El zarangollo es el revuelto de verduras por excelencia de la Región de Murcia, un plato sencillo y humilde, pero delicioso, típico en esta tierra de ricas huertas. El secreto está en emplear ingredientes de calidad y en hacerlo a su amor, sin prisa. Hay diferentes formas de elaborarlo o, mejor dicho, de presentarlo. De la forma tradicional, al pelotón, como relleno de unos volovanes o en tostas.
Una variante exquisita es este zarangollo cartagenero, tradicional, como su nombre indica, del campo de Cartagena. Tiene la peculiaridad de que el zarangollo se mete como relleno en una masa de pan, como si se tratara de un pan preñado o de una empanada... aunque el pan solo es la cobertura de una fuente. El zarangolllo en sí se puede elaborar con diferentes verduras... hoy optamos por una variante: berejena, patata y tomate, en lugar del tradicional calabacín. ¿Aún no lo has probado?
Ingredientes
1 berenjena hermosa
2 Tomates maduros
2 Patatas
Masa de pan
Para la masa:
Harina, 150 gr
Agua
Sal, una pizca
Levadura prensa, 4 gr
Elaboración
En primer lugar, partimos en rodajas la berenjena y le ponemos sal, generosamente, por ambos lados. La colocamos sobre una rejilla y la dejamos así que repose durante 15 o 20 minutos. Pasado este tiempo, secamos cada rodaja una a una. Habrá expulsado mucha agua. Este es el secreto para quitarle amargor.
Una vez hecho esto, picamos la berenjena en dados menudos.
Por otro lado, pelamos las patatas y las picamos en daditos pequeños.
Por último, lavamos el tomate y lo picamos en dados medianos.
Acercamos una cazuela al fuego con un chorrito de aceite e incorporamos las patatas. Cocinamos a fuego suave, pochándolas despacio.
Pasados cinco minutos incorporamos la berenjena y seguimos cocinando.
Cuando estén blanditas, incorporamos el tomate, ponemos a punto de sal y seguimos la cocción, a fuego suave.
Cuando esté todo bien hecho, apagamos el fuego y lo pasamos a una fuente o plato de barro.
Ahora, preparamos la masa de pan, mezclando los ingredientes amasamos y dejamos reposar durante una o dos horas. El agua se debe ir echando muy poco a poco. No hay una cantidad exacta, sino la que admita la harina. Amasamos hasta obtener una masa lisa y homogénea. Para evitar este paso, siempre tenemos la opción de pedir, o comprar, en la panadería un poco de masa fermentada.
Estiramos la masa y cubrimos con ella la cazuela de barro.
Metemos en el horno el zarangollo cartagenero, ya caliente a 200°C y cocinamos hasta que la masa se vea bien hecha y doradita.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.