65ymás
Región de Murcia
Tortada murciana, receta dulce que lo tiene todo: merengue, crema, yema tostada y cabello de ángel
Receta de tortada murciana paso a paso para bordarla en casa con todas sus elaboraciones
Atención que vienen curvas: la receta elegida hoy es un postre… pero no un postre cualquiera. Se trata de la tortada murciana, una tarta muy especial y uno de los bocados dulces más típicos y apreciados de la región de Murcia. No es difícil de hacer, aunque sí requiere de algo de paciencia, con varias elaboraciones: almíbar, la crema y yema pastelera, el cabello de ángel y su majestad, el merengue tostado.
Tampoco es un postre caro, puesto que los ingredientes con los que se elabora son sencillos: azúcar, agua, harina, huevos, leche, vainilla, maicena... Y el resultado es espectacular. Para los amantes del merengue, es un postre obligado.
Ingredientes:
- Tres planchas de bizcocho
- Cabello de ángel
Para la yema pastelera:
- 150 ml. de agua
- Azúcar 170 gr.
- 4 huevos
Para la crema pastelera:
- 950 litro de leche + 50 ml. de leche aparte
- 1 vaina de vainilla
- Yemas de huevo, 200 gr. (serán como unas 12 yemas)
- 85 gr. de maicena
- 175 gr. de azúcar
Para el merengue
- Claras, 350 gr.
- Azúcar, 550 gr.
Elaboración:
En primer lugar, vamos a preparar la yema pastelera. Para ello acercamos un cazo al fuego y ponemos a calentar el agua junto con el azúcar. Removemos hasta que forme un almíbar suave, al que no hay que dejar coger color. Cuando tenga textura de bola o punto fino, lo apartamos del fuego.
Batimos en un bol los huevos y cuando estén espumosos, se los añadimos poco a poco al almíbar sin dejar de remover. Mezclamos bien hasta que esté todo bien integrado.
Volvemos a poner la mezcla en el fuego, muy suave removiendo constantemente. Es muy importante remover sin parar tocando y arrastrando el fondo, para que no se forme una capa cuajada en el fondo.
Cocinamos hasta que la crema cuaje. Lo sabremos porque al remover, se hace espacio en la crema sin cerrarse rápidamente. Reservamos.
Colamos esta mezcla. La pasamos por un colador de trama fina y lo pasamos a un segundo bol. Así evitamos grumos o alguna parte cuajada que luego no sea agradable en boca.
Para la crema pastelera:
Ponemos otro cazo al fuego y añadimos la leche, los 950 ml.
Abrimos la vaina de vainilla longitudinalmente y raspamos el interior. Echamos en la leche las semillas de la vainilla y también la vaina, partida en dos.
Infusionamos a fuego muy suave para que la vainilla deje todo su aroma, sin dejar que llegue a hervir, durante unos minutos. Y reservamos.
Disolvemos la maicena en un vaso con los 50 ml. de leche, que debe estar fría, removiendo bien con una cucharilla.
Aparte, ponemos en un bol las yemas de huevo e incorporamos el azúcar. Batimos con las varillas hasta obtener una mezcla blanquecina y homogénea. Añadimos el vasito de leche con la maicena y mezclamos de nuevo, para incorporar bien.
Del cazo donde teníamos la leche, retiramos las vainas de vainilla, pero dejamos las semillas. Incorporamos la mezcla de yemas y azúcar y volvemos a poner en el fuego, muy suave. Cocinamos a fuego suave hasta que espese, sin dejar que hierva. Cuando esté listo, reservamos.
Para el merengue:
Ponemos las claras en un bol, añadimos el azúcar y comenzamos a batir con las varillas… sin son eléctricas mejor que mejor. Así, hasta que monten las claras a punto de nieve.
Montamos la tortada murciana:
Colocamos una base de bizcocho y la pintamos con un almíbar sencillo (ya sabéis, agua y azúcar al fuego hasta que espese ligeramente). Lo hacemos con una brocha para asegurarnos de no poner demasiado almíbar y emborrachar mucho el bizcocho, lo que restaría consistencia al postre.
Extendemos una capa de nuestra crema pastelera. Lo podemos hacer con una manga pastelera, o con una cuchara y bastante cuidado.
Cubrimos con una segunda plancha de bizcocho, que volveremos a pintar con almíbar.
Ahora extendemos una fina capa de cabello de ángel, que en esta ocasión también hemos optado por comprar ya hecha.
La extendemos bien, que quede uniforme y cubrimos con la tercera y última plancha de bizcocho. También pintamos con almíbar.
Ahora cubrimos con una capa de yema pastelera y espolvoreamos con un poquito de azúcar. Quemamos con la ayuda de un soplete de cocina o de un quemador. Por último, decoramos con el merengue. Se puede cubrir toda la tortada, o poner solo en los laterales y un adorno por toda su circunferencia. Lo ideal es hacerlo con una manga pastelera para así darle una bonita forma.
Y ahora sí… ¡a disfrutar que te lo has merecido!