y además económico. ¿Qué más se puede decir de este plato de batalla que está super rico? Con una pequeña variación, las hierbas aromáticas, tendrán un toque diferente.
Ingredientes:
- 600 gr de costillas de cerdo (pueden ser adobdas)
- 1 cebolla
- 2 pimientos verdes
- 2 dientes de ajo
- 3 patatas hermosas
- Aceite de oliva virgen extra
- 2 hojas de laurel
- 1 cayena
- 2 cucharadas de salsa de tomate
- Sal
- Pimienta negra
- Perejil fresco, 1 rama
- Cilantro fresco, 1 rama
- Eneldo fresco, 1 rama (opcional)
- Hierbabuena fresca, 1 rama (opcional)
Elaboración:
Para hacer este guiso de costillas, patatas y hierbas aromáticas, en primer lugar, pela la cebolla y pícala en brunoise fina, es decir, en daditos tan finos como puedas.
Lava los pimientos verdes, retírales el pedúnculo y todas las semillas y pícalos también, bien menudos.
Pela los ajos, pártelos por la mitad para retirarles el germen, responsable de que repita y resulte indigesto a algunas personas y pícalos bien menudos
Acerca una cazuela al fuego con un chorrito de aceite de oliva. Saltea a fuego vivo las costillas salpimentadas. A medida que vayan estando un poco tostadas por todos los lados, ve sacándolas a un plato aparte y reserva.
En el mismo aceite, baja la intensidad del calor, pocha a fuego muy suave la cebolla, el ajo, y el pimiento verde picados.
Pon a punto de sal y añade dos hojas de laurel y la cayena. Sigue cocinando hasta que las verduras estén blandas y bien pochadas. Añade las dos cucharadas de salsa de tomate y sigue cocinando un par de minutos más.
Pela las patatas y cháscalas. Chascar la patata es partirla en trozos, pero no con un corte limpio de cuchillo sino rompiéndola, para que así desprenda su almidón natural, lo que ayudará a espesar el guiso de forma natural. Para hacerlo, cogemos la patata con una mano y con la otra hacemos una incisión con un cuchillo puntilla, como si fuéramos a cortar un trozo, solo que a mitad del corte levantamos un poco el cuchillo, para que el trozo de patata se rompa solo.
Devuelve las costillas a la cazuela y añade también las patatas chascadas. Da unas vueltas y cocina dos minutos más.
Pasado ese tiempo, cubre de agua de tal forma que quede un poco por encima de las costillas. Sube el fuego hasta que rompa a hervir y en ese momento, baja el fuego. Deja cocer a fuego suave durante 35 o 40 minutos.
Al final, prueba y rectifica de sal o pimienta negra.
Sirve tu guiso recién hecho. En el momento de servir, acompaña con unas hierbas recién picadas. Haz la combinación que más te guste: un poco de perejil, cilantro, eneldo, hierbabuena… lo importante es que sean frescas y que las añadas con el plato ya servidas, recién picadas, para que desprendan todos sus aromas.