La Región de Murcia tiene mil y un lugares que visitar pero hoy nos centramos en de sus zonas más populares y característica, el Noroeste, realizando una ruta que comienza en Bullas, continúa Cehegín, Caravaca y Moratalla y nos llevará hasta Calasparra.
Son cinco localidades cada una de las cuales puede presumir con orgullo de sus peculiaridades tanto paisajísticas, como gastronómicas y patrimoniales.
Bullas
Bullas atesora hermosos paisajes y espacios naturales como el Salto del Usero, en el curso alto del río Mula, localizado en la ladera noroeste del cerro del Castellar en un paraje llamado como uno de los espacios naturales de mayor belleza de la Región de Murcia con gran interés hidrológico, geomorfológico y sedimentológico en el que pueden observarse procesos erosivos generados en una formación de areniscas y travertinos de notable valor. Esta erosión de materiales en el cauce ha originado su peculiar morfología en bóveda, precipitándose el agua hacia la base en una cascada de cuatro metros de altitud y formando una vaera bastante profunda y constantemente llena de agua, muy utilizada tanto por los turistas y como por los habitantes de estas tierras en época estival.
Una vez en Bullas, resulta obligado visitar la Casa Museo Don Pepe Marsilla donde se conservan en perfecto estado tanto la decoración de estilo modernista de la parte residencial como las diferentes dependencias en las que se dividía la zona de labor y en la bodega se puede apreciar el espacio dedicado a la producción de vino con destino a la venta y otro reservado para guardar los caldos más selectos de consumo particular. En total se conservan 57 tinajas con una capacidad superior a los 140.000 litros de vino.
También de obligada visita es la Villa Romana de Los Cantos se articula en varios núcleos, entre los que destaca: la para urbana, donde quedaría ubicada la domus, residencia estacional del propietario, el complejo termal y la para frumentaria, o sector industrial, dedicado a la manufactura y almacenamiento de la producción agrícola y ganadera.
Villa Romana de los Cantos
Por lo que a su gastronomía se refiere en esta localidad murciana todo debe acompañarse con el vino de la tierra, DO Bullas, pero sobre todo conviene no dejar de probar el ajoharina, una modalidad de gachasmigas; el empedrao un arroz viudo así llamado porque no lleva carne, una receta clásica de cuaresma, no por eso es menos sabrosa, bien al contrario, un arroz meloso de intenso sabor elaborado con bacalao y verduras que lo acompañan; o las patatas a la llanda, deliciosas patatas al horno con tan solo ajo, aceite de oliva, sal y pimienta.
Cehegín
Nuestra ruta por el Noroeste de la Región de Murcia hace su siguiente parada en Cehegín, un municipio famoso por sus pinturas rupestres, declaradas Patrimonio de la Humanidad, y por haber acogido a íberos, romanos, visigodos, árabes y cristianos a lo largo del tiempo.
Declarada en 2019 Maravilla Rural de España su casco antiguo es sin duda uno de los más bonitos de la Región. Declarado Conjunto Histórico Artístico, estas calles y callejuelas repletas de casas señoriales, palacios, iglesias, miradores y más de 116 escudos nobiliarios son un museo en sí mismo.
Merece la pena detenerse en las Iglesias de Santa María Magdalena, la de la Soledad y la de la Concepción, recientemente restaurada. También son paradas obligadas el Palacio Villar de Felices y el de Jaspe, la Casa Conde de Campillos, el Hospital de la Real Piedad y el Palacio del Duque de Ahumada.
Además, a tan sólo tres kilómetros de Cehegín se puede vivir una experiencia arqueológica en estado puro explorando la ciudad romano-visigoda de Begastri, considerada como la villa de estas características más importante de España. Íberos, romanos y visigodos se establecieron en este entorno que fue sede episcopal durante su época de máximo esplendor y que ha permanecido oculto cientos de años.
En lo que a la cocina de Cehegín se refiere no se puede visitar esta localidad del noroeste de la Región de Murcia sin dejar de probar el arroz ceheginero, un guiso al que también se le añaden alubias blancas y los productos de temporada de la huerta murciana. Otro plato tradicional es el guiso de chamorro, elaborado con la parte del cerdo que está justo detrás y debajo de la rodilla
Arroz ceheginuero
Y, por supuesto, a los más golosos les encantarán las almendras garrapiñadas y los tradicionales alfajores de Cehegín que suelen presentarse liados en papel de seda o parafinados como si fueses caramelos.
Caravaca
Caravaca de la Cruz es una de las cinco ciudades declaradas santas por el Vaticano junto a Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela y Santo Toríbio de Liébana. Situada en un enclave fronterizo entre Murcia y Granada es Caravaca una población por la que pasaron, sucesivamente, íberos, romanos y musulmanes y que se encuentra construida en torno a su Castillo, levantado en el siglo XV por la Encomienda de los Templarios.
Pero como queda dicho Caravaca es, esencialmente, la Ciudad Santa, la ciudad de la Cruz que lleva su nombre. Según la leyenda, en 1232, el rey moro Abú Zeid se convirtió al cristianismo cuando contempló cómo dos ángeles bajaban del cielo una cruz para que un sacerdote preso en el castillo pudiera decir misa. Esta leyenda dio lugar a la construcción, a partir de 1617 y en el recinto de la propia fortaleza, del principal monumento de esta localidad del Noroeste murciano, el Santuario de la Vera Cruz, una construcción en la que destaca su lujosa portada de mármol rojo de Cehegín en la que se hace toda una exaltación de la Santa Cruz.
Santuario de la Vera Cruz en Caravaca
Además de a la basílica santuario de la Vera Cruz, en Caravaca conviene rendir visita a las iglesias del Salvador, de la Concepción, de San José, de la Compañía de Jesús y a los museos de La Fiesta, de los Caballos del Vino, Arqueológico, Carrillero y de la Música Étnica.
Otra visita necesaria es la de Estrecho de las Cuevas de la Encarnación, en la pedanía del mismo nombre. Se trata de un angosto desfiladero ahondado por el río Quípar, que constituye un paso obligado de la importante ruta natural que desde la prehistoria ha puesto en comunicación el Levante y la Alta Andalucía. De hecho, allí se localizan diferentes yacimientos arqueológicos
Por último, recordar que sería imperdonable pasar por esta localidad sin probar las yemas de Caravaca de la Cruz, producto de la cocina de aprovechamiento que, haciendo honor a su nombre, no desperdicia ningún producto, en este caso ninguna parte del huevo.
Bañadas en caramelo, chocolate o azúcar glass o con cacao al ron, las yemas endulzan los paladares de todos los murcianos y turistas que se hacen con ellas Las yemas de Caravaca de la Cruz dejan huella en quién las toma, y sino que se lo digan a fray Guillermo de Baskerville que se hizo eco de ellas en sus ensayos literarios: "Que pacífica sería la vida sin yemas, que segura y tranquila. Y qué insulsa".
Moratalla
La villa de Moratalla, antigua encomienda de los caballeros de la Orden de Santiago es fácilmente reconocible por la silueta de su castillo predomina en un paisaje de callejuelas cuya identidad ha perdurado casi intacta durante los últimos siglos.
El Castillo Fortaleza se levantó en el siglo IX como una estructura islámica edificada sobre restos neolíticos e ibéricos, constituyendo un punto importante dentro de la organización defensiva de Al-Andalus. La Orden de Santiago lo reconstruye, destacando la Torre del Homenaje levantada en el siglo XV), de estilo gótico militar levantino, con 22 metros de altura y 9 de lado. Cinco torres completaban el recinto: Redonda, Blanca, La Magdalena, Quebrada o de los Limones y de Los Cuatro Vientos.
La actual Torre del Homenaje, cuenta con tres plantas. En la inferior, el aljibe con pilar cruciforme central y, sobre él la Sala de Armas con la magnífica bóveda de aristas, gran clave central y tres saeteras abocinadas. En la Sala del Homenaje, resaltan las tres bóvedas paralelas de medio cañón levantadas sobre arcos ojivales. En la pared este de la sala arranca la escalera mural de acceso a la terraza almenada, último reducto defensivo de la fortificación.
También en Moratalla nos encontraremos con el Convento Franciscano de San Sebastián, antigua ermita de San Sebastián construida en el último tercio del siglo XV. En el XVI se derribó lo poco que queda y se construyó otra de mayores proporciones, cediéndola el Concejo a los franciscanos para su instalación en 1574. El aspecto primitivo fue modificado ligeramente en el siglo XVIII, ocupando todo lo que hoy es el edificio de la Biblioteca y Plaza de Abastos e inmuebles siguientes hasta la nueva calle, aproximadamente.
De la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción se tiene documentación que atestigua que en 1468 ya existía en el lugar que hoy ocupa. Se trata de una pequeña edificación de una sola nave con cubierta de madera. Posteriormente se amplió, edificando un recinto de mayores dimensiones cuya cubierta descansa sobre tres arcos de yeso, siendo de esta época la ventana del gótico flamígero sobre la Sacristía.
En lo referente a los fogones, en Moratalla es típico el atascaburras elaborado con patatas, bacalao, ajo, nueces y huevo cocido, una receta que quita el hambre y el frío de golpe.
Plato típico de atascaburras
También es muy conveniente probar los andrajos, uno de esos platos que aúnan los mejor de la Región de Murcia: el campo y la huerta. Elaborados con carne de conejo en un caldo con de verdura de la Huerta de Europa más unas tiras de harina que recuerdan, precisamente, a jirones de tela rota.
Y para acabar deben degustarse las fritillas, un plato que se elaboraba el día de la cocción del pan semanal, para aprovechar todos los ingredientes. Es un postre que se suele tomar con con azúcar o miel, pero también con chocolate o mermelada. Para los menos golosos, también se puede aprovechar y espolvorear un poco de sal, o tomarla con anchoas o un huevo frito. Sea como sea, no hay opción equivocada.
Calasparra
Nuestra ruta por el Noroeste de la Región de Murcia culmina en Calasparra. Su situación geográfica y su historia confieren un atractivo especial a este municipio bañado por cuatro ríos y dos pantanos que goza una situación privilegiada. Sus aguas configuran un atractivo para el viajero, no sólo por la riqueza de su paisaje sino también por la variedad de actividades que en él se pueden realizar como la espeleología, el barranquismo o el descenso del río Segura-Cañón de Almadenes que transcurre en un Espacio Natural Protegido de Bosque de Ribera, en el que habitan algunas de las últimas nutrias de la Región y una gran variedad de aves acuáticas.
Además, Calasparra es un destino muy popular entre los amantes de la historia. El Abrigo del Pozo y la Cueva de Los Monigotes son dos referencias imprescindibles para los amantes de las pinturas rupestres. Las que hay en estos abrigos calasparreños están datadas desde el Eneolítico hasta la Edad del Bronce y pertenecen al llamado arte esquemático.
La cueva del Puerto es otro de los tesoros escondidos de la zona: 700 metros de recorrido y casi 5 kilómetros de galerías donde se pueden admirar estalactitas y estalagmitas que tardan hasta 100 años en crecer un centímetros.
¿Y qué mejor forma de acabar la visita a Calasparra, que una visita guiada por su casco antiguo? Son 3 kilómetros de recorrido por sus calles donde tener la oportunidad de conocer paso a paso la historia del municipio a través de sus calles, edificios y museos.
Y como no podía ser de otra forma, en esta parte de la Región de Murcia es obligatorio probar el arroz de Calasparra, que además cuenta con la etiqueta de Denominación de Origen Protegida (DOP).
Arroz de Calasparra DOP
Este arroz es especial porque se cultiva a unos 450 metros de altitud sobre el nivel del mar. Con él, se cocinan platos como el arroz con conejo y caracoles o el caldero marinero del Mar Menor.
El arroz de la localidad es tan importante, que todos los establecimientos que lo utilizan de forma habitual en sus comidas cuentan con el distintivo "Espiga Dorada".
Sobre el autor:
Antonio Castillejo
Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.