Si quieres sorprender a tu familia con un delicioso plato de arroz, esta receta se puede convertir en un as en tu manga. Es muy sencillo de elaborar y solo requiere ingredientes económicos y muy habituales en nuestra nevera, por lo que es magnífico para el día a día, para improvisar una comida rica y completa entre semana. Porque no todos los platos de arroz son de domingo.
En primer lugar, lavamos los pimientos rojos y el pimiento verde y le retiramos el tallo y todas las semillas. Una vez limpio, los partimos en trozos del tamaño de un bocado, ni demasiado grandes, pero tampoco muy pequeños. En este arroz, queremos que el pimiento, especialmente el rojo, sea protagonista y se vea.
Aparte, pelamos la cebolleta y la picamos en dados menudos. Pelamos el ajo, lo partimos por la mitad para retirarle el germen y lo picamos finito.
Acercamos una cazuela amplia al fuego con un chorro de aceite y freímos los pimientos rojo y verde a fuego medio o medio alto. Con cuidado de que no se quemen, pero los queremos tostaditos y fritos, no pochados. Cuando estén, con la ayuda de una espumadera, los sacamos a un plato aparte.
En el mismo aceite, cocinamos a fuego suave la cebolla y el ajo durante siete minutos. Cuando la cebolla comience a transparentar, incorporamos los trozos de pollo salpimentados. Subimos un poco el fuego y cocinamos hasta que el pollo esté doradito por todos los lados.
En ese momento, añadimos el tomate natural triturado y sofreímos. Pasados cinco minutos añadimos las judías verdes y el caldo de verduras. Ponemos también el colorante alimentario. Rectificamos el punto de sal y cocinamos durante 15 minutos a fuego vivo.
Añadimos el arroz y removemos bien para repartirlo.
Volvemos a poner el pimiento por encima y, ya sin mover, cocinamos durante 17 o 20 minutos, hasta que el arroz esté bien hecho. Durante la primera mitad, el fuego al máximo y, después, lo bajamos a media potencia.
Una vez hecho, apagamos el fuego y dejamos reposar durante cuatro minutos.
