El arroz con pollo no puede ser más popular y versátil. Se puede preparar con alcachofas, como sofrito de pimientos, con guisantes… o como en este caso, con zanahoria, un ingrediente que siempre tenemos en la nevera, por lo esta receta se puede improvisar en cualquier momento.
Un arroz sencillo, fácil de elaborar y muy rápido, pero al mismo tiempo rico y sabroso. Una de esas recetas que demuestran que los platos humildes y rápidos, perfectos para el día a día, no tienen por qué ser aburridos. El secreto, en realidad, está en la calidad de los ingredientes: el arroz de Calasparra, el pimentón murciano, las verduras de la huerta… ingredientes frescos y saludables.
Ingredientes:
- 350 gr de arroz de Calasparra
- 200 gr de carne magra de pollo (solomillos, pechuga, contramuslos deshuesados…)
- 1 cebolla
- 3 zanahorias
- 2 dientes de ajo
- 50 gr. de tomate natural triturado
- Caldo de pollo (o verduras)
- 1 cucharilla de pimentón dulce
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra en grano
- 2 hojas de laurel
Para hacer este arroz con pollo y zanahoria, lo primero que haremos es preparar las verduras. Pela la cebolla y pícala en brunoise fina, es decir, en daditos menudos. Pela el ajo, pártelo por la mitad para retirar el germen y pícalo menudo. Por último, pela la zanahoria y pártela en bastones del tamaño de un bocado.
Acercamos una cazuela al fuego con un chorro de aceite de oliva y pochamos a fuego suave la cebolla y el ajo. Pasados diez minutos, cuando comience a ablandarse, añadimos la zanahoria y seguimos cocinando unos minutos más.
Añadimos después el pollo, partido en trozos del tamaño de un bocado.
Cuando el pollo esté un poco marcado, incorporamos el tomate natural triturado, el laurel, las bolitas de pimienta y el pimentón. Removemos todo bien y ponemos a punto de sal.
Incorporamos el arroz y dejamos sofreír uno o dos minutos.
Después, cubrimos con el caldo y dejamos hervir a fuego fuerte durante 10 minutos. Después, bajamos el fuego y cocinamos otros siete o diez minutos a fuego suave, hasta que esté en su punto. Casi al final, probamos y rectificamos de sal si fuera necesario.