Es jugoso a más no poder, esponjoso y con el toque crujiente de las nueces en su interior. Este bizcocho de zanahoria es irresistible, tanto si preparas un frosting o cobertura con queso mascarpone como si lo dejas tal cual.
Ingredientes:
- 4 huevos
- 250 gr de zanahorias
- 260 gr. de harina
- 200 gr. de azúcar
- 200 ml. de aceite de girasol
- Levadura en polvo, 1 sobre
- Sal, una pizquita
- Nueces picadas, un puñadito
Para la cobertura:
- Mantequilla, 2 cucharadas
- Queso mascarpone, 200 gr
- Azúcar glas, 100 gr.
Elaboración:
Para hacer este bizcocho de zanahoria, comenzaremos por preparar la verdura. Corta los extremos de las zanahorias y pélalas. Rallamos las zanahorias con la ayuda de un rallador. Reservamos.
Cascamos los huevos sobre un bol amplio y añadimos el azúcar y la pizca de sal. Batimos con la ayuda de unas varillas manuales o eléctricas, hasta obtener una mezcla espumosa y blanquecina.
Añadimos después el aceite de girasol y volvemos a batir, para que se integre bien.
Añadimos también la zanahoria rallada y mezclamos todo bien, para que se integre y queda bien repartida en la mezcla.
Añadimos la harina y la levadura tamizadas. Tamizar no es más que pasar la harina por un colador de trama fina, cedazo o tamiz, para que quede más suelta y aireada. Este paso evitará grumos y dará un lugar a un bizcocho más esponjoso.
Comenzamos a mezclar hasta que los ingredientes secos hayan quedado perfectamente absorbidos por los ingredientes húmedos. Al final tendremos una masa espesa pero bastante líquida.
Untamos en molde elegido con un poco de mantequilla y espolvoreamos con una pizca de harina. Una vez ‘encamisado’ el molde, vertemos la masa del bizcocho de zanahoria dentro. Incorporamos en el último momento las nueces y las hundimos un poquitín en la masa.
Metemos en el horno, que ya debe estar precalentado a 180°C con calor arriba y abajo y cocinamos durante 40 minutos. Hasta que no pase ese tiempo, es muy importante no abrir la puerta del horno en ningún momento. Pasado ese tiempo, ya sí, podemos abrir para pinchar el bizcocho y comprobar si está listo. Si el cuchillo o el palillo con el que lo pinchemos sale limpio, es que está perfecto, si sale un poco sucio, es que necesita un poco más de tiempo.
Una vez que saquemos el bizcocho del horno, lo dejamos enfriar sobre una rejilla antes de desmoldar.
El bizcocho se puede tomar así, tal cual, pero si te apetece prepararle una cobertura rica. PAra ello bate el queso mascarpone con el azúcar glas y la mantequilla derretida. Bate bien y coloca con la ayuda de una espátula la cobertura por encima del bizcocho.