No, no están hechos de hojaldre, ni se hacen con masa hojaldrada ni llevan mantequilla siquiera. Se trata de un postre mucho más humilde que todo eso, hecho con ingredientes muy sencillos. Y pese a esa sencillez, los aguardentaos resultan sorprendentes con su delicada textura y su parecido con los mantecados de almendra.
Estamos ante un dulce muy popular y muy tradicional… uno de esos bocados de antes, imprescindibles en toda la Región de Murcia y, especialmente, en los pueblos de la comarca del Noroeste. Junto con los requemaos, los almendraos, los pastelillos o las cristóbalas, los aguardentaos no faltan en las panaderías y pastelerías de la Región. Pero es muy fácil de preparar en casa. ¡Toma nota!
Esta receta tiene una particularidad y es que la harina debe escaldarse, es decir, la masa de estas pastas o galletas se elabora con harina que se escalda con aceite caliente aromatizado con el limón.
Pero vayamos por partes. Lo primero que debes hacer es sacar la cáscara del limón. Hazlo con la ayuda de un pelador de verduras o con un cuchillo puntilla, pero con mucho cuidado para tomar solo la parte amarilla del limón, que es donde se concentran los aceites esenciales del limón y su aroma cítrico. Hay que evitar coger la parte blanca de la piel del limón porque es amarga, y podría dar mal sabor al postre.
Acerca un cazo de buen tamaño al fuego con el aceite. Introduce la cáscara de limón.
Cuando esté bien caliente, y comiencen a salir burbujitas de la cáscara del limón, pero sin que el aceite llegue a humear, apaga el fuego y retira el limón con unas pinzas.
Coloca la harina en un bol amplio en forma de volcán. Echa el aceite en el cráter con mucho cuidado para evitar salpicaduras que puedan quemarte.
Con la ayuda de una cuchara de madera comienza a mezclar para que se vaya empapando toda la harina. Mezcla bien.
Añade después el anís seco y el azúcar. Sigue mezclando. El alcohol hará que la masa se contraiga un poco, y en este momento ya podrás comenzar a amasar con las manos para mezclar bien los ingredientes.
Cuando la masa ya tenga consistencia y esté lisa y homogénea, extiéndela y forma porciones. Puedes usar un cortapastas o, sencillamente, cortar cuadrados.
Se trata de una masa grasa y quebrada, quizás algo difícil de extender con rodillo, de modo que no te preocupes demasiado por las formas y la estética, no importan si quedan un poco rústicos.
Coloca sobre la bandeja del horno, cubierta con papel de horno.
Mete en el horno, que ya debe estar precalentado a 180º y cocina hasta que los veas bien doraditos, lo que les llevará 10 o 15 minutos, más o menos.
Sácalos y deja enfriar. En el momento de servir, puedes adornar con un poco de azúcar glas.
