En Semana Santa, las torrijas son el postre que no faltan en ningún hogar de la Región de Murcia, así como en la mayor parte de España. Pura tradición. Y pese a que cada vez se venden más en las confiterías, sigue siendo un postre casero, pese a que de ser un dulce humilde, se está convirtiendo en un lujo, por el encarecimiento de la harina, del pan y del aceite.
Las torrijas, en efecto, así como otros bocados dulces de la región, como los buñuelos, los churros o el pan para tortas, requieren de abundante aceite de oliva para la fritura.
Sencillas rebanadas de pan empapadas en leche, rebozadas y que qudarán tostadas por fuera y muy jugosas por dentro. A partir de ahí, se puede innovar: sirviéndolas con miel, con un almibar ligero o con más leche, bien aromatizada con limón y canela.
Ingredientes:
Pan duro
Leche entera
Huevos
Ramita de Canela
Corteza de limón
Azúcar
Elaboración:
Es imprescindible usar pan duro, nunca tierno, o nos arriesgamos a que no aguante el remojo en leche y se rompa antes de llegar a la sartén. Las medidas de los ingredientes van en función de la cantidad de pan que deseemos hacer.
Lo primero que debemos hacer es aromatizar la leche. Para ello ponemos la leche en un cazo junto con la ramita de canela, partida en varios trozos y la cáscara de limón. Es importante tomar solo lo parte amarilla de la cáscara, que es donde están los aromas círicos del limón y sus aceites esenciales, y desechar la parte blanca, que resulta amarga. Con un pelador de verduras será muy sencillo.
Acercamos el cazo al fuego y, cuando rompa a hervir lo retiramos, añadimos dos cucharadas de azúcar, removemos para que se disuelva y dejamos enfriar completamente. Cuando la leche se haya enfriado por completo, la colamos y ya estará lista.
Partimos el pan en rodajas no demasiado finas y las colocamos en una fuente, bien extendidas. Añadimos la leche. Es importante dejar que el pan se moje bien en la leche, que absorba toda la que necesite.
Cuando el pan ya está bien mojado, las rebanadas se van pasando por huevo batido y se fríen en aceite de oliva abundante, caliente pero no en exceso, pues el proceso de fritura es algo lento y debe evitarse que el huevo se queme.
Las rebanadas, ya fritas, se van dejando en un plato con papel absorbente para retirar el exceso de aceite.
Una vez frías se rebozan en una mezcla de azúcar y canela.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.