Una receta de aprovechamiento perfecta para reciclar pan duro y esos plátanos que se nos van quedando maduros y un poco feos por la cocina, y que ya nadie en la casa quiere. Y de esas sobras carne de cañón para terminar en el cubo de la basura, obtenemos este delicioso pudin. Es exquisito y será un excelente postre después de comer, un tentempié a media tarde o un goloso desayuno para empezar el día de la mejor manera.
Ingredientes:
- Pan del día anterior, 450 gr.
- 80 gr. de azúcar
- 4 huevos
- 500 ml. de leche
- 2 plátanos maduros
- Un puñado pequeño de almendras
- Un puñado pequeño de pasas
- Media cucharilla de esencia aroma de vainilla
- Mantequilla, para engrasar el molde
Elaboración:
Corta el pan en trozos pequeños, no es necesarios que sean iguales, pueden ser irregulares. Además del pan que haya ido sobrando en los días pasados, para esta receta también se puede aprovechar bizcochos de soletilla o unas magdalenas que ya se han quedado un poco duras.
Pon el pan troceado en un bol.
Pela los plátanos y aplástalos con la ayuda de un tenedor hasta obtener una pasta, no importa si quedan algunos trocitos, es mejor que el plátano tenga algo de textura, tampoco queremos que sea un puré. Añádelo al pan y mezcla bien.
En otro bol aparte, bate los huevos junto con el azúcar hasta obtener una mezcla esponjosa y blanquecina. Añade la leche y la esencia de vainilla y vuelva a batir un poco más.
Añade la mezcla de ingredientes húmedos sobre el pan con el plátano y mezcla bien con la ayuda de una espátula, haciendo movimientos envolventes. Deja reposar 10 minutos la mezcla.
Añade unas almendras crudas enteras o ligeramente troceadas y unas pasas. Por supuesto, esto es opcional y, además, si lo prefieres, puedes variar a tu gusto… puedes añadir nueces u otro fruto seco.
Vierte la masa sobre un molde rectangular ligeramente engrasado con mantequilla.
En una fuente de horno, pon agua caliente y mete dentro el molde. El agua debe llegar como a la mitad del molde del pudin o un poquito menos. Así lo cocinaremos en el horno, pero al baño María.
Mete en el horno, que ya debe estar precalentado a 220°C. Baja la temperatura a 180°C y cocina durante 50 o 55 minutos. Si aprecias que se empieza a quemar un poquito por arriba o que va cogiendo color demasiado pronto coloca por encima papel de plata. Cuando esté listo (comprueba con un pincho o tenedor que está bien cuajado) sácalo del horno y deja reposar media hora.