Caravaca de la Cruz es una de las cinco ciudades declaradas santas por el Vaticano junto a Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela y Santo Toríbio de Liébana. Y además de contar con esta distinción, es famosa por sus yemas, conocidas en la Región de Murcia como yemas de Santa Teresa.
La ciudad cuenta con una larga tradición en elaboración de dulces como la el alfajor, los cordiales o el turrón guirlache, aunque la yema es la más demandada.
La receta de este dulce típico de la época navideña, que forma parte de los 1.001 sabores Región de Murcia, ha ido pasando de generación en generación.
Nacen gracias a la cocina de aprovechamiento
Las yemas surgen gracias a la cocina de aprovechamiento, que haciendo honor a su nombre no desperdicia ningún producto, en este caso ninguna parte del huevo.
Bañadas en caramelo, chocolate o azúcar glass o con cacao al ron, las yemas endulzan los paladares de todos los murcianos y turistas que se hacen con una de ellas.
Las yemas de Caravaca de la Cruz dejan huella en quién las toma, y sino ue se lo digan a fray Guillermo de Baskerville que se hizo eco de ellas en sus ensayos literarios: "Que pacífica sería la vida sin yemas, que segura y tranquila. Y qué insulsa".
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.