Está claro que la gastronomía murciana gusta de los juegos de palabras y crear trampantojos con los nombres de los platos. Es el caso, por ejemplo, de la morcilla de verano, que no tiene morcilla entre sus ingredientes, y también de estas perdices de la huerta, un plato vegano que se elabora tan solo con lechuga, muy bien aliñada. Tradicionalmente se hace con los corazones de la lechuga romana, pero también lo puedes preparar en casa con cogollos.
Ingredientes
- 2 lechugas romanas
- Sal
- Pimienta negra
- 2 dientes de ajo
- Aceite de oliva virgen extra
- Vinagre de jerez
Elaboración
Para hacer esta receta de perdices de la huerta, tan solo necesitamos el corazón de la lechuga romana, es decir, las hojas más blanquitas y prietas. Las del exterior que no estén estropeadas, las podemos guardar y reservar para otra elaboración.
Cortamos el tallo, pero sin apurar demasaido, para no cortar la unión de las hojas.
Una vez que ya tenemos el cogollo de la lechuga sin las hojas exteriores y sin tallo, los partimos por la mitad, de forma longitudinal. Si tenemos una lechuga tirando a pequeña, nos quedamos con las mitades, y si fuera grande, partimos en cuartos.
Las lavamos bajo el chorro de agua fresca, con cuidado de no romper la forma de la lechuga. La secamos ligeramente con la ayuda de un papel de cocina absorbente o de un paño limpio.
Colocamos las mitades o los cuartos de lechuga con los cortes hacia arriba y ponemos a punto de sal y pimienta negra recién molida.
Pelamos los ajos, los partimos por la mitad y retiramos el germen, que resulta indigesto a algunas personas. Picamos el ajo bien menudo.
Añadimos el ajo picado por encima de las lechugas.
Aliñamos con aceite de oliva virgen extra y vinagre de Jerez al gusto.
Servimos inmediatamente para disfrutar de la lechuga bien fresca y crujiente.