Durante la Cuaresma, los católicos no pueden comer carne y, en general, también se impone el ayuno y el hecho de tomar comidas sencillas y humildes. El potaje de garbanzos de cuaresma es el plato típico de estos días. Hay que tener en cuenta que antiguamente las restricciones en lo que a alimentación se refieren eran mucho mayores: por supuesto no se comía carne… pero tampoco huevos, ni pescado, ni aderezos… nada más que legumbres y alguna verdura. Hoy en día, los tradicionales potajes de Cuaresma se enriquecen con pescados, mariscos, hortalizas y especias.
Hoy en día, además, no importa si eres religioso o no, si cumples con la restricción de comer durante la vigilia o no, esta receta de potaje tradicional de Semana Santa resulta deliciosa, sabrosa y suculenta… ¡no dejes de prepararla esta Semana Santa… y en cualquier otro momento!
Ingredientes:
500 gr. de bacalao desalado
250 gr. de garbanzos
200 gr. de espinacas frescas
1 hoja de laurel
Unas hebras de azafrán
2 dientes de ajo
2 cebollas
1 zanahoria
1 puerro
Sal
1 cucharilla de pimentón
3 huevos
Elaboración:
Para hacer este potaje de vigilia, vamos a comenzar por cocer los garbanzos con unas verduras. Los garbanzos, eso sí, habrán pasado la noche previa a remojo. Pela la mitad de la cebolla y pártela por la mitad o en cuartos. Lava la zanahoria, pártela por la mitad o en tres trozos. Retira la raíz del puerro y lávalo cuidadosamente para retirar toda la tierra, y pártelo también en dos o tres trozos.
Pon los garbanzos escurridos en una olla junto con estas verduras y el laurel. Cubre de agua fresca y lleva a ebullición. Deja cocer durante dos horas aproximadamente a fuego medio o hasta que los garbanzos estén tiernos. Para ahorrar tiempo, también puedes emplear la olla expres y reducir el tiempo de cocción a 30 minutos aproximadamente.
En cuanto los garbanzos estén listos, retira las verduras y el laurel.
Pela el ajo, pártelo por la mitad para retirar el germen, responsable de que repita y resulte indigesto a algunas personas y pícalo menudo. Por otro lado, pela la cebolla y pícala en juliana, es decir, en tiras finas.
Acerca una sartén al fuego con un hilito de aceite de oliva y sofríe el ajo y la cebolla picados a fuego suave para que no se quemen y se vayan pochando suavemente. Cuando la cebolla vaya estando blandita y se vaya transparentando, añade el pimentón y un poco de caldo de la cocción de los garbanzos y remueve bien.
Añade el contenido de la sartén a la olla de los garbanzos. Agrega también el azafrán y las hojas de espinaca, previamente enjuagadas.
Corta en trozos en bacalao y échalo también en la olla. Deja cocer 10 minutos.
Ponemos el huevo a cocer 9-10 minutos si partimos de agua fría y 12 si lo echamos en agua hirviendo. Cuando esté, lo refrescamos en agua fría y lo pelamos y troceamos para servirlo como guarnición.
Ya está listo el potaje tradicional de Semana Santa, un plato completo y contundente, un guiso delicioso lleno de tradición. Sírvelo bien calentito y adorna con el huevo duro y, si quieres, un poco de perejil picado.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.