Se trata de mermelada, sí, porque es dulce… pero no es una mermelada convencional en absoluto. La calabaza es una verdura deliciosa y muy versátil, y aunque ya la encontramos durante todo el año, cuando está en temporada, en otoño, resulta deliciosa. Con calabaza se pueden hacer dulces estupendos, como esta mermelada casera. Cuando la pruebes, ya no querrás otra.
Para hacer esta mermelada casera de calabaza, comenzaremos por preparar la verdura. Pélala y pártela en dados más o menos del mismo tamaño.
Pon la calabaza en una olla amplia y añade el azúcar. Deja macerar durante media hora.
Abre la vaina de vainilla por la mitad, a lo largo y raspa el interior con la ayuda de un cuchillo. Añade a la cazuela de la calabaza y el azúcar tanto el interior de la vainilla, como la vaina, partida en dos.
Acerca la cazuela al fuego una vez que haya macerado. Los primeros minutos a temperatura media, hasta que comience a tomar temperatura y el azúcar comience a deshacerse, pero baja enseguida el fuego al mínimo para evitar que se pegue.
Añade el anís estrellado y cocina, en total, durante 40 minutos.
Pasado ese tiempo, retira el anís estrellado y la vaina de la vainilla, no las semillas.
Tritura la mermelada con la batidora o el robot de cocina. Si te gustan los trocitos de fruta, puedes dejar reservados algunos trocitos y dejarlos sin triturar. Eso depende de tus gustos.
Si quieres hacer conservas con esta mermelada, tendrás que esterilizar frascos cociéndolos en agua durante 10 minutos. Después, bien secos, rellénalos con la mermelada, cierra bien y vuelve a cocerlos otros 10 minutos, en una olla amplia con agua, de tal forma que el agua cubra completamente los frascos. Al sacarlos, déjalos enfriar boca abajo.
