En España tenemos más de 10.000 castillos y recintos amurallados, somos, junto con Siria y Palestina, el país del mundo con mayor número de torres, atalayas, fortalezas y castillos por kilómetro cuadrado debido a su ubicación estratégica en las diferentes batallas entre musulmanes y cristianos durante los ocho siglos que duró, del año 711 al 1492, la Reconquista que llevaron a cabo los cristianos de los territorios de lo que en su día fue al-Ándalus.
Si a lo anterior se añaden las tensiones internas entre la nobleza y la monarquía, frecuentes durante la Baja Edad Media y el Renacimiento, que derivaron a veces en auténticas guerras civiles, se comprende fácilmente el papel que jugaron los castillos y el por qué de su abundancia en España.
La Región de Murcia, como no puede ser de otra manera, no es una excepción dentro de la península y hoy proponemos una ruta para conocer algunos de sus más hermosos castillos.
Castillo de San Juan de las Águilas
Muchos son los encantos que la historia de Águilas ofrece a sus visitantes, pero sin duda uno de los principales es precisamente ese Castillo de San Juan de las Águilas que si bien se levantó como hoy lo conocemos en el siglo XVIII ya era un enclave militar hace 20 siglos hasta que fue abandonado tras la expulsión de los árabes y reconstruido por Carlos I para vigilar la franja del litoral comprendida entre Vera y Mazarrón amenazada por los turcos.
La siguiente remodelación fue obra de Felipe II en 1579 y consistió en la construcción de la Torre de las Águilas en honor a San Juan Bautista y tras ella la última remodelación, como ya ha quedado dicho, fue la de Carlos III.
Hoy quedan pocos restos de su antiguo esplendor, pero no obstante, en su fachada se puede observar un escudo donde aparecerían dibujados los leones de Castilla y en recientes excavaciones realizadas se han descubierto en sus alrededores pasadizos subterráneos que, cuenta la leyenda popular, enlazaban con otro castillo, el de Tébar, enclavado en las estribaciones de la Sierra de Almenara, a 12 kilómetros de Águilas.
Y una vez en Águilas resultaría imperdonable no degustar las tan famosas como notables gambas rojas típicas de este precioso rincón de la Región de Murcia.
Águilas es famosa por este crustáceo, un manjar mundialmente conocido, que cuenta con sus propias jornadas gastronómicas. Se suelen cocinar a la plancha y con sal gorda.
Los bigotes de estos crustáceos hacen, en palabras de los 1.001 sabores "suspirar de placer a todo aquel que chupa sin sonrojo su cabeza".
Aunque hay otras gambas rojas, las de Águilas son especiales porque las cofradías de pescadores las capturan a más de 250 metros de profundidad, y cuidan su llegada a la lonja.
Ir a Águilas y no probar su gamba roja es un delito, casi tanto como no empaparse de la cultura gastronómica del municipio. Los platos que se sirven en los restaurantes de la ciudad suelen estar muy condimentados y muchos tienen influencia de la cocina árabe, especialmente los postres.
Los famosos crustáceos no eclipsan la merecida fama de los embutidos típicos de la zona como la morcilla de cebolla, la salchicha o la longaniza.
Con todo ello, la cocina de Águilas, popular y con personalidad, nos ofrece deliciosos platos para disfrutar comiendo como el Caldo de Pescado, los Escabeches, el Ajo Colorao, la Ensalada de Pulpo, el Arroz a Banda, la Ensaladica Cocida...
Castillo de Caravaca de la Cruz
El Castillo de Caravaca de la Cruz está situado en la cima de la colina que preside esta bella localidad de la Región de Murcia y en su interior está la Basílica de la Vera Cruz, construida en el siglo XVII, en la que se venera esta reliquia, a la que peregrinan a diario miles de personas y que fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1944.
De hecho, Caravaca de la Cruz esuna de las cinco ciudades declaradas santas por el Vaticano junto a Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela y Santo Toríbio de Liébana.
Situada en un enclave fronterizo entre Murcia y Granada es Caravaca una población por la que pasaron, sucesivamente, íberos, romanos y musulmanes y que se encuentra construida en torno a su Castillo, levantado en el siglo XV por la Encomienda de los Templarios.
También conviene recordar que una vez en Caravaca de la Cruz sería imperdonable no degustar las famosísimas yemas de Santa Teresa.
Las yemas surgen gracias a la cocina de aprovechamiento, que haciendo honor a su nombre no desperdicia ningún producto, en este caso ninguna parte del huevo.
Bañadas en caramelo, chocolate o azúcar glass o con cacao al ron, las yemas endulzan los paladares de todos los murcianos y turistas que se hacen con una de ellas.
Las yemas de Caravaca de la Cruz dejan huella en quién las toma, y sino ue se lo digan a fray Guillermo de Baskerville que se hizo eco de ellas en sus ensayos literarios: "Que pacífica sería la vida sin yemas, que segura y tranquila. Y que insulsa".
Castillo de Galeras
El castillo de Galeras, también llamado Fuerte de Galeras, fue construido en el siglo XVIII en lo que hoy es la diputación de San Antonio Abad, dentro de la localidad de Cartagena y fue declarado Bien de Interés Cultural el 7 de agosto de 1997.
La posición estratégica del monte de Galeras era conocida mucho tiempo antes de la construcción del castillo. A mediados del siglo XVI, el militar italiano Vespasiano Gonzaga meditó trasladar a él la ciudad de Cartagena al completo, al considerar indefendible el emplazamiento original ante las innovaciones en las armas de fuego, si bien finalmente desistió de ello.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII se acometió la construcción del fuerte bajo la dirección del ingeniero militar Mateo Vodopich que concluyó en 1777 la obra ya iniciada por Pedro Martín-Paredes. Estos trabajos se encuadraban en el contexto del proceso de mejora de estructuras militares en Cartagena durante el reinado de Carlos III, y que venían motivados por el nombramiento en 1726 de la ciudad como capital del Departamento Marítimo del Mediterráneo.
El castillo entró en la historia de España cuando, en la madrugada del 11 al 12 de julio de 1873, un grupo de republicanos federales sublevó a la guarnición en el evento que daría paso a la Rebelión Cantonal.
Y si el Castillo de Galeras es una de las señas de identidad de Cartagena no lo es menos su famoso Café Asiático o simplemente, el Asiático. "El Asiático es ya una marca de la gastronomía cartagenera y de su valor turístico" ha declarado la alcaldesa de la ciudad, Noelia Arroyo, quien lo ha calificado como "uno de los mayores reclamos de las experiencias que mantenemos en cualquier restaurante o cafetería y que puede compatibilizarse con las visitas a nuestros museos, yacimientos o centros de interpretación".
En esta línea, ha insistido en la importancia de este producto para el municipio, ya que cuenta con una amplia tradición: "Este combinado tiene su origen en el Bar Pedrín, donde Pedro Conesa decidió utilizar una copa asistente que fabricaba para el vermú la Unión Vidriera y que, posteriormente, fue adaptada por José Díaz". De esta manera, la alcaldesa ha recordado que "no es solo un café característico, sino que tiene forma propia".
La regidora ha señalado que esta denominación de Bien de Interés Turístico es "una figura que ya reclamamos hace dos semanas al Gobierno de la Región de Murcia con una iniciativa que fue aprobada por unanimidad en el Pleno".
El postre y el café se unen para formar este plato tan original. Típico de Cartagena, se elabora con café, leche condensada y brandy, unas gotitas de Licor 43, canela, corteza de limón y un par de granos de café.
Castillo de Jumilla
Declarada Conjunto Histórico Artístico en 1981, el patrimonio histórico de Jumilla es simplemente espectacular empezando por su Castillo cuyas primeras fortificaciones se remontan a la Edad de Bronce y civilización tras civilización, se han ido sucediendo en él, debido en gran parte a su situación privilegiada.
En la Edad de Hierro, formaron los íberos un gran poblado fortificado y más tarde entran las legiones romanas y también fortificaron el cerro, construyendo parte de la muralla que se conserva hoy día. De esta época se encuentran restos de cerámica del siglo I d. C., lo que nos da una idea, de la temprana penetración, en Jumilla, de las legiones romanas.
Pero no fue hasta 1461 cuando el marqués de Villena levantó la fortaleza casi tal como la conocemos hoy, con sus tres pisos, sótano y terraza, poniendo en ella el escudo de sus armas.
Y si en Jumilla estamos es imposible no hablar de sus vinos con Denominación de Origen Protegida. Y es que, en la Región de Murcia el vino no es tan solo el milagro que nos ofrece la vid, es también una manera de entender la vida y vivirla compartiendo. En la Región el vino es sinónimo de compartir y disfrutar haciéndolo como se viene haciendo en estas tierras desde que íberos y romanos ya se dedicaban al cultivo de las viñas.
Eminentemente vinícola, Jumilla disfruta el clima Mediterráneo, con rasgos semiáridos, que aporta a sus vinos de Jumilla, matices según la orografía, la cercanía a la costa o la exposición a los vientos dominantes. Las precipitaciones anuales medias son muy irregulares, de unos 300 mm, concentrándose en pocos días, y las temperaturas medias oscilan entre los 17 y 19 grados y el sol brilla con intensidad unos 300 días al año.
Estos ingredientes otorgan a estos vinos murcianos de Jumilla su impronta característica. La uva que más se utiliza es la Monastrell. Una variedad tinta de racimos pequeños y apretados que se adapta perfectamente a las condiciones medioambientales de estas tierras.
Castillo de Lorca
El Castillo de Lorca es una fortaleza de origen medieval construida entre los siglos IX y XV que comprende una serie de estructuras defensivas que, durante la Edad Media, convirtieron a la ciudad y a su fortaleza en un punto inexpugnable del sureste peninsular, un bastión clave en las contiendas entre cristianos y musulmanes en la frontera del Reino de Granada.
Se encuentra catalogado como Bien de Interés Cultural dentro de la delimitación del conjunto histórico artístico de Lorca. Además, por su extensión de 640 metros de largo por unos 120 metros en su punto más ancho, es uno de los castillos más grandes de España.
Los trabajos arqueológicos realizados en distintas ocasiones en el castillo demuestran el poblamiento ininterrumpido del cerro sobre el que se asienta desde el Calcolítico y la últimas excavaciones arqueológicas efectuadas en el mismo demostraron la existencia de un gran poblado argárico en la Edad del Bronce que se extendía bajo el castillo y la actual ciudad de Lorca.
Bajo dominio islámico, el castillo de Lorca fue una fortaleza inexpugnable por lo escarpado del cerro sobre el que se asienta. De los muros del actual castillo partían por las laderas del cerro las murallas que abrazaban el resto de barrios, arrabales y zocos situados en la ladera del mismo.
Con la conquista de Lorca por el infante Don Alfonso de Castilla, futuro rey Alfonso X 'el Sabio', en 1244, la fortaleza se convertirá en un enclave estratégico de primera magnitud al constituir la avanzadilla frente al reino nazarí y durante más de 250 años vigilo la frontera entre el reino cristiano de Murcia y el musulmán de Granada.
Y estando en Lorca lo mejor para reponer fuerzas tras la visita a su castillo es la Imperial de Lorca, uno de los productos que cuenta con la distinción 'Denominación de Origen' de la Región de Murcia.
Esta longaniza cuya forma recuerda al 'espetec', se elabora mediante "la selección, troceado y picado de carnes y grasas de cerdo, que incorpora condimentos, especias, fermentos y aditivos autorizados, amasado y embutido en tripa natural", detallan en la página oficial de la Región de Murcia.
Para que la Imperial de Lorca sea un producto estrella de la gastronomía murciana se somete a un proceso de maduración y desecación con el que termina de incorporar su color, olor, sabor y textura característicos.
Castillo de los Vélez
El Castillo de Los Vélez es un castillo medieval renacentista construido por el Marqués de los Vélez en la localidad de Mulas a comienzos del siglo XVI como forma de someter a la villa murciana.
Sin embargo, son muchas las fuentes documentales que nos hablan del primigenio castillo de Mula, de factura islámica y Alfonso X 'el Sabio' mencionó en sus escritos este castillo, del que dijo: "Mula, es villa de gran fortaleza et bien cercada, et el castiello della es como alcázar alto et fuerte bien torrado".
El origen del castillo actual se sitúa cuando Pedro Fajardo y Chacón, adelantado del reino de Murcia y Marqués de los Velez fue humillado en 1520 al alzarse los muleños en comunidad, haciéndole jurar los privilegios que Fernando III dio a la villa tras su conquista en 1244. De este modo comenzó el largo pleito del concejo contra el régimen señorial del Marqués, que reaccionó con la construcción de una nueva fortaleza para asegurarse la sumisión de la localidad.
Y tras visitar el castillo no podemos olvidar que zona del río Mula y noroeste de la Región de Murcia es una comarca donde el frío suele ser el protagonista del invierno y, en consecuencia los platos calientes y caldosos no podían faltar.
Como ejemplo ahí está el Atascaburras. Este plato es típico de la cocina manchega, aunque también se ha extendido por otras zonas geográficas como La Región de Murcia. Contiene patatas, bacalao, ajo, nueces y huevo cocido y su resultado es esta receta que quita el hambre y el frío de golpe.
Las primeras referencias son del siglo XVII. La historia cuenta que el nombre surgió cuando dos pastores se quedaron aislados de una nevada y, con los alimentos que tenían, crearon este plato. Al comerlo dijeron que es “para hartar hasta a las burras”, por su contundencia.
Sobre el autor:
Antonio Castillejo
Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.