Región de Murcia
Visita a Cuatro Calas, Sierra de las Moreras y el Humedal de Ajauque y Rambla Salada
Ruta para disfrutar con la observación de las aves y la gastronomía en la Región de Murcia (4)
Como ya explicamos en las anteriores entregas de estas rutas para disfrutar con la observación de aves y la gastronomía en la Región de Murcia, esta comunidad es un destino inmejorable para la observación de aves ya que cuenta con ecosistemas únicos y multitud de especies.
Así lo explica la web de Costa Cálida en la que se puntualiza que en la Región existen 22 zonas de especial protección para las aves (zonas ZEPA), tanto en la costa como el interior, que cubren una superficie de más de 200.000 hectáreas.
Hoy proponemos una nueva ruta para visitar tres de esos lugares ideales para el avistamiento de aves y también para disfrutar de la gastronomía de las localidades en las que están clavados: Cuatro Calas, Sierra de las Moreras y el Humedal de Ajauque y Rambla Salada.
Cuatro Calas
Las Cuatro Calas son un paisaje protegido de la Región de Mucia que está considerado como Lugar de Interés Comunitario y pertenece a la Red Natura 2000. Situado en el municipio de Águilas, incluye las calas de Calarreona, la Higuerica, la Carolina y los Cocedores, esta última ya en las inmediaciones de la provincia de Almería.
La erosión del viento y del mar ha producido unos paisajes singulares, con numerosos afloramientos volcánicos. Entre ellos se encuentra el volcán de Punta Parda, que está considerado de gran importancia geológica.
En Cuatro Calas existe además un yacimiento fosilífero de vertebrados marinos. Su flora está compuesta por taray, cornical, salicornia, almarjo, junco y siempreviva.
Las principales aves que pueden observarse en este lugar son la terrera marismeña, el alcaraván, los halcones peregrinos, carracas europeas, y la collalba negra.
Para reponer fuerzas después de la visita de observación hay que recordar que la localidad murciana de Águilas es famosa por su exquisita gamba roja.
Los bigotes de estos crustáceos hacen, en palabras de los 1.001 Sabores de la Región de Murcia, "suspirar de placer a todo aquel que chupa sin sonrojo su cabeza".
Aunque hay otras gambas rojas, las de Águilas son especiales porque las cofradías de pescadores las capturan a más de 250 metros de profundidad, y cuidan su llegada a la lonja.
Ir a Águilas y no probar su gamba roja es un delito, casi tanto como no empaparse de la cultura gastronómica del municipio. Los platos que se sirven en los restaurantes de la ciudad suelen estar muy condimentados y muchos tienen influencia de la cocina árabe, especialmente los postres.
Los famosos crustáceos no eclipsan la merecida fama de los embutidos típicos de la zona como la morcilla de cebolla, la salchicha o la longaniza.
Con todo ello, la cocina de Águilas, popular y con personalidad, nos ofrece deliciosos platos para disfrutar comiendo como el Caldero de Pescado, los Escabeches, el Ajo Colorao, la Ensalada de Pulpo, el Arroz a Banda, la Ensaladica Cocida...
Sierra de las Moreras
La Sierra de las Moreras es un espacio natural considerado con la figura de paisaje protegido situado en las inmediaciones de Mazarrón y destaca por disponer de bastantes hábitats protegidos
De hecho se encuentra incluido dentro de la Zona de Especial Protección para las Aves ZEPA de Sierra de la Almenara, Moreras y Cabo Cope.
Es una sierra costera que se alza a orillas del Mediterráneo en la que predominan los materiales calizos y que se encuentra localizada en la porción central del litoral regional, próximo a otros enclaves protegidos como La Muela y Cabo Tiñoso o Calnegre y Cabo Cope.
Su vegetación dispone de arto negro, matorrales, palmitares, cornicales y tomillares.
Las principales aves que se pueden observar en este privilegiado enclave son la malvasía cabeciblanca, la la cerceta pardilla, el calamón, halcones peregrinos, búhos reales, cernícalos y el águila perdicera.
Como ya quedó dicho, el espacio natural de la Sierra de las Moreras esta situado en situado en las inmediaciones de Mazarrón y allí lo mejor para reponer fuerzas tras la excursión para observar aves es el salazón que forma parte, por derecho propio, de la cultura gastronómica de la Región Murcia. De hecho, en la Edad del Bronce ya existían los salazones utilizados para preservar los alimentos de forma que se encontrasen disponibles para el consumo durante un mayor tiempo porque la salazón provoca la deshidratación parcial de los alimentos y además refuerza su sabor.
Una visita imprescindible en Mazarrón, sobre todo recorriendo esta ruta de los salazones es la del Centro de Interpretación de la Factoría Romana del Salazón, donde se conservan los restos del que fue uno de los principales complejos tardo-romanos de salazones y de pescado de la época. Ya de paso, allí se puede conocer la receta de la famosa salsa de pescado "Garum" preparada con vísceras fermentadas de pescado y tremendamente apreciada en la gastronomía romana.
Bonito, hueva o mojama. De atún, maruca, anchoa, sardina o mújol. La relación de elaboraciones que tienen el salazón como protagonista es más que amplia: la hueva y la mojama con almendras fritas, las sardinas de bota con migas o pipirrana, el bonito con habas crudas con unos simples gajos de tomate, preferentemente también de Mazarrón.
Los salazones son una excelente opción para el aperitivo, las tapas y platos tan originales como la Ensalada de hueva, gelatina de tomate y aceite de albahaca; Milhojas de mojama; Tagliatelle con hueva de maruca, atún ahumado y yema de huevo; Espagueti con hueva de mújol y nueces o Arroz con cigalitas y hueva de mújol rallada.
Humedal de Ajauque y Rambla Salada
El Humedal de Ajauque y Rambla Salada es es un Paisaje Protegido de 1.632 hectáreas que pertenece a los municipios murcianos de Abanilla, Santomera, Molina de Segura y Fortuna, en la comarca de la Vega Media del Segura.
El Paisaje Protegido Humedal de Ajauque y Rambla Salada es un humedal de interior que recoge agua de montes cercanos como el Charco o la Serretilla a través de una compleja red de drenaje, sin embargo el agua solo circula en casos de lluvia, normalmente escasa, pero que puede ser torrencial por lo que en 1966 se construyó el embalse de Santomera para su regulación hídrica. También en algunas zonas de este paraje surge agua subterránea formándose charcas salinas permanentes, lo que proporciona la existencia de ecosistemas característicos.
La singularidad de esta zona húmeda justifica su protección y su catalogación como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) porque aquí están representados ocho hábitats de interés comunitario y cuatro de interés prioritario. Además, como en el caso anterior es una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
Las principales aves que se pueden avistar en el Humedal de Ajauque y Rambla Salada son la cigüeñuela, alcaraván, gavilán, martín pescador, garza real, águila culebrera, carraca y abejarruco.
Martín Pescador
Para reponer fuerzas tras la excursión de avistamiento nada mejor que probar la gastronomía de Molina de Segura y deleitarse con los productos de la zona, morcillas, chorizos, tocinos patatas asadas, habas para los michirones, ensaladas de la huerta...
Elaboraciones tradicionales son la cabeza de cordero asada, el cocido con pelotas, la olla gitana, las migas ruleras, el rinran, el arroz con conejo y, por su puesto... las gachasmigas, todos ellos platos típicos de la cocina molinense.
Las gachasmigas, al igual que los gazpachos y las tortas fritas, tienen su origen en la cocina árabe que tan aficionada era a las comidas elaboradas con harina. Su aspecto es de una tortilla con la costra dorada. Se suelen comer en la propia sartén y se forman regadas de generoso vino tinto y algunos aderezos agrios.
Sus ingredientes son harina, aceite de oliva, ajo, sal y agua. Y para prepararlas en una sartén se sofríen unas cabezas ajos sin pelar, pero con una pequeña hendidura transversal para que no salten. Cuando estén dorados se añade la harina mezclándola bien hasta que se embeba todo el aceite.
Una vez frita la harina, añadir agua y sal al gusto, sin dejar de remover con freidora. Continuar la cocción batiendo continuamente hasta que se cuaje. Cuando la gacha esté lo suficientemente espesa y lo permita se puede favorecer la cocción dando medias medias vueltas al aire, girando la masa en la sartén.
Finalmente cuando el aspecto sea parecido al de una tortilla, mantener en el fuego hasta que se dore y acabar dando un par de vueltas completas en el aire. Se aparta y se come caliente caliente con rebanadas de pan y se puede acompañar con tocino, longaniza o embutidos varios.
