Los mejillones con tomate son un valor seguro. Es uno de esos platos que siempre salen bien, que invitan a mojar pan y compartir con los amigos y familia y que, en estos tiempos, aún son asequibles. Lo mejor de todo, es que se hacen en un periquete. ¿A qué estás esperando?
Ingredientes:
- Mejillones, 2 kg
- Vino blanco, 250 ml.
- 4 cebolletas
- 6 dientes de ajo
- 1 cayena
- Tomate frito, 500 gr.
- Perejil, 2 ramitas
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra
Elaboración
Para hacer estos mejillones con tomate, lo primero que debemos hacer es limpiar muy bien los mejillones. Para ello, lávalos bajo el chorro de agua fresca, raspa bien su cáscara para retirar todas las impurezas y retírales las barbas. Vuelve a enjuagarlos bien con agua limpia.
En una cazuela amplia y baja, ponemos los mejillones junto al vino blanco y los ponemos al fuego, con la cazuela bien tapada.
Los mantenemos al fuego durante tres o cuatro minutos, hasta que se hayan abierto bien todos los mejillones. Con una espumadera, retiramos los mejillones a un plato aparte y dejamos al fuego la cazuela con el vino.
Dejamos que reduzca el vino hasta la mitad, más o menos. En ese momento, apartamos del fuego y colamos el líquido. Lo ideal es pasarlo por un paño de hilo, que retendrá mejor que un colador todas las impurezas y posibles restos de tierrecilla. Reservamos.
Mientras, de los mejillones que tenemos reservados, y que ya no estarán tan calientes, separamos las cáscaras y retiramos las que estén vacías, dejando la que tiene el molusco.
Por otro lado, pelamos los ajos, los partimos por la mitad para retirar el germen, responsable de que a algunas personas les resulte indigesto y los picamos bien menudos. Pelamos también las cebolletas y las picamos en brunoise fina, es decir, en daditos pequeños.
Acercamos una cazuela al fuego con un chorro de aceite de oliva virgen extra junto a una cayena.
Cuando el aceite tenga temperatura, incorporamos el ajo y la cebolleta picada y cocinamos a fuego suave.
Cuando la cebolla esté bien pochada y comience a transparentar, lo que le llevará entre 7 y 10 minutos, añadimos el jugo de los mejillones que teníamos reservado y el tomate frito, si es casero, tanto mejor. Ponemos a punto de sal, subimos un poco el fuego y cocinamos cuatro minutos más.
Pasado ese tiempo, añadimos las cáscaras con los mejillones y cocinamos un minuto, removiendo, pero sin meter la cuchara dentro de la cazuela, simplemente, bamboleando un poco la cazuela.
Servimos inmediatamente y adornamos con una ramita de perejil entera, o bien con un poco de perejil picado por encima, como más te guste.